Nueva entrega de Pam & Tommy, sexta de la miniserie basada en el escándalo viral que en los años noventa tuviera como protagonistas a Pamela Anderson y Tommy Lee. Creada por Evan Godberg y Seth Rogen, la misma es emitida por Star+, la plataforma adulta de Disney+.
Bienvenidos a un nuevo análisis de Pam & Tommy, hoy dedicado a desbrozar el sexto episodio, cuyo título es Pamela en el País de las Maravillas y tiene, por lo tanto, a Pam como principal protagonista: al igual que la Alicia de Lewis Carroll, ella también está sola en un mundo que supera a cada instante su capacidad de asombro y que amenaza con fagocitarla. Hay algunos fugaces destellos de Tommy pero, una vez más, ausencia absoluta de Rand.
Un dato llamativo es que los episodios se van acortando cada vez más: ya el anterior había durado treinta y siete minutos y el que nos ocupa treinta y dos. Pasemos a hablar del mismo advirtiendo que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA y recordándoles que pueden ver aquí nuestros análisis anteriores.
El Camino a la Fama
Tal como dijimos, el episodio se centra por excelencia en Pam: todo lo que ocurre la tiene como protagonista y no hay escena en la que no esté. Ello implica, claro, que nos volvemos a privar de ver a Rand y de saber cómo sigue su historia, así como de conocer más acerca de Tommy, pero como contrapeso nos permite asistir a un lucimiento formidable de Lily James que, insisto, es candidata al Emmy y este episodio lo termina de confirmar.
La narración toma como eje la declaración a que es sometida Pamela en medio de su demanda contra Bob Guccione y que, más que declaración, parece un interrogatorio policial rayano en el sadismo. Ello nos permite conocer mejor el pasado de Pam a través de flashbacks, siendo este, de hecho, el episodio que más echa mano de tal recurso.
Así, por ejemplo, nos vamos a los ochenta y vemos el famoso momento en que, por pura casualidad, fuera descubierta por las cámaras de un estadio mientras presenciaba con su novio un encuentro de fútbol americano en Vancouver (recordemos que Pam es canadiense): después de ello le lloverían ofertas, entre ellas de la revista Playboy.
Su novio no ve con buenos ojos que ella evalúe positivamente la propuesta y hasta tiene un impulso de ira del cual se arrepiente al instante, pero ya no hay vuelta atrás y Pam ha decidido marcharse a los Estados Unidos para labrar su propio camino hacia el éxito.
El Precio y el Valor
Vemos así su primer encuentro con Hugh Hefner en la Mansión Playboy, en donde realiza las sesiones de fotos que la convertirían en estrella de la revista, al punto de repetir en años sucesivos.
Tenía mucha curiosidad por ver cómo la serie trataba a Hefner y, a decir verdad, no lo deja tan mal parado; de hecho, a Pam se la recibe en la mansión con bastante respeto o, al menos, más del que cabría esperar: un fotógrafo le pregunta con qué cosas se siente incómoda y se encarga de remarcarle que Playboy no es Penthouse en el sentido de que las tomas son mucho más cuidadas.
Diría que, tal como la serie lo presenta, Pam fue mucho más explotada en el rodaje de Los Vigilantes de la Playa y Hefner, por momentos, parece un padre protector (por cierto, muy creíble caracterización la de Mike Seely): le remarca que es una mujer especial de las que solo hay una por generación y le aconseja que separe siempre su precio de su valor. Dicho de otra manera: lo que se le está pagando por una sesión de fotos no es lo que ella vale como persona.
Vueltos al presente, el abogado de Guccione que interpela a Pam lo hace en un tono por demás insolente y exhibiendo una falta total de escrúpulos a la hora de descalificarla. Ella, de hecho, no quiere responder a las preguntas, pero su propio abogado le recomienda que es mejor hacerlo.
Entre otras cosas, se le pregunta si alguna vez cobró por sexo y cuando responde enfáticamente que no, el abogado contraataca con que posar desnuda para una publicación no tiene diferencia con la prostitución. No solo eso: también intenta subsumir la demanda contra Guccione dentro de una interna con Hefner de la cual Pam estaría formando parte por ser la chica predilecta de este último. A su modo de ver, un intento de ella por recuperar posiciones ante su empleador.
