Recuerdo cuando empecé a leer por primera vez al Escuadrón Suicida. Hace más de veinte años desde aquel primer momento en que me llamó la atención esta serie de cómics donde se llevaba al mundo de los súper héroes la filosofía de la película Doce del Patíbulo. La primera misión me cautivó, se presentaba un escuadrón donde aparte del líder, que no era un recluso si no alguien con su ética y sentido del deber intacto, los demás te podían traicionar en cualquier momento o simplemente sacar su lado rebelde contra el poder en el momento menos conveniente. Pero todos hacían alarde de una personalidad arrolladora. Muchos de ellos, como por ejemplo Deadshot, dejaban entrever un pasado tan marcado que les hacía tener una ausencia casi total de miedo ante lo que podía pasar en cada misión, incluido el hecho de perder la vida. Y estas circunstancias eran las que hacían tan atractiva a esta serie. Ahora ECC ha sacado a la venta el primer volumen de este Nuevo Escuadrón Suicida: Fuerza X donde se engloban los episodios del uno al ocho de este lavado de cara al grupo de la penitenciaría de Belle Reve.
Aquí tenéis el enlace al ejemplar.
¿Lo he disfrutado?
¿ Por qué he comenzado el artículo ensalzando las virtudes de esta serie hace veinte años ? Porque tras leer este volumen del Nuevo Escuadrón no encuentro casi ninguna de ellas. El dibujo, a cargo de Tom Derenick, Jeremy Roberts y Philipe Briones, es correcto aunque algo carente de movimiento. Me entenderéis cuando lo veáis. Pero ese no es el problema. El problema viene desde la intrascendencia que destilan las historias pero incluso eso también sería perdonable si, como en etapas anteriores, la personalidad de los personajes nos atrapara. Eso tampoco ocurre. Deadshot, que para mí era el estandarte de este grupo, no presenta aquí prácticamente nada de su ego destruido y a al borde del precipicio mental, ni su frialdad ante los acontecimientos ni el peligro. Lo mismo pasa con Boomerang que tiempo atrás enarbolaba un sentido del humor sarcástico casi a la misma altura de las posibilidades que había de que se rebelara en la misión. Nada de esto se aprecia ahora. Tampoco en los nuevos miembros. Manta, líder del grupo y voluntario para participar en el Escuadrón, Harley Quinn, la cual no necesita presentación pero que tampoco se explota su carisma, Deathstroke el mercenario y un par de ellos más que se alternarán en las misiones.
Las dos aventuras en los que se desarrollan estos ocho capítulos se emplazaran en la China comunista y la Rusia de Putin. Las escenas de acción se alternarán con la lucha que Amanda Waller tendrá con los nuevos directivos del Pentágono asignados al Escuadrón. Waller no comulgará con los nuevos métodos que se intentan implantar y no cejará en imponer su punto de vista ante ello para conseguir que le dejen llevar las riendas de su criatura como siempre ha hecho.
En definitiva, por lo que a mí respecta es una serie sin sustancia que no explota lo mejor del argumento que es el origen de sus personajes. Eso sí, tenéis acción a raudales lo que tal vez para muchos ya justifique su compra. La lectura es entretenida y liviana sin exigir mucho al lector por lo que puede que sea un buen acompañamiento para una tarde lluviosa de sábado. A vuestra elección queda. Si sois muy fanáticos de la serie y la película estrenada tiempo atrás sin duda lo disfrutaréis. Como he dicho antes el dibujo es agradecido aunque carente de movimiento pero vuestra vista se sentirá recompensada ya que los trazos son muy limpios y llenos de colorido. El guión, a cargo de Sean Ryan, es lo más pobre pero hay quien no le da tanta importancia a eso. Igual que otro tipo de lectores no se lo da al dibujo. Es lo bueno que tiene este mundo. Si entras en una tienda, seas del tipo de persona que seas, seguro que encontrarás un cómic a tu medida. Sería fantástico si lo pudiéramos extrapolar a todos los ámbitos de la vida. Pero al menos mientras nos quedemos por un rato inmersos aquí dentro tendremos la posibilidad de ser felices. Luego podremos salir de nuevo fuera de la esfera de protección a combatir la realidad.
Un abrazo a todos.
