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Análisis de It: Bienvenidos a Derry (It: Welcome to Derry). Temporada 1. Episodio 1

Se estrenó este pasado domingo en Max la serie It: Bienvenidos a Derry (It: Welcome to Derry), que expande el universo de Stephen King al hacer de precuela a su novela It y muy especialmente a las dos adaptaciones cinematográficas de Andy Muschietti, quien desarrolla la misma junto a su hermana Bárbara y a Jason Fuchs, también showrunner. Analizamos el primer episodio cuyo título es El Piloto.

Hola, ¿cómo están? Bienvenidos a Derry y, por lo tanto, bienvenidos al universo de Stephen King, ya que por fin y después de tanta expectativa ha llegado a nosotros a través de Max la serie que funciona como precuela de It, sin duda una de las más celebradas y perfectas novelas del maestro de terror que, como es sabido, cuenta ya con dos adaptaciones cinematográficas (It: Capítulo Uno e It: Capítulo Dos, de las cuales pueden leer nuestras críticas pinchando en los respectivos links) más una recordada miniserie de principios de los noventa.

It: Bienvenidos a Derry (Welcome to Derry para América Latina) no adapta una historia específica del maestro del terror, pero se basa en el universo por él creado (específicamente para la novela It) y viene a contarnos los orígenes de Pennywise en un viaje que, según se anuncia y a lo largo de las tres temporadas previstas, nos irá llevando hacia atrás en saltos de vientisiete años que, como bien sabe cualquier lector de King o fan de las películas, es el intervalo de tiempo que separa las apariciones de la criatura que es pesadilla de los pobladores y, especialmente, los niños de Derry.

Es bueno aclarar que la serie toma como base la cronología de los filmes de Andy Muschietti, que es aquí director, productor ejecutivo y desarrollador. En los mismos, las dos líneas temporales de la novela estaban desplazadas temporalmente hacia adelante, en lugar de ubicarse respectivamente en los cincuenta y los ochenta. Habida cuenta de ello, retroceder veintisiete años implica irnos a principios de los sesenta, momento en que justamente se ubica esta temporada.

Pasemos a ver ya mismo qué nos ha dejado esta primera entrega no sin antes advertir que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA. Y bienvenidos a Derry…

Familia muy Normal

Es enero de 1962 y en un cine de Derry se proyecta Vivir de Ilusión (The Music Man). Empezamos mal porque ese filme no se estrenó sino hasta junio de ese año, pero la cuestión es que entre el público asistente a la sala hay un niño llamado Matty Clements (Miles Eckhardt) que, a pesar de contar ya diez u once años, usa aún chupete, al menos para descargar su ansiedad. Sea como sea, se ha colado sin pagar y ello le hace objeto de persecución por parte del dueño, que no logra atraparlo porque Ronnie (Amanda Christine), la hija del proyectorista, marca deliberadamente a este el rumbo incorrecto.

Matty, por lo tanto, logra salir fuera y llegar a la carretera en donde, haciendo autostop, es recogido por una alegre familia pin-up americana. Le preguntan por su hogar y él responde que está en cualquier lugar menos en Derry por lo cual, sonrientes, se ofrecen a llevarle a Portland, que es hacia donde se dirigen.

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Apenas comienza a viajar con ellos, Matty percibe algo siniestro en la aparente normalidad de la familia y, mientras el hijo pequeño deletrea palabras que se van volviendo cada vez más escabrosas (cadáver, estrangulación) y la radio habla de pruebas nucleares y posibles riesgos de cáncer y mutaciones, la hermana mayor le muestra asquerosamente a Matty sus dedos embadurnados en un pote de hígado como si se tratara de sangre.

Pero Matty recién comienza realmente a alterarse cuando ve que no se dirigen a Portland, sino que están regresando a Derry. En ese momento, en el asiento delantero, la madre de la familia comienza a convulsionar y tener contracciones de parto mientras el resto, siguiendo el juego del deletreo, cantan a coro las letras componentes de “fuera” (o-u-t, en inglés original).

