Ingresamos en la segunda mitad de esta temporada final de Riverdale y analizamos el episodio 11 o, si lo prefieren, capítulo 128 del listado total. La serie, creada por Roberto Aguirre-Sacasa, es emitida por The CW y para España por Movistar+.
Hola riverdaleros. Bienvenidos una vez más a analizar una nueva entrega de Riverdale, con la cual entramos ya en la segunda mitad de temporada y el momento de despedirnos está cada vez más cercano.
El episodio que nos ocupa en el decimoprimero de esta temporada final y si bien el título es Halloween II, las referencias cinéfilas remiten más bien a dos títulos musicales icónicos respectivamente de los setenta y ochenta, como son The Rocky Horror Picture Show y Footloose. No es la primera vez que ocurre: el episodio Dirty Dancing tampoco guardaba demasiada relación con la película a la que su título homenajeaba.
Hay mucho para contar y analizar, así que pasemos ya mismo a hacerlo advirtiendo que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA y recordando que pueden leer aquí nuestros análisis previos.
Noche de Brujas
Luego de que Jughead fuera puesto al tanto por la vecina de Rayberry (“la dama de los gatos”, como él la llama) del supuesto paso de un lechero por el domicilio del escritor justo antes de su muerte, corre a dar la noticia al sheriff Keller en la esperanza de que este abra una investigación al respecto. Nada más lejano: por mucho que le insista en unir cabos con la historia en su momento contada por Ethel, Tom sigue con lo del suicidio y nosotros sin entender a qué venía entonces tanto interés en ir por Jughead en busca de datos.
Por otra parte, se aproxima Halloween y Veronica, siempre atenta a los festejos, se presenta en el colegio vestida como bruja y hasta con escoba: la reacción no es la esperada sino que todos la miran raro, por lo que Archie y sus amigos la ponen al tanto de que en Riverdale no se festeja Halloween desde los años veinte, cuando cuatro jóvenes en plan de juerga (dos Bulldogs y dos Vixens), perdieron la vida en trágico accidente. Desde entonces, está prohibido que los adolescentes salgan a las calles para esa fecha a menos que sea para repartir dulces. ¿Alguien ha dicho Footloose?…
Veronica no lo entiende: dice que los adolescentes necesitan Halloween y, haciendo una analogía, habla de la importancia que para ella y su familia tenía el festejo del Día de Muertos. Decidida a cambiar las cosas, programa una función especial en el Babylonium ambientando la sala con ataúdes, murciélagos y arañas gigantes, más el anuncio de que serán resucitados en el evento los cuatro jóvenes que perdieran la vida aquella noche.
La venta de entradas marcha de maravillas, aunque los conservadores ojos de la ciudad están puestos sobre Veronica por no encajar lo suyo en el carácter familiar y naif que en esta versión de Riverdale tienen los festejos de Halloween. Alice la recrimina al respecto y ella replica que la idea es justamente hacer un evento solo para jóvenes y sin violar norma alguna, pues al estar en el cine no estarán en la calle.
El plan consiste en montar un musical, mezcla de película de terror con espectáculo de burlesque. A Toni se le ocurre invitar a participar a Cheryl, pero esta, con pesar, se excusa por estar comprometida en la tradicional fiesta de pijamas que las Vixens hacen cada año en Thornhill. Toni objeta que Halloween puede ser para ambas una inmejorable oportunidad de mostrarse tal cual son ya que todos llevarán caretas y ellas, al igual que Kevin y Clay, no tienen necesidad de hacerlo. La deja pensando…
Las Fantasías de Betty
Mientras trabajan poniendo a punto un “cacharro” que Pop Tate les ha puesto a disposición, Archie no puede creer que Reggie no tenga costumbre de celebrar Halloween, a la que este ve como “solo una noche más”. Sin participar del debate, Betty mira con lascivos ojos los músculos de Reggie haciéndole así por primera vez objeto de sus fantasías, tanto que un instante después está imaginando un “ménage à trois” con él y Archie.
Cuando la sacan de su ensoñación para pedirle su parecer sobre el sentido de la fecha, la rubia aprovecha la oportunidad para decir que es ocasión ideal para repartir dulces, visitar un cementerio y… besuquearse en una casa encantada.
Al contarle luego a Veronica sobre sus nuevas fantasías con Reggie, esta no reacciona tan celosamente como cabría esperar y, por el contrario, le dice que Halloween es buena oportunidad para liberar las mismas.
Fugada
Por fin volvemos a saber de Ethel, a quien Jughead llama para ponerla al tanto del nuevo asesinato y las posibles conexiones con el lechero que dijo haber visto. Ella dice no poder hablar mucho porque las Hermanas de la Misericordia le tienen la vista encima (literal), pero llega a sugerir que el autor del cómic original podría aportar algo al respecto.
Jughead se dirige entonces a Pep Comics para averiguar sobre él, pero Fieldstone no tiene idea de quién es, aunque ve como posible que esté presente en el festejo de Halloween a realizarse en la sede de la editorial.
