Otra semana más, Oli y sus delirantes amigos han venido a hacernos compañía, y yo con ellos. La semana pasada nos quedamos, al menos yo, con ganas de más. Para quitaros el mono, se me había ocurrido traeros unos tubitos de mezcla cerebral, pero el jefe me convenció de que casi mejor, os traía el análisis del cuarto capítulo de la tercera temporada de iZombie. Los anteriores, como siempre, aquí.
Rayton o Peyvy
Ravi no está pasando por su mejor mañana, con resaca, abandonado y sin cambios en la amnesia de Blaine. Y como hay que vigilar al chico malo, no sea que recuerde su vida anterior o, en el mejor de los casos, estire la pata, la amable y desinteresada Peyton le ofrece su sofá. Que chica tan bondadosa, oye.
Y mientras ella lo pasa bien, Ravi ha de pasar por el purgatorio que le suponen los continuos aportes de Oli. Este chico tiene el cielo ganado. Si es que el cielo consiste en que tu trabajo te obligue a pasar toda una tarde viendo porno. Consultaré estos con mi compañeros.
Blaine y Peyton pasan una acaramelada tarde en el crematorio de Blaine. El chico malo sigue temiendo que vuelvan sus recuerdos. Yo, por el contrario, lo estoy deseando. Esta versión blandita y edulcorada de Blaine me aburre soberanamente y cada vez le tengo mas asco a la repipi de Peyton, así que mi final feliz para ellos es que Blaine recupere sus recuerdos y se la cargue.
No soy la única que lo piensa, al parecer. Oli empieza a cansarse de que Peyton no la apoye, teniendo en cuenta que Maxi podría dejar de ser el mismo si la cosa no va bien. Y, a pesar de esto, cuando Blaine confirma que el remedio contra la amnesia de Ravi no funciona, ambos se acuestan, felices de poder ser felices.
Cheryl la cotilla
Pues si, la muerta de hoy es Cheryl, la cotilla y malmete de la oficina. Seguro que nadie lamenta su muerte. De hecho, parece que fastidió la vida de todos y cada uno de sus compañeros de trabajo. Parece una tarea dura, puesto que trabajaba junto con otras 500 personas. ¿Se os ocurre un movil para su asesinato? No, a mi tampoco.
El caso es que parece ser una conspiración en la que casi todos están en el ajo. No es muy interesante, la verdad. Efectivamente, un gay encubierto al que Cheryl saco del armario, una antigua estrella porno cuya filmografía fu aireada por la oficina, y una “enferma reincidente” cuyo ascenso se vio entorpecido por Cheryl, se cargaron a la reina cotilla con droga en su yogurt. Fin. Vaya latazo. Espero equivocarme, pero parece que vamos a volver a los casos detectivescos innecesarios para la trama que solo rellanan minutos. Puaj.
Mientras tanto, en Fillmore-Graves
Mientras Maxi sufre ataques cada vez mas dificiles de controlar, Oli y Clive investigan sobre quien ha comenzado un exterminio de zombies. La investigación les lleva a un campo de tiro donde se preparan para la llegada de los no muertos con un cierto tufo a racismo y que les deja claro uno de los problemas a los que tendrán que enfrentarse. No se pude matar a lo que no está vivo, así que ¿Quien castiga a los matazombies?
Maxi recibe noticias de Natalie, la zombie prostituta a la que parecen haber secuestrado. Así que el y Ravi se van de vigilancia a la guarida del villano. Una paliza de un matón y un par de referencias a los Monty Python y a Don Quijote por parte de Ravi no disuaden a Maxi de dejar de buscar a la señorita.
Y, por fin, tras varios días de espera como caballero al pie de la torre, Maxi encuentra a su dama. Puesto que parece que salvarla es misión imposible, trata de que ella se quede con la cura, a pesar de los efectos secundarios y de que él morirá en breves.
Y con esta certeza, Maxi vuelve a su unidad del ejercito privado de Fillmore- Graves, a los que han movilizado en una misión real.
La opinión de Sofia
Algo cortito, porque ya habréis visto que el capítulo no da para más. Si va a haber un apocalipsis zombie, que empiece ya o seré yo la que me cargue a los guionistas que están destrozando a los personajes.
Por esta semana, eso es todo lo que tengo que decir. La semana que viene más, hasta entonces…sed felices.
