Hemos entrado en la segunda mitad de temporada de The Walking Dead: Daryl Dixon con un cuarto episodio que ha traído un reencuentro muy esperado por los amantes de la franquicia, así como varias muertes de importancia y unas cuantas inverosimilitudes. Recordemos que la serie, creada por David Zabel y emitida por AMC+, sigue a Daryl y Carol en la Francia postapocalíptica.
Bienvenidos otra vez, caminantes y sobrevivientes, para analizar una nueva entrega de The Walking Dead: Daryl Dixon, hoy para analizar el cuarto episodio, con el cual nos sumergimos ya en la segunda mitad de la temporada y cuyo título, como siempre en francés, es La Paradis pour Toi (El Paraíso para Ti).
Un capítulo en el cual hemos presenciado la batalla final por El Nido, así como el esperado reencuentro entre Daryl y Carol, quien le descubre a él cambiado desde aquella persona a quien no le importaba nada de nadie. Estamos claramente ante un nuevo Daryl o, por lo menos, uno en evolución…
También hemos tenido varias muertes de peso, incluso de personajes que nos acompañaban desde el principio, al igual que varios homenajes cinematográficos (Mad Max, Malditos Bastardos, Desafío Total), pero también una trama saturada de detalles fortuitos, casualidades increíbles y giros del todo inverosímiles.
Pasemos pues mejor a ver qué nos ha dejado esta cuarta entrega no sin antes advertir que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA ni dejar de recordar que pueden echar ojo a nuestros análisis anteriores, ya sea de esta u otras series de la franquicia.
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Adiós a Codron
Comenzamos con Carol como la habíamos dejado: cautiva de Genet y en plan de ser muerta y zombificada con el suero de los supercaminantes. En terrorífica escena, llega un camión y una ametralladora abre fuego contra todo el grupo, pero milagrosamente ninguna bala le da a ella y se queda en el piso fingiendo estar muerta. Los de Genet comienzan a inyectar a los caídos con el suero, pero Carol se quita el suyo mientras en una escena que parece de Mad Max, llegan dos camionetas y en una de ellas Codron encadenado…
La idea, claro, es servirlo de festín a los flamantes caminantes (¿o corredores?), pero Carol echa a correr por entre los mismos que, de manera extraña, parecen confundirle con uno de ellos y no la atacan, tan insólito como que los de Genet no logren acertarle un solo disparo…
Llegando hasta el vehículo en que tienen a Codron, lo pone en marcha y echa a andar en dirección a las murallas del Nido con los zombies híbridos yéndole a la zaga. Al llegar, la puerta está cerrada (¿qué esperaba?), pero la suerte es tanta que un disparo de artillería la destroza en ese preciso instante y así puede ingresar con la camioneta, aunque también los de Genet y los caminantes velocistas.
Dentro de la fortaleza, el vehículo también disparos de quienes defienden la misma, pero su puntería es tan mala como la de los atacantes. Carol detiene la marcha y libera a Codron, quien decide sacrificarse para cubrirle la retaguardia mientras revolea como si fuera un nunchaku la cadena que momentos antes le atara y, antes de inmolarse, encarga a Carol decirle a Dixon que lo hizo por Laurent.
Adiós a Isabelle
Dentro del Nido, Losang está sometiendo a interrogatorio a Isabelle, que nada dice sobre el paradero del niño a pesar de las marcas que en su rostro denotan violencia. Manifiesta haber dejado de creer en falsos profetas y recuerda a Losang que los grandes líderes espirituales también pueden sangrar y morir, como Jesús, Buda o Mahoma. En ese momento avisan que los de Genet están ingresando en la fortaleza e Isabelle aprovecha para intentar escapar, pero al lanzarse sobre Losang recibe de este una cuchillada en el abdomen y queda en el piso agonizante…
Arrastrándose, logra salir al exterior y está a punto de ser mordida por un caminante cuando es salvada por Carol, quien la encuentra muy oportunamente y por pura casualidad sin saber, obviamente, nada de ella. Extrañamente, mientras le atiende las heridas, la batalla se calma y silencia alrededor.
