Y llegó por fin el tan esperado crossover con Las Escalofriantes Aventuras de Sabrina en un episodio maravilloso que ha estado entre los mejores de toda la serie. Riverdale, creada por Roberto Aguirre-Sacasa, es emitida por The CW y para España por Movistar+.
Bienvenidos una vez más a un nuevo análisis de Riverdale con una entrega que, para decirlo simple y directo, me emocionó y tuvo el aditamento de que pudimos por fin ver a Sabrina Spellman en este mundo… o en el de Rivervale, que es donde sigue transcurriendo el evento de cinco episodios.
El episodio es el cuarto de esta sexta temporada y también del evento de cinco. Su título es La Hora de las Brujas y dentro del listado total es el capítulo 99. Pasemos ya mismo a analizarlo no sin antes advertir que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA ni dejar de recordarles que pueden ver aquí nuestros análisis anteriores.
El Año del Cometa
El episodio, como viene siendo ya costumbre en el evento, comienza con la presentación inicial de Jughead que, siempre invisible al resto, se pasea esta vez por Thornhill. Qué bueno volver allí: yo me había quejado de que en la anterior entrega el diablo no pasara por casa de los Blossom, pero viéndolo ahora queda claro que se estaban guardado para este episodio de brujas que le calza como anillo al dedo. De hecho, Jughead define al lugar como “el más encantado de Rivervale” para pasar, a continuación, a mostrarnos de qué tipo de encanto estamos hablando.
El episodio transcurre en tres líneas temporales que se van alternando y que están separadas entre sí por sesenta y cinco años: ese es el tiempo que, se nos cuenta, le toma a un cometa llamado Bailey (no Halley) volver a pasar cerca de la Tierra. La historia narrada tiene como protagonistas a tres generaciones de Blossom encarnadas en distintas versiones de la propia Cheryl y, por lo tanto, las tres son interpretadas por Madelaine Petsch:una es su versión actual, otra es Poppy en 1957 y la más antigua, en 1892, Abigail, de quien ya habíamos sabido en el final de la temporada anterior.
Esta última, justamente, mantiene una relación con Thomasina, quien es interpretada por Vanessa Morgan (es decir Toni) y ello permite a los fans ver reunida a una de las parejas más queridas de la serie. Tal como antes supiéramos, Abigail da asilo y educación a jóvenes adolescentes en Thornhill y, entre ellas, tiene un lugar principal Brittania, quien es interpretada por Kyra Leroux (es decir Britta).
Al igual que en la otra historia, también aquí hay un hermano cuya voz jamás oiremos, pero en lugar de Jason, se llama James. La triste noticia de su muerte en el frente de batalla es traída a Thornill por un supuesto compañero suyo de armas llamado Fen Fogarty e interpretado por Drew Ray Tunner (es decir Fangs). Más aún: viene con una (también supuesta) misiva suya expresando su última voluntad y es que que Abigail se case con él. Desde ya que todo huele a engaño y lo es: revisando sus cosas y en una escena reminiscente del clásico cuento de Barba Azul, Abigail y Thomasina descubren que es en realidad un asesino serial que colecciona recuerdos de sus víctimas y, además, brujo.
Cuando él las descubre in fraganti, se produce una escena de violencia que acaba con Abigail asesinándolo a hachazos aunque, para su dolor, no pudo evitar que matase a Thomasina.
Además, antes de morir y en el momento en que está pasando el cometa, el brujo pronuncia un conjuro que la condena a vivir con ese dolor durante toda la eternidad y no poder, por lo tanto, reunirse nunca jamás con su amada, ni siquiera en el más allá: en otras palabras, no puede morir.
La Otra Caza de Brujas
Poppy, la versión intermedia de Cheryl, vive en los cincuenta y, en un giro muy interesante, su historia coincide en época co una muy distinta caza de brujas, como lo fue el macartismo. En una sociedad paranoica e intolerante, ella ayuda con láminas o polvos mágicos a sus amigas, que son mujeres casadas y frustradas. Así Bitsy, quien es interpretada por Lili Reinhart (es decir Betty), le pide algo para evitar quedar embarazada ya que su esposo (Cole Sprouse, es decir Jughead) la obliga a dar a luz un segundo hijo en contra de su voluntad: el lazo entre ambas parece ser tan fuerte que hasta lo estampan con un beso (¡sí, se besaron Cheryl y Betty). Contrariamente, Velma (Camila Mendes, es decir Veronica), va a verla en busca de ayuda para poder obtener satisfacción sexual de un esposo que ya no se la da.
Pero, como es regla para la época macartista, no se puede confiar en nadie. Sus amigas le han jugado a traición y lo de Bitsy ha sido particularmente sucio ya que hasta ha jugado con sus sentimientos.
