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Stevie Van Zandt: discípulo, fiel creyente y guardián de las esencias del rock

Max (antes HBO) ha estrenado Stevie Van Zandt: discípulo, un documental sobre la figura del músico, actor, productor y compositor que ha acompañado a Bruce Springsteen en su carrera y que también ha destacado como actor en una de las mejores series de la historia. Aunque dos horas pueden parecer muchas en un producto de este tipo, la verdad es que se hacen cortas.

Steve Van Zand es un personaje fascinante, lleno de fuerza y pasión por la música, algo que transmite en todas sus actuaciones. Además, su figura como compositor y arreglista es prácticamente ignorada por el gran público, al igual que su faceta como activista. Todo eso se retrata en Stevie Van Zandt: discípulo, dando lugar a una acertada visión de lo que ha sido la carrera del guitarrista.

Salvación, revolución, evolución y revelaciones

Stevie Van Zandt: discípulo está dividido en cuatro parte. Se inicia explicando la trayectoria musical de Van Zandt (Libro I: salvación) desde sus inicios en locales de New Jersey hasta el inicio de su carrera en solitario, cuando abandona la E Street Band en la gira Born in The U.S.A; de sus primeros bolos en Asbury Park a sus actuaciones con Southside Johnny & The Asbury Jukes hasta integrarse en la banda de Bruce Springsteen, al que solucionó los arreglos de Born to Run.

La segunda parte (Libro II: revolución) ocupa la mayor parte del metraje y cuenta su carrera en solitario y su transformación radical en activista político, una faceta muchas veces ignorada. Esta es la parte más interesante y apasionante de la cinta, donde vemos su compromiso con unos valores universales y su implicación en el movimiento que ayudó a terminar con el Apartheid.

En este sentido, Stevie Van Zandt: discípulo quizás peca de entusiasmo, ya que por momento parece que acabó con el régimen de Sudáfrica él solito pero hay que valorar cómo movilizo a músicos de diferentes sensibilidades y los unió en una causa común. Es más, cuando aparece Bono y dice que el compromiso y la actitud de Van Zandt fueron su ejemplo y su motivación para dedicarse a las causas nobles, no puedes más que quitarte el sombrero.

Inciso: es increíble como nos siguen machacando en emisoras retros (o clásicas, como queráis) con el cognazo que fue We Are the World y se ignora Sun City.

Pero todo tiene su fin y a la industria no le gustan los músicos que escupen verdades a la cara y ayudan a derribar regímenes racistas así que Van Zandt se quedó sin trabajo. Literal. Nadie quería contratarle y se pasó unos años sin hacer nada más que pasear al perro. Por suerte, en la presentación de The Rascals en el Rock and Roll Hall of Fame, Little Stevie destacó por su sentido del humor y por ahí andaba un tal David Chase buscando a un mafioso para su nueva serie.

Con la tercera parte (Evolución) descubrimos al Steve Van Zandt actor, en sus papeles de Silvio Dante en Los Soprano y Frank Tagliano Lillyhammer (“el primer contenido exclusivo ofrecido por Netflix“); también su regreso a la E Street Band y su colaboración con directores como Chris Columbus.

Ya en la parte final (Revelaciones) se dedica tiempo a su labor como difusor de la música rock a través de su programa Little Steven’s Underground Garage (no os lo perdáis) y su regreso a los escenarios con Little Stevie and The Disciples of Soul.

Discípulo del soul, fiel creyente

A ver, se que no soy objetivo pero el documental es fascinante. Stevie Van Zandt: discípulo nos lleva de regreso a los 70, al sonido “new jersey”, con parada en los 80 y aterrizaje en el presente, con un protagonista que es con quien te irías de cervezas sin pensarlo.

Steve Van Zandt es mucho, mucho más que el guitarrista con pinta de pirata amiguete de Springsteen. Es alguien que desborda pasión por la música, que cree firmemente en su poder de redención, en su capacidad para cambiar el mundo. Destila alegría y buen rollo y ha sabido sobreponerse a los malos tiempos gracias a esa pasión y a un talento innato como compositor y arreglista.

Por supuesto, por Stevie Van Zandt: discípulo desfilan tipos como Bruce Springsteen, Bono, Jackson Browne, Peter Gabriel y hasta el mismísimo Sir Paul McCartney. Todos, del primero al último, demuestran el enorme respeto que le tienen a Steve Van Zandt como músico y como persona.

Por mi parte, sólo recomendaros que veáis el documental y a continuación disfrutéis de discos como el Better Days de Southside Johnny & The Asbury Jukes (producido por Van Zandt; también el de Bruce, naturalmente), Soulfire o Summer of Sorcery, del propio Little Steven and the Disciples of Soul. La felicidad está condensada en ellos y eso es lo que nos gusta. Un saludo y recordad: el mundo tiene 4.543 millones de años y hemos ido a coincidir con gente como Steve Van Zandt (y Bruce Springsteen).

Pedro Pérez S.
Pedro Pérez S.
Aficionado también al cine, las series de televisión, la literatura fantástica y de ciencia ficción, a la comida, la cerveza y a todas las pequeñas cosas que nos hacen felices.
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