Daryl, en tanto, se abre paso entre atacantes, defensores y caminantes hasta que se encuentra cara a cara con Carol. Hay sorpresa y emotivo abrazo, pero ella le lleva de inmediato a ver a Isabelle, a quien ha dejado insólitamente abandonada y expuesta. Él se desespera al verla agonizar y le dice que la ayudará, pero ella replica que ya es tarde y se encargue, en cambio, de cuidar y poner a salvo a Laurent. Instantes después, sus ojos se cierran…
Adiós a Genet
Los de Genet, en tanto, han tomado control de la fortaleza y capturado a Losang, que pasa de interrogador a interrogado y de torturador a torturado, con la diferencia de que en su caso sí desconoce el paradero de Laurent que, según él, vino a ellos como una señal divina: un argumento místico que Genet aprovecha bien para replicar que quien tenga al niño gozará entonces del favor del más allá (en realidad no termino de entender bien cómo funciona la cuestión religiosa por detrás de Laurent).
Daryl y Carol, por su parte, logran escapar y llegar hasta la cueva de la playa en que Fallou tenía oculto a Laurent, pero ya no hay nadie allí y los fríos rescoldos evidencian que se han marchado hace largo rato. Un cubo de Rubik y un rastro en el suelo dan a Daryl la pista para seguirlos y mientras con Carol se ponen al tanto de sus respectivas historias, terminan llegando a una finca rural de cuyas cercas cuelgan caminantes en modo espantapájaro.
La misma está administrada por Theo (François-Éric Gedron) y Didi (Marie-Christine Adam), una pareja mayor que les confirma que el niño ha pasado allí, pero se ha marchado tras adelantarles que ellos llegarían (obviamente toman a Carol por Isabelle). El hombre está bastante orate y sigue saludando normalmente a sus zombificados vecinos y amigos, a los cuales en lugar de enterrar deja simplemente andar por los alrededores.
A pesar de lo mucho que se aman con Didi, no son matrimonio y Theo dice que su familia ha estado a cargo de la finca durante cuatro generaciones y abastecido de suministros indistintamente a franceses, alemanes y norteamericanos: un colaboracionismo acomodaticio que pareciera no presagiar nada bueno…
Hay algunos antiguos y desvencijados autos en el lugar, así que Daryl, junto al hermano de Theo, se aboca a restaurar uno. Hombres de Genet caen repentinamente a la finca y ello obliga a ocultarse mientras, desde su escondite, Daryl y Carol presencian lo que parece una discusión con Theo o quizás un reclamo.
Cuando el auto está en condiciones y se aprestan a partir, Theo les retiene para cenar trufas, pero al ver Daryl llegar nuevamente a los de Pouvoir y a Theo apuntándole con un arma, se da cuenta de que este les ha entregado: “no se sobrevive asociado con el bando perdedor” dice.
Pero Didi, que no ha sido parte de la trampa ni estado de acuerdo, se le planta y lo desarma, tras lo cual, en escena que parece de Malditos Bastardos, oculta a Daryl y Carol en el sótano.
Resulta que entre los de Poudoir ha llegado también Genet y cuando la pareja de ancianos manifiesta que Dixon y el niño pasaron por allí hace ya bastante, esta descubre la mentira debido a los cuatro platos sobre la mesa y la comida aún caliente.
Daryl y Carol intentan llegar hasta el auto para huir, pero deciden regresar a dar una ayuda a Theo y Didi. Hay tiroteo y tras caer los guardias, Carol toma de uno de ellos una jeringa y se la ensarta a Genet mientras nos preguntamos qué pasará al administrar el suero a alguien que todavía está vivo.
Genet comienza a convulsionar mientras horribles pústulas demacran su rostro y los ojos se le salen de las órbitas en un momento que remite a Desafío Total. Y ese es su final: poco épico, por cierto, y muerta por su “propia medicina”. La mala noticia es que Didi ha sido asesinada, así que tras ayudar a un desconsolado y arrepentido Theo a darle sepultura, la pareja parte.
