Ya faltan solo tres episodios para cerrar la sexta temporada de Riverdale y analizamos hoy el decimonoveno, cuyo título es Las Brujas de Riverdale. La serie, creada por Roberto Aguirre-Sacasa, es emitida por The CW y para España por Movistar+.
Bienvenidos otra vez, riverdaleros, a analizar un nuevo episodio de Riverdale que vuelve a tener que ver con mundos paralelos aunque no del modo en que lo hicieran los cinco primeros de esta temporada. Se trata del decimonoveno de la misma o, si lo preferís, capítulo 114 del listado total que, además, nos ha regalado un nuevo crossover con Sabrina. Sin más, pasemos a analizarlo advirtiendo que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA y recordando que pueden leer aquí nuestros análisis anteriores.
Se necesitan Brujas
Felizmente recuperado para el inicio, Jughead abre en off el episodio contándonos que, tras la malograda boda, los vivos tuvieron que enterrar a los primogénitos fallecidos en Riverdale, lo cual le incluye tanto a él como a Archie, Toni, Fangs, Dagwood y Nana Rose. Al funeral, justamente, de la abuela Blossom, cae Percival que, acompañado por el tío Frank (para esta altura su custodio personal) viene con condolencias y flores.
Llorosa, Cheryl le echa en cara su cinismo pero nos enteramos luego que los funerales son un bluff para engañarlo y que se relaje pensando que están muertos… Bueno, lo están, pero no se sabe qué tan definitivamente puesto que permanecen congelados por nuestro querido doctor Curdle a la espera de ser resucitados si Sabrina Spellman (Kiernan Shipka) llega a tiempo: según Heather, no hay posibilidades pasados tres días del fallecimiento.
Y nuevamente tenemos de visita a la otrora “bruja adolescente”, llamando a la puerta de Thornhill con escoba y todo, pero a diferencia de lo ocurrido en el cuarto episodio de la temporada, esta vez Cheryl no la conoce de antemano como en el universo paralelo: de hecho, nadie la conoce, salvo Heather…
En palabras de Sabrina, se necesita un aquelarre de seis integrantes para traer de vuelta a los muertos, que permanecen en una zona ideal llamada Dulce Más Allá y que ella conoce bien por haber regresado de allí gracias al sacrificio de su novio Nick Scratch. Atención: eso último da un giro diferente al cuestionado y polémico final de Las Escalofriantes Aventuras de Sabrina, pero no diré más por si no lo han visto…
La cuestión es que faltan brujas para completar sexteto: de Cheryl se puede decir que acredita como tal y con Heather y Sabrina sumarían tres, pero ni Veronica, ni Betty, ni Tabitha tienen habilidades nigromantes. Pues si no son brujas, hay que hacer que lo sean y Sabrina lo soluciona con un peculiar ritual de admisión en que las tres dejan sus firmas en el Maleficarum y danzan alrededor de una hoguera: no sé si el gogó sea una danza muy esotérica, pero funciona…
Dulce Más Allá
Sabrina ingresa al otro lado y todo es ideal: Archie vive felizmente con Betty y dos hijos que se les parecen mucho y a los que han llamado Fred y Polly. Jughead, como en los cómics de Archie, luce corona y letra S en el pecho, además de ilustrar viñetas en Pop´e incluso oír perfectamente. Toni y Fangs están casados y comparten sus días con un crecido Anthony , además de haber celebrado recientemente un acuerdo de paz entre Serpientes y Guls.
Pero Sabrina no tiene éxito en convencerles, lo cual ya se advierte al presentarse en Pop´s (con un aire deliciosamente retro) para hablar con Jughead: por mucho que le diga cuánto lo extraña Tabitha, él está feliz allí y a la espera de que su novia llegue. Sabrina comprende que para convencerlos se hace necesario que vean a sus seres queridos: en otras palabras, que Betty, Tabitha y Cheryl se trasladen al Dulce Más Allá…
Una sombra cruza el rostro de Veronica al oír el plan, pues, claro, ella no tiene a nadie a quien traer de vuelta. Pero para que las jóvenes brujas puedan cruzar al otro lado… primero deben morir y resucitar.
Sabrina, por otra parte, no ha regresado en soledad, sino con su novio Nick, aunque… tomando prestado el cuerpo de Jughead. Ello, claro está, incomoda a Tabitha, pues es obvio que lo ha traído con la intención de revivir tiempos compartidos y, aun cuando no sea Jughead, se ve como él. Hay noticias para Betty: una especie de energía adversa posiblemente relacionada con la ramera de Babilonia la inhabilita para el cruce entre mundos…
Cuando Sabrina pregunta por algún otro que esté emocionalmente vinculado a Archie, la opción es, lógicamente, Veronica. El problema es que a Sabrina le fue fácil cruzar porque, después de todo, ya había estado allí y ha regresado de entre los muertos. Pero para que Cheryl, Veronica y Tabitha lo logren, se impone que mueran previamente y resuciten al regreso.