La escena es surrealista, desde ya, pero lo que se viene aún más… y terrorífico. Lo que cae al piso del auto no es ningún lindo bebé, sino un espantoso demonio alado que, sin ojos y con una horrenda cabeza gemela sobre el cuello, comienza a revolotear por el interior del auto unido aún a su cordón umbilical mientras desata un sangriento festival de sangre y muerte, siendo lo último que vemos el chupete de Matty volando hacia las alcantarillas.

Otro Club de Perdedores

Tres meses después, nos encontramos con dos amigos llamados Teddy (Mikkal Karim Fidler) y Phil (Jack Molloy Legault). El primero de ellos procede de una familia judía ortodoxa, pero de la del segundo nada sabemos, salvo que tiene una hermana pequeña llamada Susie (Matilda Legault, de quien descuento que lo ha de ser también en la vida real), a la cual debe cada tanto hacer de niñero.

A pesar del tiempo transcurrido, Teddy está preocupado por la desaparición de Matty Clements, sobre la que Derry parece haber echado un manto de olvido. Phil, en cambio, lo está más por los extraterrestres y proyectos militares, especulando incluso con que en la base cercana puedan tener alienígenas al estilo Área 51; en cuanto a Matty, lo ubica como chico raro y sin amigos que debía pagar para que asistieran a sus cumpleaños (al menos así lo entendí, pues Phil lo expresa de modo algo confuso).

No son los únicos freakies: como en la historia original, tenemos igualmente aquí un “club de perdedores”, al cual también pertenece Lilly (Clara Stack), la niña rara, solitaria y traumada a la que sus compañeros de colegio hacen bullying con tanta crueldad que hasta le llenan de pepinillos el casillero, siendo que su padre murió justamente triturado por una máquina industrial que los procesaba. Además de Phil y Teddy, la única que se comporta amigablemente con ella es Marge (Matilda Lawler), niña que carga sus propios traumas por tener que usar gruesos y enormes lentes estilo Buddy Holly.

Un flashback nos ilustra que Lilly tenía en el pasado buena relación con Matty. De hecho, les vemos hablando juntos y solos en lo alto del mirador de Derry durante la noche de Año Nuevo, es decir poco antes de la desaparición del niño. Ella le manifestaba la culpa que sentía por la muerte de su padre debido a que el fatídico día de su muerte, este había regresado a la fábrica por un juguete suyo allí olvidado. Él intentaba alejar de su cabeza tales pensamientos y se advertía entre ambos atracción mutua, evidenciado en un amago de un beso finalmente no concretado por renuencia de Lilly.

El Piloto

En una trama paralela, vemos llegar a la base militar de Derry a dos oficiales de la fuerza aérea recién regresados de Corea: el mayor Leroy Hanlon (Jovan Adepo) y el capitán Pauly Russo (Rudy Mancuso). Si les suena el apellido del primero es porque es el mismo que el de Mike, uno de los niños protagonistas de It, pero ya hablaremos de ello; la razón por la que ha sido convocado para pilotar las pruebas de un bombadero B-52 ante el escenario de un eventual conflicto con la Unión Soviética (faltan seis meses para la Crisis de los Misiles).

Por ser afroamericano, sin embargo, su llegada no es bien recibida por algunos oficiales, actitud que es amonestada por el propio general Shaw (James Remar), quien se halla a cargo de la base y le habla luego en privado con Hanlon para darle su apoyo.

Pero los problemas para este último no terminan allí. En la noche, desconocidos con máscaras antigas se introducen en su habitación y, mientras lo golpean, le exigen especificaciones sobre el B-52 que se niega a darles argumentando que es información clasificada. Ello hace intensificar los golpes en su contra, pero la oportuna intervención de Russo le salva la vida y aleja a los sujetos…

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Función Privada

Lilly no ha superado el trauma de la desaparición de Matty y no solo eso, sino que además le oye llamarla y canturrear en las cañerías del baño. Cuando lo cuenta al resto, Teddy, Phil y Marge no dan impresión de creerle y, de hecho, le sugieren mantenerse en silencio debido a la fama que ya tiene ganada, lo cual Lilly interpreta como que se están protegiendo a sí mismos y no a ella ante los comentarios que su historia podría levantar.