Carol sigue intentando convencer a Daryl de regresar a América: le ha entregado incluso una figurilla hecha por Judith y dice tener un piloto esperándola en las afueras de París, pero Daryl se muestra renuente y dice que, de marcharse, no lo hará sin el niño. Carol encuentra a Daryl cambiado, como si súbitamente le importasen los demás.
En El Nido, mientras tanto, ha llegado la noticia de la muerte de Genet, pero lo insólito es que sus seguidores deciden cambiar rápidamente de bando porque, dicen, ha quedado demostrado que el favor divino no estaba con su líder. ¡Y terminan haciendo alianza con Losang!…
Balance del Episodio
Lamentablemente, la temporada va claramente de mayor a menor y en pendiente cada vez más pronunciada. Digo esto porque había tenido dentro de todo un buen inicio, pero a partir de allí solo fue en caída y dudo que los dos capítulos que resten sean suficientes para repuntarla, sobre todo a la luz de decisiones de guion que parecieran marcar más una tendencia que un desliz.
En las entregas anteriores, al menos, habíamos tenido un par de arcos interesantes, pero aquí cuesta encontrar algo que no sea un despropósito, quizás con la única excepción de la finca rural, ya sea por la peculiar pareja a cargo o por los vecinos como zombies: Theo vive en el pasado y, por mucho apocalipsis que haya a su alrededor, quiere seguir creyendo que su mundo no cambió. Y si el rostro de François-Éric Gendron les resulta lejanamente conocido, quizás los muy memoriosos lo recuerden de Fortunata y Jacinta, la serie de Mario Camus de 1980.
Pero si hablamos del resto, las casualidades van a la par de las inverosimilitudes y ya para esta altura no sé si Laurent será inmune a la mordedura de los caminantes, pero sí estoy cada vez más convencido de que Carol lo es es a las balas. ¿Una ráfaga de ametralladora fusila a todo el grupo de prisioneros y ella queda indemne? ¿Ninguno de los de Genet logra acertarle un solo disparo ni tampoco los defensores de Saint-Michel aun cuando le disparan de frente? Ni qué hablar de la puerta destruida justo a tiempo, que casi empequeñece el haber encontrado fortuitamente un piloto de avión que la llevase a Francia.
Perdimos a Genet antes de lo esperado. Un personaje que había carecido de interés en la primera temporada, pero que se había ido afirmando en esta y al cual el impresionante flashback del episodio anterior agregó los suficientes matices para hacerlo definitivamente intesante. ¿Y qué hicieron entonces? Pues simplemente lo mataron y todo el potencial que se había abierto con aquel magnífico arco del Louvre termina yéndose al traste.
También hemos perdido a Isabelle, personaje que nos acompañó prácticamente desde el inicio, pero lo más lamentable de ello es que haya quedado confirmado el temor de que resolvieran el triángulo con el cobarde recurso de quitarla de en medio, lo cual en efecto han hecho. Aun cuando melodramático, el de ella, Carol y Daryl era un triángulo que pintaba interesante y temo que resuelvan de la misma manera el del piloto, quizás para estas horas un mero zombie. ¿Se viene Daryl cruzando el Atlántico como as de la aviación? Roguemos que no…
Y por último: ¿cambiaron los de Pouvoir de bando con tanta facilidad? ¿Alcanzó con que muriera su líder para que simplemente trocaran hacia otro tipo de fundamentalismo menos terrenal y más esotérico? Me atrevería a decir que de todo lo que nos ha mostrado hasta aquí la serie, ese ha sido sin duda el giro más repentino y disparatado…
Creo que no es exagerado decir que hemos visto el peor episodio de la temporada y es una pena porque esta era una serie con potencial gracias al toque distinto que Francia daba como marco, pero que termina desaprovechado en la medida en que ello poco importa en el rumbo que la historia ha tomado. Me abrazo ingenuamente a la esperanza de que los dos últimos episodios nos devuelvan algo de coherencia, pero de momento y a pesar de las buenas actuaciones (especialmente de Melissa McBride), navegamos a la deriva entre lo absurdo y lo previsible…
A ver si la próxima entrega corrige ello o lo confirma. Hasta entonces y sean felices…
