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Análisis de Riverdale. Temporada 6. Episodio 2

Nuevo episodio de Riverdale y, por lo tanto, nuevo análisis. Continúa el evento de cinco episodios que nos ubica en la dimensión paralela llamada Rivervale. La serie, creada por Roberto Aguirre-Sacasa, es emitida por The CW y para España por Movistar+.

Bienvenidos a un nuevo análisis semanal de Riverdale, aunque seguimos en Rivervale y, según se presume, así será durante estas primeras cinco entregas de la sexta temporada.

El episodio que hoy nos ocupa es el segundo de la misma o, si lo preferís, capítulo 97 en el total: su título es Historias de Fantasmas y pasamos ya mismo a analizarlo no sin dejar de advertirles que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA ni de recordales que pueden leer aquí nuestros análisis anteriores.

Tal como dijéramos antes, seguimos en Rivervale, donde todo es como en Riverdale pero (aun) más extraño. Como la entrega anterior, se inicia con relato inicial de Jughead en plan Rod Serling en La Dimensión Desconocida. Nos cuenta acerca de un conflicto al cual compara con la historia bíblica de Caín y Abel, aunque, a decir verdad, se parece más a Romeo y Julieta.

En efecto, resulta que las Serpientes y los Guls son enemigos acérrimos desde hace años (eso está igual que en Riverdale) y que el odio se ha exacerbado al enamorarse la princesa de los primeros del príncipe de los segundos (eso es nuevo). El enfrentamiento devino en que Toni, digamos que por accidente, acabó con la vida del muchacho en cuestión y, según cuenta después a su terapeuta, está llena de culpas porque no había querido matar sino herir: en fin, muchacha, arrojaste una navaja, no una naranja …

Jughead nos cuenta que hay tres historias de fantasmas y hacia ellas vamos: todas tienen que ver con venganza, pero en dos hay novia despechada con martillo y en la restante, mucha pero mucha agua…

Todo por un Camaro

El padre de Reggie está pasando sus últimos días en el hospital. La relación, recordemos, siempre fue conflictiva, aunque en el último tiempo venía mejorando. Lo que más capta la atención del hijo, sin embargo, es un Camaro SS 1969 que alguien trajo a Mantle Motors para tasar y vender. Siendo idéntico al que alguna vez le prometiera su padre, lo compra por el doble de su valor y hasta le da nombre: Bella.

Desde ese momento, Veronica pasa a segundo plano en atenciones, deviniendo ello en celos y recriminaciones, molestándose él cada vez que ella se refiere a Bella en términos despectivos o insultantes.

La cosa se pone mucho más álgida cuando, en el interior del auto, Veronica encuentra la foto de una atractiva mujer con dedicatoria al reverso: “Tienes mi hombro para cuando quieras llorar”.

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Peor aún: al cáersele luego en los pasillos del colegio, la misma es recogida por el director Weatherbee, quien reconoce en la imagen a Isabella Soprano, profesora de educación vial que, en su momento, fuera expulsada del instituto por relaciones impropias con alumnos.

Veronica estalla en furia y Reggie la encuentra martillo en mano junto al Camaro, cuya carrocería luce como una desgracia: confieso que me dolió más que a él.  Consternado, él le cuenta que no tuvo ninguna relación íntima con la profesora Soprano, que fue la única que prestó oídos a su pasado de niño abusado. Además la pone al tanto de que su padre acaba de morir hace veinte minutos y su fingido llanto evidencia que eso le sirve para calmar las aguas.

Lo logra: culposa, Veronica le regala otro Camaro 69, que él agradece, aunque parecería extrañar el anterior. Sin embargo, cuando en la noche se apea al mismo, se encuentra otra vez con la foto dedicada mientras que el espejo retrovisor le devuelve, desde el asiento trasero, la imagen de la profesora Soprano, quien evidentemente está muerta y su fantasma toma vida en cualquier Camaro 69.

La Habitación Secreta

Jughead y Tabitha están instalados en su nueva casa.  Él no encuentra inspiración para escribir hasta que ocurre algo: al regresar ella del trabajo e intentar poner un clavo para colgar un cuadro, descubren que el muro está hueco y que al otro lado hay una habitación repleta de barcos en botellas de whisky.

 

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Jughead encuentra el lugar estimulante para su inspiración, pero Tabitha va a la inmobiliaria a averiguar por qué hay una habitación que no figura en los planos. La señora Gordon le pone al corriente de una desgracia familiar ocurrida allí cincuenta años atrás, cuando un artista obsesionado con su pintura dejó en absoluto segundo plano a su esposa, que lo asesinó a golpes de martillo para luego ahorcarse.  Lo que más sorprende a Tabitha es que la mujer diga que Jughead ya lo sabía.

