Este viernes 2 de agosto se estrena en España Longlegs (2024), la nueva película dirigida por el hijo del mítico Anthony Perkins —el Norman Bates de Psicosis (1960)—, Osgood Perkins (Gretel y Hansel: Un oscuro cuento de hadas, La enviada del mal), que sigue las investigaciones de una joven inspectora de homicidios enfrentada a una dura encrucijada contra un macabro asesino. La cinta adquiere los tintes del thriller policial más oscuro al estilo de Seven (1995), y su implícita influencia del cine negro clásico estadounidense, pero desvía el tono hacia una narración mucho más terrorífica, con un antagonista encarnado por un Nicolas Cage totémico, sin duda aspirante a nuevo icono del cine de terror contemporáneo.
Tráiler de Longlegs (2024) de Osgood Perkins
A Lee Harker (Maika Monroe), una nueva y talentosa agente del FBI, le han asignado un caso sin resolver de un asesino en serie. A medida que la investigación se complica y se descubren pruebas ocultas, Harker se da cuenta de que existe un vínculo personal con el despiadado asesino y debe actuar con rapidez para evitar otro asesinato.
Póster de Longlegs (2024) de Osgood Perkins
Una cuestión de tono. Inquietante atmósfera
Longlegs es un thriller policial más o menos convencional que puede recordar a una película tan mítica como Seven (1995). Sin embargo, en la construcción de la atmósfera alrededor de su villano principal opta por incidir en un terror puro más cercano al que inspira Sinister (2012), por ejemplo. La imagen y personalidad del personaje al que interpreta Cage, funcionan de forma tan potente como para elevar al nivel de icono del cine de terror contemporáneo (igual que Hannibal Lecter o Jigsaw) a un particularísimo asesino en serie constructor de muñecas, que se recrea en su indigencia moral de manera metódica y sádica.
Desde el principio de Longlegs el antagonista se muestra en pantalla, pero mediante una puesta en escena escorada, perfilada, partida…; de forma que Perkins no termina de explicitarlo (pienso en el encontronazo con la madre de la protagonista en el porche y cómo el plano expone a Longlegs de nariz hacia abajo, causando un terror aún más palpable). De esta forma sabemos que el enemigo es real e incluso la forma que tiene, causando una sensación de inquietud constante pues, por un lado conocemos su identidad, pero lo hacemos parcialmente.
El estrecho vínculo que pronto sale a la luz entre asesino e investigadora, refuerza aún más la terrorífica sensación de que algo va a ocurrirle a la protagonista (cuestión que acentúa el hecho de que vive sola en un lugar apartado y ocupa la mayoría de planos de la película: esperamos con ansia el repentino encuentro). Una pieza más de la construcción narrativa y atmósferica inclinada hacia el más absoluto terror, que sublima la particularidad esencial de que no conocemos el móvil ni el origen o naturaleza de Longlegs.
Desentrañamos de la mano de Lee cada una de las cuestiones clave del caso, de forma que la incertidumbre fruto del desconocimiento, como suele ser habitual, funciona como principal ingrediente del terror.
Otro de los factores de interés es el misterioso don de la intuición que la inspectora Harker posee. Una suerte de poder sobrehumano que extraña un poco en el mundo —y película— aparentemente normal en que se ubica. Poco a poco descubrimos, además, cierto esoterismo y prácticas lejanas a la realidad que explican algunas cuestiones fundamentales de la trama. De esta forma, aunque el terrorífico tono de la película es constante, su naturaleza fluctúa en la medida en que, si en un principio pensamos en El silencio de los corderos (1991), más adelante se plantean cuestiones que acercan Longlegs a algo más parecido a Hereditary (2018).
El fenómeno Nicolas Cage
Es innegable que la presencia de Nicolas Cage es uno de los alicientes principales para adentrarse en Longlegs. La deriva que ha tomado la carrera profesional de este mítico actor hace que cada uno de los nuevos proyectos en que trabaja sean esperados y consumidos únicamente por su aparición. Nick es una garantía en la gran pantalla, todo un fenómeno en sí mismo dentro del séptimo arte.
Hace pocos meses se estrenaba Dream Scenario, en que interpreta a un profesor de universidad anodino que se vuelve famoso de la noche a la mañana porque todo el mundo sueña con él. O en Willy´s Wonderland (2021), en que se enfrenta sin mediar palabra con un puñado de animatrónicos sanguinarios durante una noche como vigilante en un viejo local de entretenimiento. Una evolución artística curiosa, que ha encumbrado al actor de Leaving Las Vegas posicionándolo en la situación única que Alejandro G. Calvo describe como: un género en sí mismo.
En Longlegs su inesperada caracterización y entrega absoluta es el elemento clave de su éxito. No deja lugar a dudas del amplio registro que posee, dejando en evidencia las críticas que siempre ha recibido sobre su capacidad interpretativa.
Conclusión
Longlegs es posiblemente el mejor trabajo de su director. Un cruce orgánico perfectamente hurdido entre thriller policial de investigación y terror (algo así como El silencio de los corderos, pero más terrorífica a mi parecer) con un villano —Longlegs— interpretado por Nicolas Cage para elevar al estrellato icónico del slasher junto a Michael Myers o Jason Voorhees: ¡démosle tiempo!
Los elementos técnicos —fotografía, puesta en escena, montaje y sonido— conjugan con los narrativos y los actores y actrices dando lugar a la película más terrorífica del año de momento y una de las mejores. Al menos en mi ránking estará.
Muchas gracias por leerme e ¡id al cine!