Blizzard lo ha vuelto a hacer: una gran historia en un juego de estrategia genial. Atrapa, apasiona, divierte y se disfruta, como en la primera entrega que salió en 1998 y que tanto hemos jugado durante más de una década. Ahora, diecisiete años más tarde, el estudio estadounidense cierra la saga y pone fin a las aventuras de Reynor, Zeratul y Kerrigan, la Reina de Espadas. Y lo hace de la forma más épica.
Ya hemos hablado aquí de ese vacío que siente uno cuando cierra una buena historia. Esa pequeña muerte rol que también nos pasó en el genial Witcher 3. Y es que cuesta dejar atrás personajes carismáticos y con buenas historias. Es difícil, en definitiva, no seguir participando de un videojuego que atrapa como un libro. Legacy of the Void nos deja con diecinueve misiones para protsoss muy entretenidas que son exactamente lo que un seguidor de la saga esperaba. Luego hay un epílogo de tres misiones para poner punto y final, según ha dicho Blizzard, a esta trama (aunque no necesariamente al universo Starcraft). Por fin sabemos para qué sirve el obelisco que recuperamos en la primera parte de esta trilogía. Por fin entendemos a Zeratul, el proto que es considerado un traidor. Por fin empatizamos con Kerrigan… En definitiva: ¡Qué fácil es sumergirse en la historia! ¡Y qué difícil salir!
Diversión y entretenimiento. Como en todos los Warcraft, como en el mítico e inmortal Starcraft, como en los buenos juegos de estrategia. Con muchas opciones de tropas, de mejoras y de maneras de resolver la dificultades. Todo ello comandando desde una base que necesita de recursos para progresar. A veces con campeones con habilidades especiales ayudando y otras con masas y masas de tropas. Cada uno a su manera. Eso es lo que te permite este juego: ser un comandante. Luego, al terminar la campaña, es habitual que uno decida probar el multijugador porque al fin y al cabo quiere seguir manejando tropas… y es entonces cuando te das cuenta que ni el modo individual más difícil te prepara para ver tu tropas aniquiladas en los primeros cinco minutos de juego online. Y es que Starcraft, que ya de por sí es rápido, parece que querer reducir tiempos para tener cabida en las grandes competiciones. Hay que ser muy bueno.
En definitiva, Blizzard lo ha hecho otra vez. Un material de primera. Y ahora toca pensar sobre si dividir un juego en tres entregas de 30 euros separadas por dos años fue un acierto. Al principio la idea no gustó a nadie pero luego convenció: más juego y más diversión. Alargar la vida útil del videojuego hasta el máximo. Quién sabe hasta cuándo. Pero desde luego el precio compensa las horas de diversión y es muy posible que en un futuro, cuando saquen Warcraft 4 –que llegará por seguro antes o después-, lo harán también por capítulos.
Jim Raynor, ha sido un orgullo recorrer el espacio contigo. O bueno, manejarte para que recorras el espacio haciendo lo que yo digo.
Buen post. Blizzard lo ha vuelto a hacer.
Yo me esperaré al pack de los tres juntitos.
Muchas gracias!
Pues el pack de los tres juntos jugado del tirón debe ser una gran experiencia… pero es que no nos podemos esperar XD Aunque sí es verdad que así mantienen viva la llama. No saben ni nada.