Este miércoles 1 de enero se estrenó en cines de España Heretic (Hereje) (2024), la nueva película dirigida por Scott Beck y Bryan Woods (La casa del terror, 65), con un Hugh Grant antagónico y espeluznante. Religión y terror convergen en un único escenario opresivo que hará a sus protagonistas replantearse su profunda fe.
Tráiler de Heretic (Hereje) de Scott Beck y Bryan Woods
Las jóvenes misioneras Paxton (Chloe East) y Barnes (Sophie Thatcher) llaman de puerta en puerta a los vecinos de una pequeña localidad para tratar de captar creyentes, cuando uno de ellos las invita a pasar. El Sr. Reed (Hugh Grant) convierte su visita en un brutal juego del gato y el ratón durante una noche de tormenta.
Póster de Heretic (Hereje) de Scott Beck y Bryan Woods
Una cuestión de fe
El apuesto Hugh Grant, tan reconocido por comedias románticas británicas como Notting Hill (1999) o Cuatro bodas y un funeral (1994), queda muy lejos en esta película. Aquí el actor se pone el traje del mal, o más bien de lo macabro, pues sus intenciones no quedan del todo claras en ningún momento, para establecer una atmósfera cada vez más inquietante sobre unos personajes —a través de los cuales miramos— a los que les lleva una ventaja insondable.
Si la cuestión religiosa parece una mera excusa para aprisionar a las jóvenes caperucitas de la caridad en la morada del lobo, pronto se descubre como el elemento central de la narración sobre el que se construye la película. El Sr. Reed trata mediante juegos y acertijos constantes de poner entre la espada y la pared a las chicas para que se cuestionen los mecanismos y veracidad de las religiones, así como intenta con notoria insistencia dar respuesta a la pregunta sobre cuál es la religión verdadera.
En este juego tan típico del gato y el ratón, en que las intenciones de ellas son huir y las de él que no lo hagan, el humor aparece constantemente por las ocurrencias tan anticlimáticas de Grant: la comparación de las doctrinas religiosas con los juegos de mesa, la mención a Lana del Rey o la extraña encuesta sobre la franquicia de comida rápida preferida.
Todas estas salidas de tono tan abruptas y bien hilvanadas con el resto del discurso, no son más que trucos para confundir al espectador —recordemos, a la misma altura que las protagonistas— sobre los motivos que impulsan al misterioso antagonista, haciéndolo aún más terrorífico y enigmático: ¿terminará matando a las chicas o tan solo quiere sermonearlas? ¿Qué quiere realmente de ellas el Sr. Reed? La pregunta se resuelve poco a poco en un proceso paralelo al que el anfitrión orquesta para alcanzar sus objetivos.
Dentro de la opresiva situación en que la película nos sitúa, sin escapatoria aparente y bajo el control de un terrorífico Hugh Grant, aflora cierta reflexión sobre la religión y la fe que aporta una profundidad mayor. En un monólogo casi ininterrumpido, secundado además por “casos prácticos”, el pintoresco Reed demuestra su saber teológico como si de una ponencia docente se tratase. Se podría decir que la película de Beck y Woods es una suerte de horrífica y filmada obra teatral que desmonta creencias al tiempo que mantiene una tensión casi palpable. Me recuerda en cierta forma a la interesante The Man from Earth (2007).
Víctima de su propia trampa
No obstante, como suele ocurrir en esta clase de películas en que protagonistas y espectador desconocen la mayor parte de la información y la tensión se construye en base a la incertidumbre, Heretic se desinfla en cierto punto y, aunque alcanza un final con moraleja bastante acorde a lo que venía planteando, llega a duras penas, como fatigada por unos compases anteriores carentes del músculo de sus primeros. La película, por querer sorprender, se pierde un poco hacia el fin del segundo acto cuando rompe el tono y la impostura asoma, derrumbando ligeramente el correcto castillo de naipes que venía levantando.
Conclusión
El éxito de Heretic (Hereje) en Estados Unidos no es para menos. Se trata de una película de terror que aborda la religión desde un prisma analítico e incisivo, que quizá los más dogmáticos rehúsen, sin dejar a un lado la tensión y malestar propios del género. Hugh Grant carga en sus espaldas la mayor parte de su peso con un personaje que, junto al Longlegs de Nicolas Cage, podría valorarse como el más inquietante e interesante del cine de terror de 2024.
Muchas gracias por leerme e ¡id al cine!