Pero la gran sorpresa se la lleva Jughead al regresar a su vagón y encontrarse con Ethel, visiblemente demacrada, maltrecha y claramente escapada de su reclusión. Según dice, se fugó por un sistema de túneles de cuya existencia oyó rumores apenas llegada a la institución. Jughead ve posible que la estén buscando y a ella le faltan solo días para alcanzar la mayoría de edad y tener decisión propia para eludir cualquier tutela, por lo que le ofrece quedarse en el apartamento de Rayberry hasta que ello ocurra. Por cierto, no parece el mejor sitio…
Ricitos de Oro
Archie y Reggie se preparan para salir en la noche de Halloween, pero en virtud del carácter familiar que se da a la celebración en Riverdale, no lucen como monstruos o espectros, sino respectivamente como sheriff y aventurero espacial estilo Buck Rogers. La gran sorpresa la da Betty al aparecerse como Ricitos de Oro y decir que ha escogido el disfraz por tratarse de un personaje que se acostó en tres camas diferentes. Los muchachos quedan algo tontos y recalculando sus palabras, pero en definitiva los tres salen a la calle…
De acuerdo al cronograma propuesto por la rubia, van primero a repartir dulces. Al hacerlo se cruzan con Julian y sus amigos que, en contra de la norma vigente, andan en auto disfrazados de esqueletos y causando destrozos con bates de béisbol.
Sigue la visita al cementerio y mientras Betty y Reggie se divierten sobre una lápida aullando como lobos, él dice que hay montones de ellos en Duck Creek y no le generan temor sino que, por el contrario, siempre sintió conexión con ellos por considerarse un “alfa”.
A Betty le pega fuerte la analogía y sale a la búsqueda de Archie, a quien encuentra junto a la tumba de su padre; recala entonces en que no fue la mejor idea ir allí, pero él manifiesta que no hay problema alguno y se toman de la mano mientras ella le consuela…
La escena es vista por Reggie, quien se retira de la escena por percibir entre ellos vibraciones recíprocas que le excluyen. Cuando Betty advierte su ausencia, Archie lo excusa con que se sentía muy cansado…
Sigue, desde ya, lo de la casa encantada y eligen la que en la noche de la tragedia fuera escenario del encuentro entre los cuatro jóvenes. La atmósfera de misterio da el contexto justo para que se produzca por fin el beso, pero la romántica escena se interrumpe cuando ella cree ver una figura tras los cristales de la ventana mientras nosotros, por supuesto, asociamos con el lechero…
El beso deberá esperar hasta la puerta de la casa de Betty, pero una vez más será interrumpido por un monstruo, este caso más material y tangible por tratarse de Alice, irritadísima con su hija por sus libertinas salidas.
Quitarse la Careta
Midge se disculpa con Cheryl por no poder asistir a la fiesta de pijamas: el motivo es que Fangs estará actuando en el evento de Veronica en el Babylonium y no puede faltar.
El espectáculo, por cierto, termina siendo todo un éxito, con una maravillosa puesta escénica reminiscente de las fiestas de los años veinte y un número que imita el musical The Rocky Horror Picture Show: cuatro ataúdes se abren y de sus interiores salen respectivamente Toni, Clay, Kevin y Cheryl, quien finalmente ha decidido aceptar la invitación de Toni y delegado el liderazgo de la fiesta de pijamas en Evelyn.
Como es habitual en la serie, el número musical es de gran calidad y los cuatro se lucen vocalmente; incluso Casey Cott, quien siempre hace lo mejor que puede, está por encima de su media. Y como broche de oro, Cheryl y Toni acaban besándose sobre el escenario para terminar de cumplir lo de “mostrarse sin careta”.
El éxito es arrollador, pero una vez que todos se retiran, Veronica queda sola: Cheryl está con Toni, Kevin con Clay, Betty posiblemente con Archie y quizás también con Reggie, pero nadie con ella que, recordando días felices de celebración familiar, se queda mirando tristemente una foto suya junto a sus padres. Primera vez en la temporada que vemos a Mark Consuelos y Marisol Nichols, aunque más no sea en fotografía…
La Muerte llama
La experiencia de Jughead y Ethel en la fiesta de la editorial no da el resultado esperado; cuando por fin logran de uno e los asistentes obtener información sobre el autor del cómic original, se encuentran con que este ya falleció.
