Nuevo episodio de Star Trek: Picard y, por lo tanto, nuevo análisis: hoy, el quinto de la segunda temporada cuyo título, como una clásica canción de los cincuenta que fuera popularizada por Frank Sinatra, es Llévame a la Luna (Fly Me to the Moon). La serie, que tiene como showrunner a Terry Matalas, puede ser vista en Prime Video.
Bienvenidos otra vez, trekkies y no tan trekkies. Seguimos analizando las entregas de esta segunda temporada de Star Trek: Picard y hoy es el turno de un quinto episodio a pura autorreferencia que da algunas revelaciones a la vez que abre interrogantes. Pasemos ya mismo a hablar del mismo, no sin antes advertir que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA ni dejar de recordarles que pueden ver aquí nuestros análisis anteriores.
A la Sombra de Gary Seven
Sobre el inicio, vemos a una piloto espacial en problemas, la cual es advertida de que está a punto de recibir impacto de fragmentos de un satélite ruso. La escena, desde ya, homenajea al filme Gravity (Alfonso Cuarón, 2013), en el cual ocurre exactamente lo mismo. Pronto vemos que se trata, en realidad, de una simulación de la cual, para su decepción, no ha salido airosa.
Picard, en tanto y como viéramos al cierre de la entrega anterior, se ha encontrado en un parque con el mentado Observador, que se identifica como Tallinn, aun cuando su rostro sea el de Laris.
Según dice, ha sido elegida y designada como supervisora, lo cual rápidamente hace a Picard pensar en Gary Seven, quien, ostentando el mismo cargo, había tenido alguna vez un encuentro con Kirk y su tripulación: en efecto, eso ocurre en la serie original (temporada 2, episodio 26). Por lo que recuerda, la función de los supervisores era cuidar el “tapiz de la historia” (parece que ha estudiado a fondo la bitácora de Kirk).
Por otra parte, le informa a Tallinn que la persona a quien le han encargado proteger debe tener que ver con el hecho que, en tres días más, cambiará el curso futuro. Ella le pone entonces al tanto de que esa persona es Reneé Picard y, en efecto, una imagen fugaz nos muestra que ese es el nombre que se lee en la solapa identificatoria de la joven en su traje de astronauta que, por cierto, luce además una sugestiva bandera francesa.
Se trata, por lo tanto, de una antepasada de Jean-Luc que, según Tallin le cuenta, está entrenando para la Misión Europa, a ser lanzada, justamente, en tres días. El problema es que muestra trastornos de ansiedad que la ponen en duda y, de hecho, está haciendo terapia, tal como le muestra a Picard en un monitor.
Él se irrita porque se supone que una terapia es privada y no deberían estarla viendo, pero parece olvidar todo planteo ético cuando llama su atención que el terapeuta da impresión de querer convencer a Reneé de abandonar la misión. Sospechando lo evidente, pide girar la imagen para ver al doctor y confirma que, como no podía ser de otra manera, es Q.
Puedo ayudarlos
De pronto volvemos a ver a Brent Spiner, lo cual siempre es una alegría, solo que esta vez no en la “piel” de Data (recordemos que “murió” al cierre de la temporada anterior y perdón por abusar de las comillas, pero con los androides es así), sino en la del doctor Soong. Un momento: ¿estamos hablando de Noonien Soong, el creador de Data? Evidentemente no, porque no coincide la época: se trata de Adam Soong y damos por descontado que debe ser algún antepasado suyo al que, por cierto, vemos llevar a cabo experimentos genéticos que son desaprobados por sus superiores.
Su hija (por alguna razón interpretada por Isa Briones, al igual que Soji) padece de un problema que le impide estar expuesta a la luz solar o al aire libre, por lo que la tiene cubierta con un escudo protector (wow, ¿tendremos esas cosas en solo dos años?).
Los experimentos de Soong, en teoría, ayudarán a corregir esos y otros errores genéticos, pero no logra dar con la sustancia adecuada hasta que encuentra un extraño mensaje anónimo en el monitor de su ordenador diciendo “puedo ayudarlos”. Un segundo mensaje lo envía a su impresora 3D, que le da una tarjeta perforada con una letra Q: se acabó el aninimato, al menos para nosotros…
Q concerta un encuentro con Soong, quien, en un primer momento, le ve simplemente como un demente y no es para menos si le habla sobre viajes en el tiempo y demás. Pero haciendo gala de su omnisciencia, Q le da datos que solo él podría saber y eso hace que le preste más atención. Le entrega una ampolla con una sustancia azul, que es la que necesita.
