Seguimos analizando los episodios de Sé lo que hicisteis el Último Verano, serie de Prime Video que, creada por Sara Goodman, adapta la novela de Lois Duncan que ya tuviera previamente una versión cinematográfica: hoy es el turno del sexto.
Bienvenidos a un nuevo análisis de Sé lo que hicisteis el Último Verano (para Latinoamérica, recordemos, Sé lo que hicieron el Verano Pasado), hoy para analizar el sexto episodio de esta primera temporada, que lleva por título Al menos tienes Una de Repuesto. Luego de una entrega sin muertes, hemos tenido dos y han regresado los elementos slasher, pero sin dejar de lado el whodunit, ya que la trama policial de fondo sigue incorporando revelaciones sobre el pasado.
Pasemos a analizarlo advirtiendo que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA y recordándoles que pueden leer aquí nuestros análisis anteriores.
Asesino en el Bosque
El episodio comienza con la misma imagen del machete ensangrentado que nos dejaran como cliffhanger la semana anterior, solo que ahora es de día. Pero vamos doce horas atrás y todo está en sombras, aunque con el machete en el mismo lugar y oyéndose de fondo la respiración jadeante del cierre de la entrega anterior.
Huyendo de los disparos de escopeta de Clara, Alison y Dylan se ocultan en un cobertizo y a él se le reaviva su ya clásico trauma con las cabras al cruzarse con una: sus viejos fantasmas en relación a ese animal siguen siendo misteriosos para nosotros. Más mundano parece lo de Margot al pisar mierda, la peor pesadilla de una niña rica.
Pero a quien peor le va es a Riley, que logra llegar a la carretera y hacer señas a un conductor pidiendo ayuda.
Nada más lejano: la camioneta se desvía e intenta atropellarla, viéndose ella obligada a escabullirse entre la vegetación con lo que, al menos en principio, se libra de la misma. Alivio solo fugaz: un machete la atraviesa desde atrás y luego le secciona el antebrazo.
No sabemos si el asesino es el mismo que conducía el vehículo perseguidor, pues en ninguno de ambos casos vimos el rostro. Por lo pronto, no la remata sino que se marcha dejándola agonizante y arrastrándose.
El Laberinto de Dylan
Los flashbacks nos siguen llevando a la fiesta de graduación y revelando detalles nuevos. Dylan y Riley compartían una historia sentimental, pero él no quería avanzar más allá: el motivo, claro, era su obsesión por Alison y la propia Riley se daba cuenta de ello: le recriminaba haberse “guardado para él”, mientras que él, en cambio, se “guardaba para Alison”.
Poco a poco vamos uniendo piezas: Dylan no concretaba relación con Riley porque su cabeza estaba puesta en Alison, a la que, incluso, seguía en su página erótica sin saber que era en realidad Lennon. Él sentía que ella le era inaccesible y la propia Riley se lo restregaba: allí está la razón de que, en aquella fiesta, él terminara acostándose con Lennon, pero buscando ver en ella a su gemela, con quien no podía pasar de amigo.
La Cabra y el Alambre
Por otra parte y de vuelta en el presente, Alison revisa el móvil de su hermana y encuentra una nueva imagen de la boda entre su padre y Clara en la que aparece, además, un sujeto sonriente etiquetado como Fred Philips, con quien descubre que Lennon se comunicaba de tanto en tanto.
Riley no ha regresado a casa y su madre Courtney (Cassey Beck) lo toma al principio como comportamiento adolescente normal, pero comienza a preocuparse cuando sigue sin dar noticias ni tampoco responde el móvil. En la seccional de policía discute con Lyla, quien argumenta que no puede iniciar una búsqueda hasta que Riley esté oficialmente desaparecida y para eso hay que aguardar cuarenta y ocho horas, plazo en el que, según Courtney, su hija podría ya estar muerta.
En la policía están más bien desvelados con las arañas lobo sin saber que los enigmas se tocan: Lyla se sigue afirmando como el polícia inepto de todo slasher. Ofuscada, Courtney sale a buscar por propia cuenta y va a preguntarle a Bruce, quien dice no saber nada. “Al menos tienes una de repuesto”, le dice ella tristemente ante lo incierto del destino de su hija. Bruce parece encontrar en tales palabras alguna connotación extra, pero con un actor tan inexpresivo nunca se sabe.
Courtney, acorde a las sospechas más generalizadas, va a casa de Clara y tras toparse con la cabra en el corral, una máquina de alambrar se cierra sobre su cuello y la levanta en vilo con ayuda de una pala mecánica: muere estrangulada y con esa dantesca escena se encuentra la policía al llegar al lugar tras la pista de las arañas comedoras de cerebros.
Madre Misteriosa
Continúan aflorando secretos del pasado: Bruce se presenta en casa de Margot para hablar con Alison porque, claro, sabe que ha encontrado las fotos de su boda con Clara. Para sorpresa de la joven, le confiesa que su madre formaba parte de la secta y que sigue viva, pero remarca que no es Clara, lo que confirma la primera de mis suposiciones sobre las que nada quise aventurar para no ser involuntario spoiler.
Dolida, Alison no puede creer que se lo haya ocultado, a lo que su padre responde que el suicidio fue la única forma de explicarles la ausencia de una madre que se había marchado abandonándolas. Es verdad, Bruce: ninguna niña podría superar que su madre se fuera; mejor decirle que se mató…
Más aún: parece que eso era lo que Lennon amenazaba con contarle a su hermana la noche en que Bruce la dejara en la carretera. Alison se anoticia así de que fue su padre y no ella el responsable de que Lennon anduviera deambulando sola en plena noche.
