Ya sea por el inmenso número de producciones o por su consecuente aumento de calidad y estándares, que una serie trascienda la frontera camino hacia lo mainstream, es cada vez más complicado. Precisamente por esto, es cuanto menos curioso que una producción española de Atresmedia, sea una de las que lo ha conseguido, y ya no solo en España, sino a nivel mundial, ganando un Emmy.
Hace poco salió la primera mitad de lo que es su nueva entrega, la llamada Parte 3 –aunque realmente sea la 2a temporada– y, dado el tremendo éxito que tuvo, es inevitable preguntarse: ¿Mantendrá el nivel?
Una pequeña retrospectiva: Esencia e innovación
Para poder apreciar mejor lo que nos ha ofrecido esta primera mitad, creo que es necesario contemplar y analizar lo que la hizo destacar y triunfar en un inicio. La casa de papel, en esencia, no nos propone nada nuevo, –de hecho no oculta en ningún momento sus referentes como Ocean’s Eleven– ya que el concepto del atraco imposible contra el sistema lo hemos visto ya mil veces. Lo que le da ese factor de originalidad es el cómo nos situó en la acción, partiendo de un atraco prácticamente in media res a través de la en ocasiones forzada voz en off, poniéndonos en una situación de ironía dramática y sumiéndonos de lleno en una tesitura loca e imposible que, con el paso de los episodios, vamos desentrañando poco a poco y entendiendo el cómo se construyo todo y porqué.
Este concepto mezclado con un batiburrillo canalla de referencias rebuscadas, su ritmo incansable y gran talento a la hora de dejar cliffhangers y giros de guión, hizo de La casa de papel una serie distinta pero con la que ya estamos familiarizados. Precisamente por eso, Netflix vio en esta producción española una oportunidad de oro para añadirla a su catálogo, ya que por su misma concepción y estilo, encajaba con los estándares de la plataforma: amena, universal, estructurada para el binge-watching y sin el factor riesgo de ser un producto nuevo, ya que bebe de muchos elementos ya asentados en la cultura popular.
El regreso: Luces y sombras
Establecida ya su numerosa base de seguidores y éxito internacional, la expectación era alta, aún más si tenemos en cuenta que una continuación no era necesaria. Un matiz relevante, ya que una mala motivación puede ser la perdición de cualquier producto. En esta parte 3, la mano de Netflix se nota más si cabe, desde la condensada duración, pasando por los medios hasta la misma estructura de los episodios. Una condensación que ha obligado a los guionistas a ser todavía más directos si cabe, al menos en lo que a ritmo se refiere, y se ha notado en los malabares que muchas veces la serie ha estado haciendo entre personajes y acción, viéndose a sí misma con una cantidad de líneas abiertas que no estaban preparados para abordar de lleno en esta primera mitad. Consecuentemente, muchos de los integrantes han perdido complejidad y se han visto relegados a un rol más conveniente, casi de herramienta de guión, –como es el caso de Denver y Río– y algunos simplemente han dado saltos de carácter y comportamiento completamente injustificados como es el caso de la ahora conocida como Lisboa, que muestra más bien pocos recelos a la hora de convertirse en criminal; o la mujer de Denver, Estocolmo, que tampoco tiene reparos a la hora de meterse en un atraco sin ninguna clase de preparación criminal, ni parece preocuparse por el bienestar de su hijo Cincinnati en ningún momento, cosa que su marido sí expresa nada más plantearse la idea de reunir la banda.
Precisamente por tratarse de una continuación y ya estar familiarizados con gran parte de los personajes, era especialmente importante darles a estos nuevas dinámicas y desarrollo para evitar la monotonía, pero la compresión a la que se han visto sometidos les ha obligado a no poderlos trabajar del todo y quedarse en una extraña media tinta con la línea de acción, algo comprensible pero que pierde el sentido cuando llegamos al siguiente punto: la cuestionable presencia de Berlín.
Berlín y el fan service
Habiendo establecido que no era necesaria una continuación, otro de los principales problemas de esta temporada ha sido el personaje de Berlín. Si bien en su primera entrega fue de los mejores personajes, aquí ha sido incluido de manera forzosa. No me refiero a que algunos flasbacks explicando su pasado y relación con El Profesor no sean interesantes, pero el darle una trama que explique el golpe de esta tercera parte, no deja de ser reiterativo y gratuito, ya que ya existe otra trama en la misma serie en la que El Profesor explica el golpe a los integrantes del grupo. Si esta parte con Berlín tuviese un arco mejor desarrollado y con un propósito más claro, probablemente no sería un problema, pero en la mayoría de sus escenas, su aportación no parece ser otra que la de estar allí para el público por su talante y carisma, vamos, fan service. Algo que per se no debería tener demasiada importancia, termina quitando tiempo para el desarrollo de personajes más relevantes para la trama y hace que los estereotipos reluzcan en determinadas ocasiones como arma a la desesperada.
Adictiva como siempre
Todo sea dicho, a pesar de mis pedánticas quejas, debo admitir que La casa de papel mantiene gran parte de lo que la hizo destacar en su momento. Aunque los momentos que rozan el ridículo y malos diálogos se hayan multiplicado –sobretodo en los primeros capítulos– esta tercera entrega consigue mantener la esencia y mostrarse tan endiabladamente adictiva y con adiciones interesantes como la inspectora Alicia Sierra. Los guionistas han demostrado una vez más tener las mangas repletas de ases para hacer que nos mordamos las uñas una vez más con el incierto devenir de este grupo de atracadores. Esperemos que la ya confirmada parte 4 siga en la línea y solucione algunos de los problemas que, al menos para mí, ha evidenciado esta.
Va bien! Me gusta cómo manejan la trama….
Me quedo con:
“Aunque los momentos que rozan el ridículo y malos diálogos se hayan multiplicado ..”
Por esos “momentos” no puedo pasar de capitulo 3 de primera temporada…es un no parar.
Si sigue así y va a peor apaga y vamonos..
La serie nadie la vió en su estreno A3,
Fue tener “exito” o propagarse rumor que lo tuvo por Netflix y pasar a ser “buenisima” y de moda.
Para mi es infumable.
Por mucho que tenga ritmo y acción los “momentos” la matan.