Soong se la administra a su hija y se lleva la agradable sorpresa de que ya no se daña con la luz del sol ni tiene problemas para andar a la intemperie. Sin embargo, al cabo de un rato, su piel comienza a cambiar y se siente mal, por lo que debe volver a cubrirla con el escudo. Manipulador rayano en lo extorsivo, Q le ha entregado una dosis de efecto temporal y si Soong quiere una permanente, deberá negociar…
El Gendarme y los Extraterrestres
A bordo de La Serena y mientras Agnes duerme, la reina borg intenta acceder al ordenador principal imitando distintas voces, pero no pasa el filtro de reconocimiento con la de Picard ni con la de Agnes. Consigue, en cambio, acceder con la de Ríos y utiliza el sistema de comunicaciones para hackear la red local y dar falso aviso a la policía de que una mujer está siendo atacada en la finca Picard.
Al llegar un oficial, no encuentra nada en la casa, pero entre los viñedos descubre con sorpresa la nave, visible al haber desactivado la reina borg el sistema de ocultamiento: está claro que no le preocupa ningún efecto mariposa. Cuando el agente sube a bordo, no sale de su incredulidad y menos al encontrarse con una especie de versión femenina de Dr. Octopus con solo medio cuerpo.
Agnes despierta y percibe que algo no anda bien. Encuentra al oficial siendo estrangulado por la reina, quien le dice que saldrá de la nave como sea, en el cuerpo de ella o en el de él: en otras palabras, que se le someta si no quiere que lo mate. Agnes, contrariamente, le dispara con un rifle de la finca: a un borg… vaya detalle retro.
Rescate y Fuga
Raffi y Siete, en tanto, intentan interceptar en la carretera al autobús que lleva a Ríos con destino a Castait. Siete quiere cuidar de no provocar alteraciones temporales y Raffi solo quiere salvar a Ríos: otra más que no se preocupa por el efecto mariposa. Se acusan recíprocamente, una de demasiado irresponsable y la otra de demasiado responsable. Siete, incluso, recrimina a Raffi el moverse guiada solo por vengar a Elnor.
Con el tricorder, logran detener el vehículo. Ríos, que de inmediato capta qué ocurre, les dice al resto de los reclusos (todos inmigrantes ilegales) que esa noche estarán en su casa. Las conversaciones en español irritan al guardia a cargo y se genera una trifulca, pero de lo que se trata es, justamente, de generar distracción. Raffi y Siete suben a bordo y lo dejan inconsciente con un phaser; los presos son liberados y, en uno de ellos, Raffi cree equivocadamente reconocer a Elnor.
Función de Gala
Ya de regreso en la nave, se encuentran con el policía inconsciente. Agnes dice que le borró la memoria y lo llevan afuera en el preciso momento en que se produce el arribo de Picard junto a Tallinn.
Puestos todos al tanto de que necesitan llegar a Reneé para hacer que su viaje tenga lugar, Tallinn les informa que, para los aspirantes a la Misión Europa, se realizará una gala especial antes de que entren en la cuarentena previa.
Lo que no saben es que Agnes no es la misma y, en efecto, un flashback nos ilustra lo ocurrido tras el disparo, cuando se empezó a sentir mal como si alguna conexión con la reina hubiese sobrevivido a la asimilación inconclusa. Más aún: la reina le colocó un implante en el cuello apenas la tuvo a tiro y ahora parecen estar integradas. Pero, claro, la tripulación de La Serena nada sabe de eso y nosotros recién nos enteramos.
El problema es cómo introducirse en la gala sin provocar interferencias (transportador descartado). Agnes logra hacerlo con una identificación falsa, pero a sabiendas de que una vez dentro, será detenida y llevada al lugar desde el que se controla la seguridad del edificio. Una vez que ello ocurre, la reina borg, conectada a ella, le dice que hacerse atrapar fue muy inteligente de su parte.
Balance del Episodio
Una vez más, hemos visto un episodio lleno de autorreferencia. Aquello que dije en el primer análisis de esta temporada acerca de que Star Trek: Picard es una serie solo para fans, va quedando cada vez más confirmado.