Cheryl se pregunta cuántos habrán pasado por la experiencia de morir y volver a la vida nuevamente. “¿En Riverdale? Un montón…” responde Veronica. Me hizo reír: amo la serie cuando, con comentarios de ese tipo, se toma el pelo a sí misma.
Siete Dagas
Reggie ha regresado de Roma trayéndole a Percival las dagas de Megido para completar su stock de armas bíblicas y que quizás ubiquen de la película La Profecía. Según recuerdo, eran las únicas que podían matar al Anticristo y, si bien aún no sabemos si Percival lo es, se me ocurre que las quiere en su poder para que nadie pueda utilizarlas en su contra.
Por otra parte y aprovechando que Veronica está en otra cosa, logra imponer a Reggie como director ejecutivo del Babylonium, con la posibilidad de llevar a su padre para apostar a mansalva, pero también la de darle un corazón nuevo si mata a Kevin. La decisión es muy difícil para Reggie y en principio acepta, pero pasarán cosas…
Kevin, mientras tanto, está preocupado: se pregunta por qué ni él ni Anthony han fallecido siendo primogénitos y lo adjudica, en su caso particular, a que quizás Percival lo quiera vivo para hacerle pagar su traición. Por ello, ha decidido largarse a New York para instalarse allí junto a Moose, pero Percival se le anticipa y lo hace atrapar. Intenta sonsacarle qué están tramando sus amigos, pero el anclaje emocional que Kevin tiene con ellos logra hacer de barrera contra el control mental y no suelta palabra.
Una conversación con su padre llena de culpas a Reggie cuando le dice que su final está cercano y, arrepentido de la vida que ha llevado, quiere marcharse con honor y dignidad. Además, se le presenta su conciencia en forma de muñeco haciéndole ver su comportamiento ante sus amigos y empujándole a liberar a Kevin y largarse con él y su padre.
Una vez más, Percival se adelanta y tras manifestarse “no sorprendido, pero sí decepcionado”, encierra a los tres en la misma cámara en que él fuera puesto en el cepo antes de su liberación por las langostas.
Reggie, sin embargo, tiene un as guardado o, mejor dicho, un arma, ya que en su calcetín ha escondido una de las dagas de Megido que llegado el caso, dice, puede terminar en el cuello de Percival…
Las Brujas no lloran
Llevando adelante el ritual, Sabrina hace que Veronica, Cheryl y Tabitha mueran y el mítico barquero Caronte, de embozada silueta negra y ojos rojos, les cruce al otro lado.
Sin embargo, el compromiso emocional con las personas a rescatar pasa de ser ventaja a jugar en contra… Veronica da un efusivo abrazo a Archie, pues temía no volverlo a ver. Él no sabe de qué le habla y por mucho que le diga que la Betty real le necesita en el verdadero Riverdale, él entiende que su verdadero Riverdale está allí.
A Tabitha no le va mejor con Jughead: ni siquiera llega a hablarle. Al verle feliz y firmando autógrafos en Pop´s, decide apartarse a esperar y, al hacerlo, se encuentra una vez más con el ángel Rafael, que manifiesta tener que ponerla al tanto de algunas cosas…
Cheryl no tiene mejor suerte con Toni y Fangs: ven absurdo que Anthony siga siendo bebé y él la acusa de querer sabotear la relación “como con Jason y Polly”. La pelirroja se entera así que en ese mundo estos se han llegado a casar y decide hacerles una visita: el verles felices y esperando trillizos la hace dudar si no es ese el Thornhill en que también ella quiere estar.
En conclusión, un nuevo intento por traer de vuelta a los muertos ha fracasado, pero a Sabrina le queda una última carta… Por cierto, está muy acaramelada compartiendo cena con Nick, que sigue en el cuerpo de Jughead.
Cuando él le pregunta sobre su plan al traerle de vuelta, ella intenta convencerle de apartarse a llevar una vida juntos en las Montañas de la Locura (referencia no solo a H.P. Lovecraft sino también al episodio final de su serie). Él replica que, a la larga, la muerte los encontaría y que se siente bien con el sacrificio que ha hecho y volvería a hacer. Una lágrima rueda por la mejilla de Sabrina, pero Nick le recuerda que “las brujas no lloran”. Aunque duela, debe dejarlo ir…
Nick vuelve a la camilla de Jughead mientras, como suele ocurrir en el mundo de Sabrina, los psicopompos vienen en su búsqueda y revolotean en la ventana. Tras un último beso y mientras el rostro de ella se puebla otra vez de lágrimas, el cuerpo de Jughead vuelve a yacer exánime en la camilla y Nick se ha marchado…
Ave Fénix
La última carta a jugar por Sabrina (plan C) tiene que ver con Cheryl y su don especial: no la piroquinesis, sino algo mayor que la contiene y es… ¡el poder del Fénix! En efecto, cree que la pelirroja es capaz de quemar, pero también de revivir lo que quema una vez convertido en cenizas.