Con las manos vacías, entonces, Jughead acompaña a Ethel al apartamento de Rayberry; sigue con las malas ideas, pues la deja en la puerta en lugar de entrar con ella. En el corredor se cruza con la “dama de los gatos”, quien pensó que era el lechero por haber escuchado el tintineo de las botellas. Alarmado, Jughead regresa a toda prisa y fuerza la puerta (el clásico empellón que rompe cerraduras) para encontrarse con la dantesca imagen de un muerto en el piso, pero no es Ethel sino el lechero, a cuyo lado ella permanece cuchilla en mano…
A todo esto y tras dejar a Archie y Betty en la “casa encantada”, Reggie se cruza con Julian y los suyos, quienes andan en plan vandálico y lucen como salidos de La Purga. Le invitan a subirse al auto y, no de buena gana, lo termina haciendo. En la mañana, Archie recibe del tío Frank la noticia de que, una vez más, ha tenido lugar una tragedia con un grupo de jóvenes; la angustia le invade al echar un vistazo a la cama de Reggie y verla vacía…
Balance del Episodio
Hay cuatro cosas que siempre funcionan en Riverdale: los escenarios alternativos, los homenajes cinéfilos, los roces con el género del terror y los musicales. Y aquí hemos tenido las cuatro: casi imposible que no viéramos entonces un buen episodio. Bastante superior, por cierto, al anterior, del cual vemos ahora que la mayoría de sus subtramas inconclusas no conducían a ningún lado.
Realmente la sala de cine de Babylonium nos está entregando algunos de los mejores momentos de la temporada y quizás de la serie: ya había ocurrido con el homenaje al cine B de dos episodios atrás y vuelve a suceder con la magnífica recreación de The Rocky Horror Picture Show. Ya estamos acostumbrados al lucimiento vocal de Madelaine Petsch y Camila Mendes, pero ha sido una grata sorpresa Karl Walcott (Clay), de quien nada sabíamos, así como un Casey Cott muy mejorado dentro de sus limitaciones.
Pero ha habido, desde ya y de manera más implícita, otra película homenajeada que es, por supuesto, Footloose, comedia romántica bien ochentera y musical de una línea semejante a Fama, Flashdance y Dirty Dancing e igual de icónica (aunque todas diferentes en el tono). Ese filme, que sirvió de despegue para la carrera de Kevin Bacon, contaba la historia de un adolescente que, llegado a una pequeña localidad desde Chicago, se encontraba con que los bailes y la música rock estaban prohibidos después de que un trágico accidente costara la vida a cinco jóvenes.
Interesante además la analogía de Halloween como momento de liberación de todo lo que la moralina de la ciudad reprime durante el año: ello puede tener, desde ya, efectos positivos, como el sinceramiento de las relaciones, o negativos, como los actos de vandalismo de Julian y los suyos. Por cierto, ¿han muerto? (el avance de más abajo algo nos dice): no es que en el caso específico de él nos preocupe mucho, pero lo de Reggie sería un golpe duro, sobre todo porque en esta versión alternativa hasta nos cae mejor que en la otra.
No hemos sabido nada de Tabitha en el episodio, en ninguna de sus dos versiones. Pero ha reaparecido Ethel, de quien todavía no termino de interpretar su papel en la historia. Está claro que el lechero existe (o existió a juzgar por lo que vimos), pero… ¿fue realmente el asesino de sus padres?
El verla cuchilla en mano sobre el final nos inquieta y llena de dudas ante un horizonte que se avizora sombrío si se entera de la incipiente relación entre Jughead y Tabitha. Ni qué decir si reaparece la otra Tabitha que anda viajando por el tiempo y tenemos un “triángulo de cuatro”…
Como lo vengo diciendo, espero de todos modos que eso tarde en ocurrir porque estoy disfrutando de esta burbuja temporal. Sin embargo, ahora que hemos entrado en la segunda mitad de temporada, debo admitir sentimientos encontrados, pues si bien deseo que sigan en ese mundo, también es cierto que la serie está entrando en su fase de despedida y espero que no dejen todas las emociones para un capítulo final en el cual, además, deberán cerrar la trama apocalíptica. Sería demasiado…
Y volviendo a los guiños y referencias, está ya clara la adoración de Roberto Aguirre-Sacasa no solo por Stephen King sino también por Ray Bradbury. Ya habíamos tenido en otras temporadas excelentes homenajes como aquel episodio en que, borrando huellas digitales, Betty se obsesionaba con volver a limpiar siempre una misma fruta de cera. O aquel profesor que en el colegio les diera a leer Fahrenheit 451. Pues en esta temporada y aun con Brad Rayberry ya fallecido, siguen apareciendo las referencias, como cuando Ethel se refiere a él como el autor de El País de Noviembre en clara alusión a El País de Octubre…
Considerando eso, se me ocurrió por un momento la posiblidad de que se utilizara la festividad de Halloween como excusa para homenajear su historia El Árbol de las Brujas, pero creo que al showrunner se le pasó o bien no habrá querido meter más viajes en el tiempo cuando ya tenemos uno que subsume toda la historia en esta temporada.
En fin, creo que hemos visto un gran episodio que sube claramente la puntería después del bache del anterior y que nos deja unas cuantas preguntas, no solo en cuanto a la resolución de la trama policíaca, sino también en cuanto a cómo se resolverá la soledad de Veronica o cuáles serán las consecuencias de los besos que, interrumpidos o no, hemos visto en esta entrega.
Hasta la próxima y sean felices…