Los maridos le recriminan el haber recomendado métodos anticonceptivos así como también el considerarlos sexualmente inútiles. Terminan arrestándola y, como era también común en los cincuenta, la acusan de comunista y le piden que confiese si no quiere terminar en una celda. Ella lo hace creyendo que así no será detenida, pero se referían a que quedará en arresto domiciliario para siempre. Otra condena eterna mientras pasa el cometa…
Mira lo que trajo el Gato Negro
En la actualidad, Cheryl le está leyendo la historia de Poppy a Britta mientras Nana Rose agoniza en su lecho. Golpean a la puerta y se produce por fin el esperado crossover de este evento, pues quien llega es nada menos que Sabrina Spellman (Kiernan Shipka), la cual, como no podía ser de otra manera, parece conocerse bien con Cheryl: “mira lo que trajo el gato negro”, dice la pelirroja.
El motivo de su presencia allí es participar de un antiguo ritual de intercambio de almas de un cuerpo al otro. Resulta que Abigail, Polly y Cheryl eran una misma persona, ya que la primera, justamente, quedó condenada a la inmortalidad por aquel brujo psicótico; y después, ya como Polly, a no poder dejar nunca la mansión.
Piden a Britta que abandone la habitación y así, al momento de encenderse el cielo y pasar el cometa, celebran el mencionado ritual: justo antes de que Nana Rose muera, su alma pasa al cuerpo de Cheryl y viceversa.
De ese modo, Cheryl (Abigail en realidad) ha burlado el conjuro del brujo y logra librarse del castigo de la inmortalidad: muere en el cuerpo de la anciana y así podrá reencontrarse con Thomasina en el más allá.
Nana Rose, por el contrario, vivirá en un cuerpo rejuvenecido: el de Cheryl. Y Jughead nos da el cierre de la historia mientras el cartel de la ciudad reza: “Bienvenidos a Rivervale. Te embrujará”
Balance del Episodio
Creo que la mejor palabra para definir la entrega que hemos visto es hermosa. Esta serie, a la cual muchas veces he castigado por incongruencias y sinsentidos, sorprende cada tanto con un episodio para el recuerdo, como aquel en que nos contaran el origen de Hiram… o este.
La forma de narrar las tres historias ha estado perfectamente ensamblada y el hecho de que las tres protagonistas terminaran siendo una misma ha sido un excelente giro, como también la paradojal idea de la inmortalidad como castigo y la muerte como recompensa.
Asimismo, lo de relacionar las diferentes cazas de brujas con cada época es otro gran acierto pues, aun siendo tan distintas, subyace detrás de cada una el sometimiento de la mujer a lo largo de las décadas. El episodio, de hecho, ha tenido una fuerte impronta feminista, pero lo bueno es que lo ha hecho atendiendo a las necesidades de una bella historia cargada de fantasía y no de un mero discurso vacío y forzado.
Para ser más claro: en ningún momento el discurso feminista fue explicado o puesto en boca de los protagonistas, sino que dejaron que lo interpretáramos. No saben cuán feliz me siento cuando no me subestiman ni me toman por idiota: muchos de quienes hoy hacen un cine pretendidamente feminista deberían aprender de este episodio.
Cheryl es, para mí, un personaje esencial para que la serie funcione: así nomás y sin vueltas. Espero que no termine saliendo de la serie como se rumorea porque la pérdida sería muy grande: Riverdale no funciona sin ella y Rivervale tampoco.
Aun cuando pueda ser la “quinta” detrás del grupo principal, su personaje nunca nos deja indiferentes (cosa que sí pasa muchas veces con el resto) y su mezcla de psicosis, buen corazón y delirio místico la hace interesante. Además, ha hecho aquí un excelente trabajo, sobre todo en el papel de Poppy. Y me sorprendieron gratamente algunos otros del elenco principal en impensado plan de villano o traidor.
Quizás pueda decirse que la tan esperada aparición de Sabrina fue breve pero, en mi opinión, eso le dio (justamente) encanto: apareció trayendo la solución para cerrar la historia y era justo que fuese ella.
Y no quiero dejar de destacar las logradas fotografía y banda sonora que acompañaron y realzaron esta entrega, sin duda hasta ahora la mejor de este evento de cinco episodios y una de las mejores de toda la serie.
El próximo capítulo no solo cierra el evento sino que además es el 100 del listado total, por lo que es de creer que va a sorprendernos, ojalá que también para bien. Por lo pronto y de acuerdo a lo que se advierte en el avance, los universos de Riverdale y Rivervale, finalmente, van a tocarse.
Hasta entonces y sean felices…