Así, reunen todos los cuerpos en un círculo de antorchas mientras pronuncia su conjuro… En el otro mundo, los involucrados comienzan a sentir calor: ya Archie se había calzado su uniforme militar (???) diciendo que no puede eludir la guerra en Riverdale, mientras Toni comprobaba la ausencia de fotos después de la boda. Cheryl hace arder los cuerpos en una pira de cuyas azuladas llamas emerge un gran ave batiendo sus alas en vuelo y, tras ello, los muertos están de regreso y de pie…
Escoba en mano, Sabrina se marcha una vez más (¿volveremos a verla?) y, al despedirse de Cheryl, le recomienda que se cuide y recuerde que “a la muerte no le gusta que la engañen”. Cheryl toma el consejo pero su sonrisa evidencia que algo oculta y, en efecto, ha traído consigo a su hermano Jason, su cuñada Polly y su abuela Nana Rose…
Tabitha pide disculpas a Jughead por haberlo sacado de su mundo perfecto. La sorpresa es que él… ¡la oye! De alguna manera, el poder de Cheryl lo ha “reseteado”. Archie se reencuentra con la Betty del mundo real y le cuenta lo felices que eran casados al otro lado: está claro que ese es ahora el futuro que quiere para ambos.
Veronica vuelve a preguntarle a Tabitha por los futuros que ha visto y, en particular, si en todos ellos Archie y Betty acaban juntos. Para su sorpresa, le responde que es así en la mitad, mientras que en los otros es ella quien termina con Archie: el futuro, en otras palabras, aún no está escrito…
Toni y Fangs se han reencontrado con Anthony en versión bebé y siguen sin entender por qué este no murió en la plaga de los primogénitos. La respuesta la tiene Tabitha, a quien Rafael le ha dicho que el niño es… inmortal. No solo eso, sino que además le ha dicho que ella es el ángel guardián de Riverdale…
Balance del Episodio
Me gustó esta entrega. A pesar de los detalles disparatados que ya son regla, nos ha mantenido pendientes y ha dado algunas respuestas más a quienes no hayan quedado del todo conformes con el final de la serie de Sabrina. Por cierto, los dos episodios en que se ha hecho crossover con ella han estado entre lo mejor de la temporada y es es un dato que los productores deberían tener en cuenta…
En sí, la historia giró en torno a dos conceptos básicos: uno es el dejar partir, que es lo que Sabrina, en definitiva, debe hacer con Nick; el otro es el saber renunciar a lo que no es real por más perfecto que se vea.
El no poder desprenderse de quienes se han ido es algo que aquí no ha sido indiferente a casi nadie: ni siquiera a la experimentada Sabrina, cuyo consejo final para Cheryl deja entrever que ya ha asumido lo que la pelirroja aún no.
Habrá que ver cuáles son las consecuencias de haber traído al mundo a tanto muerto, pues, tal como lo entiendo y sacando los casos de Dagwood y Nana Rose, lo de Jason y Polly no parece una resurrección como las otras: Heather fue clara con que la misma no es posible pasados tres días del fallecimiento…
Si es así, los que Cheryl ha traído consigo están ya bien muertos y su presencia en el mundo de los vivos puede traer algún dolor de cabeza con ribetes siniestros. Ya sé que suena a broma o redundancia, pero la pelirroja está jugando con fuego…
Y hasta Reggie está atravesado por el dilema del dejar partir, ya que es lo que debe hacer con su padre conforme a la voluntad que este le ha expresado.
Lo bueno de tanta visita al otro lado ha sido ver nuevamente a personajes que ya no pensábamos, como Polly o… el perro Vegas, que había muerto en off y de quien me gusta creer que es “interpretado” por el mismo can: si saben que no es así, les ruego que no me lo digan. En algún momento se me cruzó también por la cabeza lo bueno que sería ver a Fred nuevamente pero, claro, en ese caso hay una imposiblidad mayor…
La otra gran intriga es qué le depara el futuro a Veronica tras la noticia de que nada está aún definido. ¿Gastará alguna munición en recuperar a Archie ahora que sabe que es posible? Si es así, hay brujas para ayudarle pero, claro, podría implicar la guerra con su amiga Betty.
¿O será que lo de la “mitad de los futuros” de que habla Tabitha tiene alguna otra vuelta de tuerca y vamos hacia el poliamor? Hace rato que esa idea me viene repicando y hasta ahora nada la descarta…
Quedan, por supuesto, preguntas sin responder: si Anthony es inmortal, ¿quién era esa versión ya crecida que convivía con sus padres en el Dulce Más Allá? No me termina de quedar claro si era otra alma en pena o una creación de las mentes de Fangs y Toni.
Por otra parte, ¿qué ha ocurrido con todo el resto de los primogénitos de Riverdale? ¿Continuarán muertos? Hasta donde sabíamos, se trataba de una plaga bíblica y, como tal, afectó por igual a toda la comunidad…
En fin: se aproxima el apocalipsis y las piezas van cambiando todo el tiempo, pues ahora parece que Tabitha será fundamental de acuerdo al papel que, según Rafael, le cabe.
Nos quedan tres episodios para cerrar la temporada y ello hace pensar que la tan anunciada batalla está próxima a producirse. Por cierto, ¿para qué necesitaba Archie el uniforme militar en ella?
Hasta la próxima y sean felices…