Y no me refiero únicamente a la mención de Gary Seven, sino a que así como el viaje al pasado venía remitiéndonos en buena medida a Star Trek IV – Misión: salvar la Tierra (Leonard Nimoy, 1986), ahora adquiere características de homenaje a Star Trek: Primer Contacto (1996). O de autohomenaje: porque, al igual que aquel filme, el episodio está dirigido por Jonathan Frakes, el querido comandante Riker.
En aquella cinta, recordemos, el objetivo era evitar que los borg cambiaran la historia al impedir aquel viaje pionero de Zefram Cochrane que diera lugar, justamente, al primer contacto. En esta oportunidad hay que frenar a alguien (¿es Q o hay alguien más?) que busca evitar que Reneé Picard se suba a la Misión Europa y, según lo manifestado por Jean-Luc, traiga a su regreso un microorganismo que aumentará el interés en la exploración espacial (eso nunca nos lo habían contado).
A ello hay que sumar la siempre nostálgica presencia de Brent Spiner, dando aquí vida a un temprano Doctor Soong. A propósito, pregunto: ¿por qué el siglo XXI está tan plagado de rostros conocidos? Algunos, por lo que nos han dicho, son antepasados de los personajes que conocemos y otros, especulo, quizás sean modelo o inspiración de futuros clones o androides; tal vez eso explique que la hija de Soong tenga el rostro de Soji (o mejor al revés).
Pero aún no se ve claro qué los ha juntado en un mismo escenario y momento como si el viento les amontonase. Quiero pensar que habrá alguna explicación en la segunda mitad de la temporada y se me ocurre que quizás pueda ser Q ese viento mencionado. No sé: mera especulación…
Y ya que hablamos de Q: ¿qué le está pasando? El hecho de que tenga que recurrir a ardides propios de extorsionista de barrio, evidencia que su chasquido ya no funciona y no le queda más remedio que recurrir a planes B como la terapia a Reneé o la negociación con Soong, sea lo que sea que en ella esté en juego…
Lo cierto es que está muy deteriorado y eso lo rebaja, de momento, a villano más estándar. Sin embargo, subsiste la duda acerca de si lo que ha perdido es su omnipotencia, su ominisciencia o ambas. Por un lado, conoce al dedillo la historia personal de Soong pero, por otro, no sabe que está siendo observado en su rol de terapeuta. ¿O será que sí lo sabe? Nos faltan aún respuestas al respecto y también le faltan a Picard, quien consultado acerca de por qué perdió Q su chasquido, solo responde que no lo sabe.
La escena del rescate de Ríos estuvo algo floja de épica, aunque sirvió (y quizás ese fuera el objetivo) para ilustrarnos sobre las diferencias que dividen a Siete de Raffi, así como a la obsesión que ha hecho presa de esta última tras la muerte de Elnor.
Ha sido un episodio correcto, pero que todavía deja muchos interrogantes y, quizás, para evaluarlo, habrá que verlo en retrospectiva a medida que los mismos se vayan resolviendo. Por cierto: ¿qué pasó con Teresa? Doy por sentado que volveremos a tener noticias de ella y, sobre todo, que Ríos las tendrá.
Y una más (esta va con aviso de peligro explosivo): ¿tendrán los experimentos de Soong que ver con el origen de Khan? Ya sabemos que la serie original ubicaba el mismo en el siglo XX, pero los tiempos nos han pasado por arriba y ello lleva a permanentes redefiniciones. Incluso se suponía, recordemos, que habría una tercera guerra mundial hacia 2026. No sé: piénsenlo cuando vayan a dormir. Mientras tanto, gracias por leer. Hasta la próxima y sean felices…
Post – Data (je, ¿lo pillaron?): Para evitar confusiones, es bueno aclarar que el sobrino de Jean-Luc que nos presentaron en la temporada 4 de Star Trek: The Next Generation se llamaba René (con una sola e), mientras que la antepasada suya a quien aquí hemos conocido se llama Reneé.
Se confirma que la chica era efectivamente Reneé Picard y como dices el sobrino de Picard se llamaba René con una e. Lo que no me cuadra es lo de que Q. ¿Porque querría alguien como el cambiar la linea temporal terrestre? ¿No se divertía mas haciendo sufrir a Picard y al resto del Enterprise en la linea temporal correcta? No lo veo claro. Y aparte es un poco raro que el antepasado del doctor Soong sea igual que el futuro del siglo XXIV, en el caso de Soji podría ser porque la hicieran igual, pero en los que son humanos, no le veo mucho sentido.