Cuando vuelve a casa para recriminarle, él admite su error pero, al mismo tiempo, se muestra entusiasmado porque nuevamente se halla inspirado y escribiendo a toda velocidad (esta vez sin hongos alucinógenos).

Tabitha le pregunta a su abuelo Pop si cree en fantasmas (parece que en el mundo de Rivervale, no se retiró y sigue a cargo del restaurante), a lo que no solo responde afirmativamente, sino que, además, le cuenta que Pop´s tuvo el suyo propio con una camarera que murió por un accidente con una freidora y cuyo espíritu recién abandonó el lugar luego de una gran gresca en 1980.

Pero lo que más la altera es hablar con Betty y que esta le cuente que leía los manuscritos de Jughead, algo que a ella le prohíbe terminantemente. Fuera de sí, va en su búsqueda y le destroza todas las botellas de whisky que él dice solo haber comprado para vaciar su contenido y colocar barcos en su interior. No conforme, le destroza su vieja máquina de escribir: idéntico golpe para él que el Camaro destrozado para Reggie.

Tabitha alza el martillo y está a punto de matarlo a golpes cuando, en un espejo y también martillo en mano, ve a Diane, la mujer que ultimara a su esposo en esa misma casa.  Inmediatamente, suelta la herramienta y manifiesta que no son como ellos; abraza a Jughead en el piso y ambos se dicen que se quieren mientras una puerta se cierra y, al parecer, los fantasmas se han ido. Lo siguiente será reconstruir el muro para cerrar la habitación como antes: yo buscaría otra casa…

La Dama de Negro

Una fantasmagórica mujer vestida de negro de la cabeza a los pies ha salido de las aguas del río Sweetwater y anda haciendo de las suyas. Primero en Thornhill, donde Cheryl, brindando con brandy junto a Betty y Nana Rose, agradece a Archie que, con su sacrificio, ha hecho posible que los arces vuelvan a tener savia: las reglas de la magia suelen funcionar en Thornhill y ni qué hablar en este mundo paralelo.

Uno de los niños Blossom irrumpe avisando que su hermana está siendo atacada. En efecto, la mujer de negro se ha presentado en la mansión y ha intentado ahogar en la tina a Jupiter, Juniper o como se llame (sigo con ese problema), pero se ha marchado apenas llegó Cheryl.

No es la única noticia del misterioso espectro. Lucinda Villa, una de las líderes de las Serpientes, ha sido detenida por asesinar a su pequeña hija. Como Betty no consigue sacarle información, va en busca de Toni, en quien quizás confíe más por su condición de Serpiente. Entre desesperados sollozos, la mujer le cuenta que su hija fue asesinada por la Llorona.

La misma es, en este caso, un espíritu vengativo que ha perdido a sus hijos y se venga ahogando a los de otros. Betty no puede aducir algo así en defensa de Lucinda, pero el fantasma también ha pasado por su casa y las consecuencias quedan a la vista en su visita al doctor Curdle Jr.

Este, al momento de constatar el estado de su embarazo, le informa que el mismo ya no existe: es obvio que es también obra de la Llorona. Para ser honesto, no vi a Betty demasiado afectada por su no maternidad…

La mujer también pasa por el colegio, donde solo es vista por Tabitha, que toma un hacha de incendios (no sé para qué) y queda en evidencia como inestable psíquicamente.  Ello motiva una visita de la asistente social (que también es su terapeuta), preocupada de que quizás no esté en condiciones de cuidar a un niño.

Ella quiere saber quién le ha denunciado. Se oyen ruidos y cuando van hacia la habitación del bebé, lo encuentran sobre un piso cubierto de huellas húmedas que delatan que la Llorona ha intentado llevárselo.

Siguiendo el camino de las visitas del espectro, Betty llega a la conclusión de que esa casa es, precisamente, su objetivo final, pues allí está el niño que busca. Olvidando cualquier protocolo del FBI  (seguramente inútil en Rivervale), va a ver a Cheryl para pedirle que invoque a la Llorona en sesión de espiritismo y así averiguar quién es o qué busca.

A la pelirroja la han llamado a su juego y en, efecto, se realiza la sesión en la cual la Llorona hace presencia y se posesiona del cuerpo de Nana Rose, por cuya boca habla. Se trata de Martha Mallon, una ex enfermera que cuidaba el ala infantil del primer hospital de la ciudad y a quien los vecinos acusaron injustamente por muertes de niños que habían sido consecuencia de la viruela, el frío o descuidos de los médicos: acusada de bruja, fue arrastrada al Sweetwater para ser ahogada junto a sus hijos.

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Cuando se le pregunta quién la invocó, resulta que fue Darla Dickenson desde la tumba de su hijo, aquel muerto por Toni en el “incidente navaja“.