Pero Teddy se queda rumiando el asunto y durante la cena familiar le pregunta a su padre qué tan posible es que alguien pueda vivir en las alcantarillas. Este le contesta con historias de judíos que debían ocultarse en las mismas a los fines de no ser atrapados por los nazis para hacer lámparas con su piel, lo cual causa en el niño una fuerte conmoción.  Culpa, por otra parte, a los cómics por llenarle la cabeza con tales ideas.

Pero lo de las lámparas le agrega un nuevo trauma a Teddy, que en la noche ve cómo la tulipa de la suya parece súbitamente cobrar vida en un montón de rostros, destacándose entre ellos el del desaparecido Matty.

Ello hace que definitivamente tome en serio la historia de Lilly y el grupo de niños se dedica a investigar recortes periodísticos sobre Matty, a través de los cuales se enteran que Ronnie fue una de las últimas personas en verle, así que le hacen una visita en el cine.  Al principio se muestra renuente debido porque el asunto podría hacer resurgir la culpa que en su momento fuera descargada en su padre por la desaparición de Matty, pero la expresión le cambia cuando escucha cantar la canción que Lilly oyera en el baño y no solo la reconoce, sino que dice también haber tenido visiones y oído cosas.

La canción se corresponde con la antes mencionada película musical Vivir de Ilusión, de la cual (muy convenientemente) Ronnie dice que tienen una copia en el cine. A la búsqueda pues de pistas que les puedan conducir al paradero de Matty, el club de los perdedores se da cita entonces en la sala de proyección para una función privada en la cual se encuentran con la sorpresa de que, en pantalla y entremezclado con los actores originales, se halla el propio Matty acunando lo que parece un bebé al que mantiene cubierto.

Cuando comienzan a llamarlo por su nombre, Matty acusa recibo, lo cual queda confirmado en que se acerca y les habla, acusándoles de que está allí por su culpa. Descubriendo al bebé que acuna, lo arroja a través de la pantalla y descubrimos que se trata del horrendo bebé demonio, el cual comienza a volar por la sala dejando un auténtico carnaval gore de sangre y niños despedazados.

Solo quedan Ronnie y una aterrada Lilly que, con espanto, descubre colgando de su mano la de la pequeña Susie, a quien intentara un instante antes salvar y sacar de allí…

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Balance del Episodio

Hacer una precuela siempre implica un problema, pues para crearle una historia previa a otra bien conocida hay tres caminos: volver a contar lo mismo pero en tiempo pasado (por cierto, el peor), presentar algo totalmente nuevo (lo cual suele alejar a los fans) o hacer un balance entre ambas cosas, lo que por lo general suele buscarse. Opción, claro, que implica un equilibrio difícil de lograr, pero no imposible (Black Sails es un gran ejemplo al expandir el universo de La Isla del Tesoro sin perder respeto por la inmortal obra de Stevenson).

Ignoro si es casualidad, pero de las series que he estado cubriendo episódicamente en los últimos meses, incluyendo esta, tres son precuelas. Outlander: Sangre de mi Sangre no lleva muy bien ese equilibrio, pero tampoco lo busca; los responsables apuestan al fanservice y saben que eso funciona. En cuanto a Alien: Planeta Tierra, llevó bastante bien la cosa durante seis episodios pero perdió el eje en los últimos dos de la temporada. De ambas series pueden leer mis análisis pinchando en los correspondientes links.