Creo haber leído que el doctor Soong tenia algo que ver con Khan. O que lo crearon con algun procedimiento genético igual. ¿Podrías explicarlo?
Hola Juan: gracias por comentar! Con respecto a Q, supuestamente y retrotrayéndonos a lo que dijo en su primer encuentro con Picard en esta temporada, la idea era mostrarle a Picard lo que habían generado ciertas decisiones suyas o eso al menos fue lo que entendí. Hasta ahora, sin embargo, no se ve nada que haya tenido que ver directamente con una decisión de él. Toda la nueva línea temporal estaría creada por Q y, por lo tanto, no se entiende todavía aquello de “el camino que nadie tomó”. Habrá que ver si aparece más explicación.
En cuanto a lo que me preguntas sobre Khan y Soong… a ver: en realidad Noonien Singh, el ingeniero geneticista creador de Khan y Noonien Soong, el ingeniero roboticista que creó a Data, son personas que, en principio, no tienen relación. La similitud en el nombre es porque Gene Roddenberry quería encontrar a alguien de quien se había hecho amigo en la guerra que se llamaba Kim Noonieng Singh y dejaba señales en los nombres como para tratar de contactarlo (no había redes sociales en aquel entonces, ja).
Sin embargo, en la cuarta temporada de Star Trek Enterprise apareció una vinculación más concreta al presentar que había otro miembro de la familia Soong que se llamaba Arik y que era geneticista. Él habría robado embriones congelados durante las guerras eugenésicas para reproducir a Khan o clonarlo: algo así como una especie de Mengele clonando a Hitler. Pero no hubo más dato que eso y por eso se me ocurre que tal vez nos estén contando el puente entre una cosa y otra.
Además, es como que se impone una redefinición porque en teoría Khan surgió durante el siglo XX, lo cual quedaba bien decirlo en 1966, pero hoy es el siglo pasado y, por lo tanto, habría que volver a contarlo con los tiempos cambiados. Quizás allí intervenga la familia Soong, pero es todo mera especulación de mi parte porque, por ahora, no nos han dado demasiadas señales.
Gracias por tus valiosos aportes de siempre. Un saludo!
Hola Juan: gracias por comentar! Con respecto a Q, supuestamente y retrotrayéndonos a lo que dijo en su primer encuentro con Picard en esta temporada, la idea era mostrarle a Picard lo que habían generado ciertas decisiones suyas o eso al menos fue lo que entendí. Hasta ahora, sin embargo, no se ve nada que haya tenido que ver directamente con una decisión de él. Toda la nueva línea temporal estaría creada por Q y, por lo tanto, no se entiende todavía aquello de “el camino que nadie tomó”. Habrá que ver si aparece más explicación.
En cuanto a lo que me preguntas sobre Khan y Soong… a ver: en realidad Noonien Singh, el ingeniero geneticista creador de Khan y Noonien Soong, el ingeniero roboticista que creó a Data, son personas que, en principio, no tienen relación. La similitud en el nombre es porque Gene Roddenberry quería encontrar a alguien de quien se había hecho amigo en la guerra que se llamaba Kim Noonieng Singh y dejaba señales en los nombres como para tratar de contactarlo (no había redes sociales en aquel entonces, ja).
Sin embargo, en la cuarta temporada de Star Trek Enterprise apareció una vinculación más concreta al presentar que había otro miembro de la familia Soong que se llamaba Arik y que era geneticista. Él habría robado embriones congelados durante las guerras eugenésicas para reproducir a Khan o clonarlo: algo así como una especie de Mengele clonando a Hitler. Pero no hubo más dato que eso y por eso se me ocurre que tal vez nos estén contando el puente entre una cosa y otra.
Además, es como que se impone una redefinición porque en teoría Khan surgió durante el siglo XX, lo cual quedaba bien decirlo en 1966, pero hoy es el siglo pasado y, por lo tanto, habría que volver a contarlo con los tiempos cambiados. Quizás allí intervenga la familia Soong, pero es todo mera especulación de mi parte porque, por ahora, no nos han dado demasiadas señales.
Gracias por tus valiosos aportes de siempre. Un saludo!