En efecto, van a la tumba y allí la encuentran: por mucho que Toni intente apaciguarla, ella le replica que no puede saber lo que se siente perder a un hijo; en su caso, el único que le quedaba vivo. Su móvil es que Toni sufra lo que ella sufrió.

A todo esto y para evitar nuevos intentos de rapto, el bebé ha sido dejado en el Whyte Wyrm, donde es custodiado por cincuenta Serpientes al mando de Fangs. Ingenuos son en pensar que ello pueda detener a un fantasma: al llegar Toni y Betty, encuentran a todos vomitando agua en el piso y el niño, obviamente, ya no está.

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Sabiendo hacia dónde lo ha llevado, corren hacia el Sweetwater y a su vera encuentran a la Llorona, a punto de sumergirse con el bebé. Toni intenta convencerla con que sufrió una cruel injusticia y que no tiene sentido vengarse con niños inocentes; el espectro responde que nadie lo es.

Toni le ofrece entonces un trato: quedarse con todo su dolor a cambio de que deje vivir al bebé y, en efecto, así ocurre. Mientras le encarga a Betty que lo cuide, el cuerpo de la Llorona se deshace en agua y se fusiona con el suyo: queda de negro y con los ojos en blanco antes de despedirse y desaparecer en el río.

Balance del Episodio

¿Hemos visto el segundo episodio de toda la serie en que no aparece Archie? Creo que el otro fue el del origen de Hiram (decimosegundo de la temporada anterior) y, extraña casualidad, ambos tuvieron que ver con una llorona: la canción en aquel, la leyenda en este.  Y en ambos volvimos a ver a Pop al frente de su restaurante: me llena de alegría saber que en el mundo paralelo sigue en funciones.

A propósito de la Llorona, es un mito de la tradición hispanoamericana (México, especialmente) al que algunos incluso dan origen precolombino. En la cultura anglosajona el personaje es conocido como The Weepin´Woman, pero aquí se ha utilizado su denominación en español.

En su versión más conocida, es un alma en pena que llora arrepentida por haber ahogado a sus hijos, mientras que aquí fueron otros quienes los ahogaron, pero mitos son mitos y siempre pueden ser reinterpretados al no haber libreto oficial.

Por los dos episodios que ya hemos visto de esta temporada, parece haber tendencia a la autoconclusión a pesar de cierta continuidad.  No creo, entonces, que vayamos a ver el rescate del alma de Toni ni cómo sigue lo de Reggie con su fantasma del auto.

De un tiempo a esta parte vengo insistiendo en la abundancia de referencias a Stephen King en los productos de Roberto Aguirre-Sacasa y aquí vuelve a quedar claro: el auto poseído remite inequívocamente a Christine y la habitación fantasmal (definición del propio King) al relato 1408.

Pero Riverdale (o Rivervale) no solo está lleno de referencias a King, sino también a la cultura popular en general: Cheryl describe a la mujer de negro como salida de una película de M. Night Shyamalan y Jughead declara que le gustaría darle a la habitación secreta una decoración náutica a lo Neil Gaiman (es sabida también la pasión de Aguirre-Sacasa por el cómic). La historia del artista obsesionado con su obra siempre remite al mito de Pigmalión y el nombre de la profesora-fantasma es claro homenaje a la serie Los Soprano.

Perdón que insista, pero creo que estaré durante los restantes tres episodios de este evento aguardando con ansias el momento del doctor Curdle Jr. Con sus breves intervenciones, es ya el personaje de la temporada: el psicópata más querible. Y me gusta más como médico de pueblo que como forense porque la contradicción con su personalidad es más fuerte.

Detalle genial: el cartel de Rivervale cambie permanentemente de texto y esta vez decía “Lugar perfecto para una estancia lluviosa” mientras la Llorona pasaba por delante.

Por ahora, el evento de cinco episodios marcha bien y nos mantiene entretenidos e incluso expectantes a pesar del carácter autoconclusivo, ya que nos deja preguntándonos por la siguiente temática. La entrega anterior tuvo que ver con sacrificios rituales; esta con fantasmas. ¿Y la próxima?  Vean el avance…

Por lo pronto, sabemos que el cuarto episodio vendrá de brujas, ya que se anuncia para entonces el esperado crossover con Las Escalofriantes Aventuras de Sabrina.

Será hasta la próxima semana y sean felices…

Rodolfo Del Bene
Rodolfo Del Bene
Soy profesor de historia graduado en la Universidad Nacional de La Plata. Entusiasta del cine, los cómics, la literatura, las series, la ciencia ficción y demás cosas que ayuden a mantener mi cerebro lo suficientemente alienado y trastornado.
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