En los años 80, el cine disfrutaba de muchas producciones de todo tipo de géneros. Uno de ellos era el de la fantasia. El cine nos hacía soñar con mundos imaginarios que plasmaban muy bien lo que era esa época que vivimos en esos años. Quizás hoy en día ese tipo de producciones como Dentro del Laberinto (Labyrinth, 1986) no sean evidentemente apreciadas de la misma forma, pero para más de una generación son un legado muy importante.
De dónde viene Dentro del Laberinto
La idea vino y nació del talento de Jim Henson, que fue un famoso titiritero y creador de Los Muppets y de otra gran pieza de culto de los 80, El Cristal Oscuro (aquí nuestro retro-análisis). La película fue una coproducción británico-estadounidense en la que colaboraron, aparte de Henson, George Lucas y David Bowie. Este último, de hecho, también tuvo un papel protagonista en el filme. Henson quería hacer una historia de fantasía, con una trama más accesible que El Cristal Oscuro (más oscura y compleja para el público joven) y que mezclara marionetas con personas reales.
El filme cuenta la historia de Sarah, adolescente de gran imaginación a quien su padre y madrastra dejan permanentemente al cuidado de su hermano pequeño, quien llora de manera tan irritante que ella pide al rey de los duendes que se lo lleve sin imaginar que su deseo se cumpliría. Sarah tiene a partir de ello trece horas para resolver un laberinto, llegar al castillo del rey Jareth y rescatar al bebé antes de que este quede convertido en duende para siempre.
Se basó en los cuentos de hadas (la fruta que se toma Sarah recuerda mucho a la manzana de Blancanieves), en la mitología y añadió elementos psicológicos. El encargado de escribir el primer borrador fue Terry Jones (Monty Phyton), el cual aportó un toque cómico y surrealista. El borrador se fue modificando con algunas ideas del propio Henson, de su hija Lisa y de Brian Froud (diseñador de criaturas). Seguramente estos cambios le dieron una profundidad al guion, más centrado en el viaje interior del personaje protagonista.
Elementos que la hacen memorable para muchas generaciones
En ese tiempo las películas tenían más mensaje de lo que creemos y tocaban temas tan importantes como el paso de la niñez a la madurez, el saber aceptarse a uno mismo y a los demás, o incluso el empoderamiento femenino (tan de moda últimamente).
Podemos decir que hay varios aspectos que la hacen especial, comenzando por sus efectos visuales, mezcla de marionetas con actores de carne y hueso en una etapa prehistórica de lo que hoy en día conocemos como CGI. La escena de los créditos donde se ve una lechuza volando es ejemplo de eso. Aparte de que la participación de George Lucas, en este caso como productor ejecutivo, ayudó a dar al filme un toque muy especial.
Las criaturas que Jim Henson creó para la película (se dice que más de 100 distintas) eran una mezcla de marionetas movidas por hilos y animatronics (el personaje de Hoggle es ejemplo de eso) e hicieron que la experiencia del público fuera especial. El que los actores interactuaran de forma tan natural con esos seres dio a la película una aura mágica.
Otro apartado destacable sería la música. La banda sonora de la película estuvo compuesta por Trevor Jones, compositor, entre tantas otras obras, conocido por Excalibur, El Último de los Mohicanos, Notting Hill o la siempre perturbadora Desde el Infierno. Ejemplos que nos dan una idea sobre que pudo aportar Jones al éxito de esta producción. Podemos definirla como etérea y emocional, utilizando una mezcla de sintetizadores con elementos orquestales. David Bowie, con cinco temas musicales, también le da un toque distintivo a este aspecto. Para destacar, canciones como “Magic Dance” o ” As the World Falls Down”.
Igualmente destacables fueron las actuaciones, sobre todo de una jovencísima Jennifer Connelly realmente agraciada en su rol de protagonista. Vemos su viaje desde su etapa de adolescente que se queja por todo, que no acepta el papel de hermana mayor a cargo de su hermano pequeño, para ver que al final de su aventura ha madurado y entendido el valor de la amistad.
Bowie estás más que correcto; fue criticado en algunos medios porque se decía que su papel estaba interpretado de manera demasiado exagerada, pero a mi entender era necesario para el tipo de personaje que interpreta. Y recordemos siempre que Bowie ha sido más cantante o compositor que actor.
Ese estilo entre glam y fantasioso le va tanto al actor como al personaje y para nada se siente fuera de lo que debe ser y representar en la pantalla. Otra cosa ya sería cómo lo perciban las nuevas generaciones, las cuales no han crecido bendecidas por esa fantasia tan ochentera que nos hacía volar la imaginación a quienes sí la disfrutamos en edad temprana.
Influencias importantes que dan la base a la película
Podemos ver influencias de diversos cuentos infantiles y otras obras literarias en Dentro del laberinto. Alicia en el país de las maravillas o Blancanieves serían algunos ejemplos. También de obras literarias de los hermanos Grimm o Andersen, con referencias tan claras como que el viaje que hace Sarah a través del laberinto podría ser influenciada por Lewis Carroll y su Alicia en el país de las maravillas , ya sea por el mundo que allí encuentra o por los personajes surrealistas que se cruzan en su camino.
El tema del secuestro del niño por parte de seres mágicos (los Goblins) es un recurso muy utilizado en el folclore europeo, sumado al viaje iniciático del personaje protagonista; nos recuerdan mucho a los cuentos de los ya mencionados Grimm o Andersen. Y el personaje de David Bowie (Jareth) también nos recuerda en cierta manera a la literatura gótica, con algo byroniano en su base. Es encantador, ambiguo y oscuro a la vez.
También el uso del propio Bowie como cantante en la película y la música con aire ochentero nos dan a entender la influencia de la cultura pop de la época. El vestuario, esas hombreras que usa Jareth, la melena larga, e incluso el traje que lleva nos retrotrae a grupos de rock duro de ese tiempo. No adapta exactamente ningún cuento u obra que os hemos nombrado arriba, pero sí que es verdad que se nutre de influencias de la época en que fue realizada.
Como dato triste, hay que decir que esta fue la última película de Jim Henson, quien moriría pocos años después y su lugar como presidente de la compañía pasaría tras su muerte a ser ocupado por su hijo Brian Henson, que es quien en la película interpreta a Hoggle.
A quién podemos recomendar Dentro del laberinto
Evidentemente a todas esas generaciones que crecimos con esta (y otras) producciones de fantasía que nos hacían volar la imaginación sentados en una sala de cine, a quienes en general amen este género cinematográfico y a los niños de las nuevas generaciones que aún no tengan un móvil donde ir pasando pantalla tras pantalla cada diez segundos.
Realmente estamos ante algo digno de ver al menos una vez en la vida, poder dejarnos llevar por lo que ocurre en pantalla, pasar una hora y cuarenta minutos pendiente de la aventura de Sarah. incluso la recomendamos a aquellos que ya hayáis dejado atrás vuestra niñez, pero que vais a volver a ella si os atrevéis a darle una oportunidad a Dentro del laberinto.Otras películas que merecen vuestra atención en este género aventurero fantasioso rodado en los 80 podrían ser Willow, La Princesa Prometida, o Lady Halcón.