Nuevo episodio de Riverdale y por lo tanto nuevo análisis: duodécimo de esta temporada final y su título es Después de la Caída. La serie, creada por Roberto Aguirre-Sacasa, es emitida por The CW y para España por Movistar+.
Hola otra vez, riverdaleros. Tras dos semanas sin Riverdale y mientras continuamos la cuenta regresiva para la despedida, tenemos hoy entre manos el episodio 12 de esta séptima temporada o, si lo prefieren, capítulo 129 del listado general. Una entrega excesivamente fragmentada en cuanto a sus subtramas que, por cierto, se resuelven de manera apresurada y simplista. Y que además ha agregado una nueva combinación a las ya conocidas “Varchie”, “Vughead”, “Barchie” y “Bughead”…
Pero pasemos mejor al análisis, advirtiendo como siempre que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA y recordando que pueden leer aquí nuestros análisis previos.
El Nuevo Capitán
Finalmente, nadie ha muerto tras el accidente en auto. No es que nos alegremos tanto por Julian que, de todas formas, permanece en coma, pero sí por Reggie, que se ha convertido en el héroe de la noche de Halloween por auxiliar y salvar la vida a los cuatro jóvenes que iban con él en el vehículo que cayó al río Sweetwater.
No todos lo entienden así: Clifford Blossom le ve como el origen de todos los problemas desde su llegada y de poco sirve que Frank le insista en que era su hijo Julian quien conducía el auto. Lo quiere fuera del equipo, pero no se puede pensar en excluirlo de frente al match contra los Stallions de Stonewall, por lo que debe conformarse con que no sea capitán, responsabilidad que acaba recayendo en un sorprendido Archie, quede repente pareciera tener los astros a favor porque además, en el colegio y para su incredulidad, la señorita Thornton le felicita por el poema que ha escrito.
Pero se siente incómodo con la capitanía: considera que Reggie es, con justo merecimiento, el más indicado y así se lo manifiesta a su tío que, si bien lo entiende y está de acuerdo, lamenta no poder hacer nada por no ser decisión suya sino de Clifford. Y los Blossom son los patrocinadores del equipo…
Enterada Cheryl de que su hermano ha sido reemplazado mientras se debate en el hospital entre la vida y la muerte, va hecha una furia a ver a su padre para dejarle en claro que no piensa mover una sola pompa con las Vixens. Frío como el hielo, Clifford le replica que sí lo hará e incluso la amenaza con que puede pasarle algo aun peor que a su hermano: encanto de padre…
El Secreto de Dilton
El accidente de los Bulldogs no fue lo único ocurrido en Riverdale durante la noche de Halloween. Recordemos que Ethel mató en defensa propia al lechero y ha quedado demostrado que no mentía con respecto a su existencia. Para el sheriff Keller se trataba de un simple vagabundo, pero ni Jughead ni Ethel están de acuerdo porque carece de sentido que un vagabundo asesinara a los padres de Ethel y a Rayberry para luego intentarlo con la propia Ethel: no parece aleatorio…
Keller pretende que ella vuelva con las Hermanas de la Misericordia, pero la pareja se opone tajantemente por los maltratos que allí ha recibido. Finalmente y para sorpresa de Jughead, se decide que vuelva con los Cooper, donde ya había estado. Ha sido decisión conjunta entre Mary (que reaparece por fin sin demasiada explicación de su ausencia durante tantos episodios) y Alice, quien está extrañamente feliz de tener a Ethel en casa y hasta pareciera usarla como reemplazo de Betty, a quien, recordemos, ha pasado a negar como hija.
Ello hace que Betty, resentida, se mude al cine con Veronica. Una fiesta en la que invitan a Kevin y Clay acaba en charla acerca del más dotado del colegio y, para sorpresa de las chicas, los muchachos coinciden en Dilton Doiley, justamente el más loser y menos fornido, quien no entenderá nada cuando ellas, durante la presentación de Archie como capitán, le sonrían sin quitarle los ojos de encima.
Lechero por Cartero
Ethel es reincorporada al colegio y aunque admiten que tenía razón con lo del lechero, Werthers insiste en culpar a los cómics: el asesino, afirma, imitó lo que vio y leyó. En la editorial, Fieldstone está complacido de tenerla también de vuelta al punto de encargarle una nueva historia con guion de Jughead, pero, de manera sorpresiva, ella quiere escribir una secuela de la cuestionada historia del lechero y, todavía más sorprendente, Jughead la secunda.
Fieldstone no está de acuerdo y por mucho que le insistan sobre libertad de expresión y demás, interpreta que, después de lo ocurrido, los ojos están sobre la editorial y ese tema está vedado.
Sin embargo, Jughead encuentra después a Ethel dibujando al lechero y le recuerda lo hablado. Ella, que está extraña, dice estar harta de que todo el mundo crea saber qué vio y entender lo que vivió. Finalmente, la solución es reinventar un poco la historia reemplazando lechero por cartero y con un título bien sugerente: “El Cartero siempre viene Dos Veces” (clara referencia a la novela de James Cain titulada “El Cartero siempre llama Dos Veces” y a sus homónimas adaptaciones a cine).