Riley, a todo esto, continúa arrastrándose y, con gran esfuerzo, llega hasta su casa ya para la noche siguiente: milagro inexplicable que siga viva atravesada de lado a lado y con un antebrazo cortado. De todos modos, hasta allí llega: sin que su presencia sea siquiera advertida, queda yaciente y sin vida a metros de la cerca y allí la encuentra Clara, que la mira de modo casi indiferente.
La Marea está subiendo
La noticia de la muerte de Courtney, unida a la falta de noticias sobre Riley, impacta al grupo juvenil, aunque Dylan, como siempre, muestra una actitud alienada que lo diferencia de los demás: se alegra de la muerte de Courtney y, además, considera que todos deberían estar muertos.
Es por ello que cuando, instantes después, descubren que él ha salido de la casa dejando una nota que anuncia su pronto regreso, Margot comienza a verlo más firmemente como sospechoso y así se lo manifiesta a su amiga: después de todo, argumenta, es el único que dice haber visto en la cueva a Clara, blanco fácil de cualquier sospecha. Alison se pregunta por qué entonces no la mató a ella en los bosques, a lo que Margot aduce que siendo ella, a sus ojos, la asesina de la chica que amaba, quizás la esté reservando para el final: guinda del pastel.
No sabemos aún si, tal como Margot afirma, Dylan es el asesino, pero digamos que ese chico muy bien no está y la escena siguiente lo confirma al mostrarlo una vez más en la cueva de la playa, pero esta vez grabando a cuchillo el nombre de Riley. Como ya le ocurriera antes, vuelve a oír sonidos, pero esta vez son ratas: al seguir a una de ellas, sin embargo, llega a un sector de la cueva poblado de velas encendidas y animales muertos embadurnados en una sustancia viscosa que impregna todo el lugar.
En ese momento llega Clara arrastrando el cuerpo de Riley. A Dylan se lo ve compungido, pero no tanto como sorprendido, mientras la mujer, en tono enigmático, le anuncia que “la marea está subiendo”.
Balance del Episodio
La serie muestra una clara oscilación entre el thriller y el slasher; así como al analizar la entrega anterior decíamos que se había privilegiado el primero, esta vez hemos tenido dos muertes bien slasher y una de ellas con mutilación incluida.
De todos modos, la trama policial se sigue enrevesando con detalles cada vez más escabrosos. ¿El asesino es Bruce? Es cierto que tiene un perfil totalmente psicótico y carga con culpas de aquella noche, lo cual podría proyectar en los demás, pero es un hecho que no mató a Riley, aunque no tenemos pistas de quién lo hizo. Llama la atención, eso sí, la poca sorpresa que mostró al ver llegar a Clara con el cuerpo y, por cierto, tampoco ella evidenció mucha al hallarlo. Está claro que Clara no tiene problemas en matar a nadie, pero de acuerdo a lo que vimos parece más mujer de escopeta que de machete.
Las arañas lobo siguen siendo un misterio: ¿para qué las tiene Clara y por qué aparecieron en los cadáveres? No sería raro que, siendo blanco tan fácil, alguien esté queriendo incriminarla aun cuando, repito, tampoco es que sea inocente.
¿Cuánto más oculta Bruce? Ya sabemos que estuvo casado con Clara y que la madre de las gemelas formaba parte de la secta. ¿Cómo se une todo eso? La escena ritual en la cueva habla de que la misma sigue funcionando o, por lo menos, alguien mantiene sus prácticas en secreto. Seguimos, de todos modos, sin saber qué pasó con aquella comunidad y ese gran suicidio colectivo o lo que sea que haya acontecido.
Lyla exaspera de tan inoperante: no solo los asesinatos ocurren bajo sus narices en una comunidad muy pequeña, sino que no da lugar al caso de Riley porque aún no han pasado cuarenta y ocho horas: ¿están con asesinatos a mansalva y no dedica tiempo a la desaparición de una joven solo porque no se ha cumplido el plazo estipulado? O es demasiado imbécil o también oculta algo.
No descartaría, de hecho, la posibilidad de que hubiera más miembros de la secta dando vueltas por el lugar y… ¿quién es el tal Fred Philips? Por otra parte, se confirmó una de mis presunciones (la madre de las gemelas no se suicidó y sigue viva), pero creo que hay también un secreto en relación con las hermanas y, por las dudas, sigo callado: solo pensemos en el título del episodio, que quizás nos quiera decir algo más de lo que aparenta.
Al igual que ocurriera con Doug un par de episodios atrás, perdemos con Riley a otro personaje que se perfilaba interesante, pero esto es slasher y sabemos que es parte del precio a pagar: Alison tiene perfil de “final girl” y, como tal, es lógico que sigan muriendo a su alrededor. Por cierto, me parece un buen personaje Kalama, la ayudante de Lyla, que parece ser mucho más eficiente: ojalá dure algo más.
Los diálogos siguen siendo un gran problema en la serie como la disparidad de las actuaciones: el “duelo actoral” entre Madison Iseman (Alison) y Bill Heck (Bruce) deja bien claras las diferencias actorales. Pero la trama, al menos y por ahora, nos mantiene atrapados y, aun con detalles poco creíbles, lleva a seguirla.
Veremos con qué nos vienen el próximo episodio en que seguramente sabremos más sobre el turbio pasado de los personajes. Hasta entonces y sean felices…