Sin Vuelta Atrás
Los flashbacks también nos llevan a los días posteriores al matrimonio con Tommy, quien justificó aquella filmación casera en el lago Mead con el argumento de que quizás hubieran concebido a su hijo allí y era importante guardar registro. Ese habría sido el sentido de conservar la cinta.
A propósito de ello y de vuelta al interrogatorio, a Pam se le pregunta si en ese momento fue consciente de que estaba a la vista de todo el mundo al grabar el vídeo. Ella replica con que se hallaban a bordo de un bote y no había nadie alrededor, pero él claramente apunta a que no puede tener nada de ilegal difundir una filmación en la que se ve algo que, de todos modos, estaban haciendo a la vista de todos. Incluso llega a pasar el vídeo en pleno interrogatorio, humillando a más no poder a Pamela ante los presentes.
Ella se siente mal y se retira; la idea es continuar al otro día, pero ella le comunica a su abogado que no seguirá respondiendo preguntas. A regañadientes y sabiendo que ello complica las cosas, el hombre no tiene más remedio que aceptar pues está claro que para Pam no hay vuelta atrás: igual que cuando decidiera dejar a su novio canadiense para cruzar la frontera.
Balance del Episodio
Pam & Tommy nos ha dado otra buena entrega que no solo nos ha permitido conocer mejor a Pamela sino también aumentar nuestra empatía hacia ella. Aun a pesar de haberse mostrado adversa a la realización de esta miniserie, el guion la sigue tratando bastante bien o, por lo menos, mejor que a muchos de quienes la rodean.
Claro que vale la ambivalencia: quizás revivir todo ese momento de su vida a través de una serie sea para ella tan doloroso y degradante como el interrogatorio a que aquí se la somete. No deja de ser una gran paradoja: al reivindicarla, se la vuelve a avergonzar; parece un gran loop o círculo vicioso y, honestamente, me cuesta determinar qué es lo mejor . Pero creo que para esta altura Pam es el más ético de los personajes de la serie y allí tenemos otra paradoja, ya que su perfil público encaja en lo que las señoras de la parroquia llamarían inmoral.
Este ha sido el episodio con más saltos temporales ya que, a la par del interrogatorio, los flashbacks nos han ido ilustrando sobre el pasado de Pam y se hacen inevitables las comparaciones con Marilyn Monroe, a quien hasta se menciona; es más: la referencia de Hefner a lo de ser única en su generación también remite a pensar en ella que, recordemos, fue primera portada de Playboy.
Es decir, está claro que Marilyn llegó mucho más lejos, pero su historia es también la de una chica que, sobreexplotada en su ingenuidad, no logra lidiar con el mundo que la rodea: aun con obvias diferencias de grado, las humillaciones a que es sometida Pam durante su declaración recuerdan bastante a las que Marilyn sufriera por su presunta relación con John F. Kennedy. Y volviendo a la analogía planteada en el título del episodio, el interrogatorio también remite al juicio contra Alicia en la corte de la Reina de Corazones.
Lo que se nos muestra es cómo todo se invierte para convertir a la víctima en culpable, algo bastante común en la sociedad de hoy en día. Y el trabajo de Lily James es realmente soberbio. No hay que olvidar que está actuando con placas en los dientes, labios hacia afuera e imitando un acento que no es el suyo y, aun así, es capaz de transmitirnos todo el dolor, la tristeza y las vejaciones que Pam está sufriendo. Ello además de interpretar todo un proceso de transformación de Pamela desde la candidez hasta el desencanto.
Vuelvo a insistir en lo del episodio corto porque algunos minutos más podrían habernos mostrado cómo marcha la historia de Rand y Milton, o bien permitirnos conocer sobre Tommy algo más de lo que vimos en el episodio anterior. Pero creo que la idea fue que el protagonismo recayera totalmente sobre Pam, así que quizás hubiera desentonado.
Nos quedan solo dos entregas y no estaría mal que tuviéramos algún flashback sobre la vida pasada de Tommy así como aquí lo hemos tenido de Pam. También, por supuesto, que podamos ver cómo le va a Rand después de ser abandonado por el “tío Miltie”.
Veremos qué nos trae el próximo episodio de una serie que, hasta aquí, se perfila para posicionarse entre lo mejor del año. Hasta entonces y sean felices…