¿Qué ocurre con It: Bienvenidos a Derry? Pues en primer lugar: vamos a destacar lo que sí funciona, que es la increíble estética. La ambientación de época (más allá del mencionado patinazo con la fecha de estreno de Vivir de Ilusión) es maravillosa, ya sea en el vestuario, los peinados, los autos o la decoración interior de las viviendas, todo realzado por una magnífica fotografía.

Pero el principal problema, al menos en este primer capítulo, es que las subtramas no aparecen como un todo integrado y, en esa disyuntiva antes señalada entre buscar un camino nuevo y revisitar el viejo, la sensación es que la serie hace por momentos una cosa y por momentos la otra sin lograr balancearlas.

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Es bueno e interesante, por ejemplo, que aún no nos hayan presentado a Pennywise como tal, aunque eso tenga como correlato que hasta aquí no hayamos visto en pantalla a Bill Skarsgård, cuya presencia genera evidente expectativa. Pero volvernos a presentar la historia del club de perdedores y el bullying escolar suena a excesivo reciclaje y quizás hubiera sido más interesante asumir desde una perspectiva nueva y diferente el impacto que la criatura pudiera haber tenido en el pasado.

Desde ya que el club de perdedores es algo muy King, lo mismo que el bullying y seguramente allí resida la razón principal de su inclusión. Pero entonces, si concedemos eso, lo sorprendente es que con apenas un episodio ya están casi todos muertos. Y así como decía antes que las precuelas vienen siendo tendencia, también lo es últimamente en muchas series el profundizar en personajes que son eliminados en el mismo capítulo en que se los presenta.

No se puede negar en ello cierto coraje, más aún considerando que el asesinato de niños suele ser en el cine, y más aún en la televisión, un tabú que no muchos se animan a visitar y prefieren normalmente dejar en off. Ya Muschietti demostró valentía en It: Capítulo Uno al mostrarnos aquella desgarradora escena con Georgie muriendo desangrado mientras lloraba de un modo que nos dolía.

Pero no es que nos hubieran caracterizado tanto a Georgie antes de su horrenda muerte, sino que más bien se remarcaba lo que esa pérdida y el modo traumático en que ocurría significaba para su hermano. Aquí, en cambio, habíamos empezado a conocer la psicología de Phil, de Teddy o de Marge y ya no está ninguno de ellos. En algún punto, suena a tiempo perdido, más allá de que seguramente volvamos a verles en alguna forma del mismo modo en que no dejamos de ver en su momento a Georgie ni aquí a Matty.

Tanto el inicio del capítulo como el final, eso sí, son estremecedoramente terroríficos y el bebé demonio pone los pelos de punta tanto en la escena del auto como en la del cine. Lo que no encaja es el modus operandi, sobre todo si damos por descontado que se trata de Pennywise aunque no le hayamos visto como tal. No recuerdo que en la novela o en las adaptaciones It ataque a grupos (apelo a la memoria del lector), salvo que se vea acorralado o invadido en su ámbito: lo normal es que busque aislar a sus víctimas para devorarlas.

Lo que sí se corresponde con lo que ya conocíamos es que a cada uno se le presente de acuerdo a su sus temores y obsesiones. Su nacimiento en el auto llega justo después de que la radio hablara de mutaciones por la radiación, lo cual causa evidente impacto en Matty. Y lo de la lámpara en la habitación de Teddy le cae a este después de que su padre le hablara en la mesa sobre la bárbara utilización de piel humana para confeccionarlas, historia que, por cierto, tiene una base real en las muchas atrocidades cometidas por el nazismo y, en particular, el caso de Ilse Koch, la llamada bruja de Buchenwald.

En cuanto a la trama militar, no sé cómo tomarla, pues de momento luce por completo desconectada, salvo por el hecho de que, como antes he señalado, el apellido del piloto es el mismo que el de Mike, de quien, si no me engañan los cálculos, sería su abuelo. Supongo que a la larga se irá conectando y cabe entonces preguntarse si no hubiera sido bueno estrenar dos episodios de un tirón, aunque no es eso algo que HBO estile.