Si bien el cambio es apenas una sutileza, Fieldstone queda encantado y, recogiendo un poco el mensaje de Jughead, cambia su postura y entiende ahora que la función de la editorial es remover avisperos más que calmar aguas…
“Vetty”
La flamante convivencia entre Betty y Veronica permite que se pongan al día con sus historias familiares. La primera no puede creer que su madre la haya rechazado y la segunda la consuela con que sus padres han hecho lo mismo al echarla del Pembrooke.
Y la cosa se empieza a poner lésbica. Betty ve como relación ideal la que sostienen Kevin y Clay por no estar contaminada de expectativas socialmente aceptadas con respecto al otro sexo. Veronica le confiesa que ha besado a una chica y Betty quiere probar… con ella. Están a punto de unir sus labios cuando (clásico recurso de folletín), la escena es interrumpida porque alguien entra y resulta ser Mary, que está allí para comprobar si es verdad que Alice ha expulsado a su hija y, habiéndolo constatado, va de inmediato a hablar con ella…
Su perorata recriminatoria sobre la relación madre-hija da resultado y Betty es readmitida en su casa que, obviamente, deberá ahora compartir con Ethel. Veronica también ha recuperado las llaves del Pembrooke ya que, al parecer, Mary se ha comunicado también con Hermione para echarle en cara lo mismo que a Alice.
Pero algo ha quedado pendiente entre las ellas, para quienes la separación no ha caído en el mejor momento. Se llaman por teléfono y Betty le admite a Veronica… que la ama. Vaya, esto sí que es fanservice: ¿se viene “Vetty”?
Ultimátum
El duelo con los Stallions se acerca y estos, en una bravuconada, se llegan hasta el colegio para robarse a Peppy, la estatua del bulldog que tienen como “mascota”.
En cuanto a Julian, ha salido del coma para alegría de Cheryl, quien además y oyendo a hurtadillas, se entera que su padre planea dejar a Reggie fuera del equipo después del partido. Corre a contárselo a Archie y este al resto de los Bulldogs, que van en grupo a la mansión Thornhill para dar un ultimátum a Clifford: si saca a Reggie, todos se irán. Y no solo eso: Archie exige además que Reggie sea el capitán…
Acorralado, Clifford debe ceder y el match finalmente se produce con victoria de los Bulldogs y gran desempeño de Reggie. Tanto él como Archie están felices y el pelirrojo, incluso, le obsequia en emotivo gesto la insignia de capitán de su padre. Reggie, por su parte, le anima con lo de escribir poesía. Tal como dice Jughead en off, han pasado a ser prácticamente hermanos, pero ninguno de los dos imagina la tormenta que se avecina “como la cólera de Dios...”
Balance del Episodio
Entrega correcta pero poco conducente y con subtramas que se han cerrado muy rápido, siendo el partido la principal: demasiado prólogo para que se resuelva en segundos. Algo parecido con los problemas entre madres e hijas, que son resueltos con un simple reto de Mary y ni hablar de la flamante relación entre Betty y Veronica, gestada abruptamente y sin indicios previos. O el súbito y no explicado cambio de postura de Fieldstone con respecto a qué cómics publicar.
Pareciera, por otra parte, que las tramas se movieran de manera demasiado aislada y eso es contraproducente en un episodio que se pretende más o menos autoconclusivo. La historia de Archie y Reggie transcurre por un canal diferente a la de Betty y Veronica o la trama policial en torno a los asesinatos que, directamente, pareciera de otra serie. Jughead ni siquiera da la impresión de estar enterado del accidente o del partido de baloncesto.
Hace acordar un poco a la fragmentación de la quinta temporada, pero allí estaba justificada porque los personajes habían separado destinos. Esperemos que en los ocho episodios que nos quedan acaben uniendo las subtramas y que ello ocurra antes de que salgan del particular universo en que ahora se hallan y que me gusta tanto: la estética sigue siendo espectacular y esta entrega se ha lucido particularmente en vestuario, peinados y maquillaje de Alice y Mary, que lucen como dos clásicas y creíbles amas de casa de los cincuenta.
En cuanto a Ethel, sigue siendo un misterio. Daría la impresión de que el perfil psicótico que le conociéramos en la otra línea temporal está pugnando por aparecer o no se entiende su obsesión por regodearse en los asesinatos ocurridos. Creo que oculta algo y la historia del lechero aún no está contada del todo…
Por último, un detalle: cuando Cheryl escucha a su padre hablar sobre desplazar del equipo a Reggie, le oye también mencionar que su reemplazo será KO Kelly, personaje nacido en el fugaz spin-off Katy Keene y que ha tenido también un breve paso por Riverdale. La novedad es que aquí no es boxeador sino jugador de baloncesto, pero entonces no se entiende el apodo KO (Knock Out)…
En fin, me ha parecido uno de los episodios más flojos de una temporada que en general me viene gustando. Esperemos que para la próxima entrega repunten y, sobre todo, vayan uniendo lo que aparece fragmentado. Mientras tanto, nos queda la intriga acerca de hacia dónde marcha esa incipiente relación entre Betty y Veronica, así como también y muy especialmente de qué habla Jughead con lo de la tormenta que se avecina…
Por cierto y si sirve de pista, el próximo episodio se titula The Crucible, exactamente como la famosa obra de Arthur Miller que en español solemos conocer como Las Brujas de Salem. ¿Qué tanto tendrá que ver? Ya lo veremos…
Hasta entonces y sean felices…
