InicioSeriesCrítica de Palomas negras (2024), ni Keira Knightley salva esta serie insulsa.

Crítica de Palomas negras (2024), ni Keira Knightley salva esta serie insulsa.

Cuando uno se asoma a la pantalla principal de Netflix, la plataforma de streaming más importante del mundo, uno no puede evitar contemplar las series más vistas como productos tan acelerados como vacíos de contenido (aunque, de vez en cuando, haya sorpresas). Una de las más vista en el mes de diciembre fue Palomas negras, miniserie de espías situada en el Londres navideño. ¿Se trata de una serie tan correcta como olvidable? ¿O es otro exitazo de Netflix a todos los niveles?

Helen es una espía que trabaja infiltrada como esposa de un importante político británico. Su lealtad pertenece a una misteriosa asociación que trabaja al mejor postor llamada Palomas negras. Cuando su amante es asesinado en un incidente que puede tener repercusión internacional, Helen intentará averiguar qué ha ocurrido con la ayuda de Sam, un sicario de la organización vinculado a su pasado.

Palomas Negras es una miniserie de seis capítulos, todos ellos dirigidos por Alex Gabassi, que ya participó en episodios de Raised by wolves, The Crown o The Frankenstein Chronicles (aquí tenéis la crítica de esta olvidada serie victoriana) . Es decir, un director funcional que no sobresale dentro de lo que la serie quiere contar.

Y lo que quiere contar está escrito por Joe Barton, guionista de la desconocida y reivindicable Giri/Haji (también en Netflix) y de The lazarus Project (serión que tenéis en Skyshowtime).

3

Sin embargo, si por algo llama la atención Palomas negras es por el protagonismo de Keira Knightley, estrella británica conocida desde hace veinte años por su protagonismo en la trilogía Piratas del caribe. La actriz decidió apostar por una carrera alejada del cine más comercial, con afinidad por las historias de época como Orgullo y prejuicio, Expiación o Anna Kanerina.

Hacía años que Knightley no aparecía en un producto puramente comercial, así que Palomas negras no es solo su regreso al cine de acción, sino su primera serie de televisión.

Por lo tanto, la actriz es el principal reclamo de Palomas Negras. Y no entiendo que ha visto Knightley en el guión de esta serie de espías del montón.

Los 21 mejores espías de la historia del cine

Básicamente, la miniserie aúna dos tramas aparentemente inconexas, aunque condenadas a entenderse al final de esta tanda de capítulos. Por un lado, la muerte de un diplomático chino que amenaza con desencadenar una Tercera Guerra Mundial en la que está involucrado el político casado con el personaje de Knightley. Por otro lado, el regreso del sicario, vinculado a las familias de los bajos fondos londinenses.

Es decir, Palomas negras abarca todo el espectro social del crimen londinense. Desde las altas esferas políticas a los más cutres criminales cockneys. Algo que no termina de encajar del todo bien.

El principal problema de la serie es que su guión deja mucho que desear. Apenas profundiza en alguna de las dos tramas y estas están aderezadas de un toque de humor que no cuaja. Es como una mala versión de las primeras películas de Guy Ritchie.

Además, la serie está repleta de continuos fallos de guión. El principal es que la protagonista es la esposa de un importante político británico pero puede salir y entrar de la casa y liarse a tiros y navajazos por todo Londres sin consecuencias. Su pareja, al menos al principio, no se hace preguntas sobre lo que hace o deja de hacer su mujer y es algo que no me puedo quitar de la cabeza en ningún momento de la serie. Tampoco se termina de profundizar en las consecuencias de la doble vida de la protagonista.

2

En este sentido, el personaje de Ben Wishaw (otro enorme actor metido en este desaguisado) es algo más interesante. Un sicario que tuvo que abandonar su vida personal y Londres por su trabajo y que debe volver a la ciudad donde lo dejó todo. Siendo un personaje cuyo cinismo es más apropiado para el tono que se ha buscado a Palomas negras, tampoco se termina de profundizar en su trama porque hay que dedicarle tiempo a la más política.

Junto a ellos, destaca una Sarah Lancashire (ay, Happy Valley, menudo serión) como jefa de ambos en una serie que no destaca ni por su trama convencional de espionaje ni por los toques gamberros que buscaban algo distinto. Al final, por mucho Netflix y mucha Keira Knightley, Palomas negras es, sencillamente, una serie más.

¡Un saludo y sed felices!

¡Nos leemos en Las cosas que nos hacen felices!

Fernando Vílchez
Fernando Vílchez
Comecocos. Intento aprender como si viviera para siempre y vivir como si hoy fuera mi último día...con las cosas que me hacen feliz.
ARTICULOS RELACIONADOS

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Últimos artículos

Comentarios recientes

Cuando uno se asoma a la pantalla principal de Netflix, la plataforma de streaming más importante del mundo, uno no puede evitar contemplar las series más vistas como productos tan acelerados como vacíos de contenido (aunque, de vez en cuando, haya sorpresas). Una de...Crítica de Palomas negras (2024), ni Keira Knightley salva esta serie insulsa.