Lo que sí se aprecia es que el contexto nacional e internacional por fuera de Derry está aquí mucho más marcado, con racismo, guerra fría, peligro nuclear e incluso paranoia alienígena. No creo en ese sentido que las obsesiones de Phil hayan sido presentadas en vano más allá de la prematura muerte del niño.

No hay que olvidar que en la novela It, la criatura tiene un origen extraterrestre e incluso extradimensional, algo que la miniserie de 1990 omitió por completo y las películas de Muschietti solo sugirieron vagamente con algunas referencias al meteorito. Está en la Tierra desde mucho antes que la humanidad y es posible que la serie vaya pues por ese camino hasta ahora no transitado en pantalla.

Por último, destacar que Muschietti gusta de llenar la cosa de guiños y este primer episodio no es la excepción. Los hay a la iconografía popular como el icónico póster de La Mujer y el Monstruo (aquí retro-análisis de quien suscribe), pero también a las películas del propio Muschietti.

En una de las escenas, por ejemplo, se vuelve a apreciar el mate con el escudo de Independiente, equipo de fútbol argentino del cual es conocido simpatizante (ya lo había mostrado en It: Capítulo Dos en manos nada menos que del propio Stephen King). Y también vemos a Teddy hojear un número de Flash que, además de ser uno de los más icónicos que del personaje se han publicado, remite a la película que el propio Muschietti dirigiera basada en el mismo (aquí nuestra crítica).

En definitiva, el comienzo de It: Bienvenidos a Derry ha venido con luces y sombras. La serie presenta hasta aquí una estética deslumbrante y buenas actuaciones, aunque es una pena que a muchos ya no les veamos (la mejor entre los actores infantiles es de todos modos Clara Stack y es bueno que su personaje haya sobrevivido). Pero donde más flaquea hasta aquí es en la cohesión de las subtramas y en algunos diálogos intrascendentes que, por cierto, se quedan bastante lejos de los que son marca registrada del rey King (valga la redundancia).

De todas formas, Muschietti es un realizador muy sagaz y la buena producción que tiene la serie nos alienta a seguir viendo, así que les esperamos aquí para analizar el segundo capítulo que, por cierto, llega antes de lo pensado, pues se lo adelanta para la noche de Halloween, lo cual significa que estará en la pantalla de Max el viernes.

A ver con qué nos encontramos. Hasta la próxima y sean felices…

Rodolfo Del Bene
Rodolfo Del Bene
Soy profesor de historia graduado en la Universidad Nacional de La Plata. Entusiasta del cine, los cómics, la literatura, las series, la ciencia ficción y demás cosas que ayuden a mantener mi cerebro lo suficientemente alienado y trastornado.
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2 COMENTARIOS

  1. No recuerdo, pero creo que estoy seguro de que nada de eso del bebé mutante con alas como yo lo llamo haya salido en el libro previamente. Y me temo que está temporada no va a contar mucho de los capitulos donde se hacían flashback en la novela, aunque creo que se nombraba algo del incendio del Black Spot que por lo que veo en internet sucedió en 1935, año que ya hemos sobrepasado cuando comienza la serie. Si veremos a Dick Halloran en su juventud, pero por lo demás no me ha fascinado demasiado este primer episodio, estoy empezando a ver el segundo y veremos en que queda todo.

  2. Hola Joseluis: gracias por comentar. En efecto, lo del bebé alado es un invento y en cuanto a los tiempos de la serie, están corridos con respecto a la novela debido a que las películas de Muschietti ubican la cronología más adelante. A mí tampoco es que me esté encantado la serie, habiendo ya visto el episodio 2 del cual incluso ya se ha subido el análisis correspondiente. Me da la sensación de que, al menos por lo visto hasta aquí, no estuviera claro qué se quiere contar pero, como bien dices, habrá que ver la evolución: son ocho episodios y eso da algo de esperanza (con seis estábamos complicados).
    Un saludo y gracias por el aporte!

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