A los 82 años y, según se consignó, tras una breve enfermedad, falleció Raquel Welch, quien a través de personajes icónicos en filmes como Viaje Alucinante, Hace un Millón de Años o Hannie Caulder se convirtiera en símbolo sexual de los sesenta y setenta al punto de ser apodada “el cuerpo”…
Todos quienes tenemos más de cincuenta la hemos amado y no es para menos. Si habrá sido Raquel Welch ícono de sensualidad y belleza que, sin participar directamente, tuvo decisivo papel en una novela corta de Stephen King y en su adaptación fílmica Cadena Perpetua (Frank Darabont, 1994), conocida también y según los países como Sueños de Libertad o Sueño de Fuga. No me pidan detalles cómo lo hace porque espoilearía la sorpresa del final. También Quentin Tarantino reconoció que el papel de vengadora que compuso en Hannie Caulder (1971), fue inspiración directa para su Kill Bill.
Nacida en Chicago el 5 de septiembre de 1940 como Jo-Raquel Tejada, era hija de un ingeniero aeronáutico boliviano con ascendencia española y, de hecho, siempre reivindicó ese origen y manifestó un gran cariño por Bolivia, más allá de donde le hubiera tocado nacer. Incluso era pariente de Lidia Gueiler Tejada, primera mujer en ser presidente de ese país y segunda en América Latina.
Ya a los catorce años ganó su primer concurso de belleza al ser elegida Miss Fotogenia y si decimos primer concurso es porque, en efecto, fue el inicio de una larga lista que la llevaría incluso a ser Miss California después de mudarse a San Diego. Allí estudió actuación y modelaje, además de contraer matrimonio con James Welch, novio de secundaria con el cual tuvo dos hijos y de quien retuvo el apellido a pesar de divorciarse.
Su debut cinematográfico llegó en 1964 y nada menos que junto a Elvis Presley, haciendo de colegiala en El Trotamundos. Ese mismo año encarnaría a una prostituta en La Casa de Madame, del director Russell Rouse, compartiendo cartel con figuras de la talla de Shelley Winters, Robert Taylor y César Romero.
A partir de allí, su ascenso fue meteórico: en 1965 tendría su primer protagónico en la comedia de playa A Swingin´Summer, pero su año sería sin dudas 1966, en que llegarían sus dos filmes más icónicos: Viaje Alucinante y Hace un Millón de Años.
Del primero de ambos pueden leer el retro-análisis que he hecho para esta web, ya que, dirigido por Richard Fleischer, es para mí uno de los títulos que marcaron historia en el cine de ciencia ficción. Allí da vida a Cora Peterson, sexy integrante de una misión que, a través de un proyecto de miniaturización, se introducen en el cuerpo humano de un prestigioso científico con el objeto de llegar hasta el cerebro para destruir un coágulo. Y vaya que luce bien el traje de buzo cuando le toca usarlo y sin necesidad de mostrar tanta carne.
En cuanto a Hace un Millón de Años, del director Don Chaffey, no disponemos aún de retro-análisis, pero prometo que lo tendremos en breve y no a causa de esta triste noticia sino porque estaba efectivamente programado para próximas semanas. Si una imagen se volvió icónica es la de Raquel luciendo un sensual e improbable bikini de piel en el póster promocional de la película, básicamente una aventura prehistórica llena de anacronismos que hacía convivir a seres humanos con dinosaurios, pero que, muy divertida, elevó definitivamente a Welch a la categoría de ícono sexual.
Siguió teniendo títulos de éxito durante el resto de los sesenta y prácticamente toda la década de los setenta, sus momentos de mayor gloria. Tuvo emblemáticas participaciones como badass en el western, tales como 100 Rifles (Tom Gries, 1969) o la ya mencionada Hannie Caulder (Burt Kennedy, 1971), que ofreció otra de sus imágenes más icónicas…
Mientras que en sus inicios su aporte era básicamente el de figurín sensual, los setenta le vieron crecer como actriz hasta acabar inclusive ganando un Globo de Oro por su actuación en Los Tres Mosqueteros (Richard Lester, 1973) donde tuvo la difícil tarea de destacarse dentro de un impresionante elenco coral en el papel de Constance Bonacieux, esposa de un terrateniente que, sin embargo, sostiene un affaire con D’Artagnan (Michael York).
Ello hizo que aunque su sitial de sex-symbol comenzara a declinar a partir de los ochenta, consiguiera, no obstante, mantenerse actuando prácticamente hasta el final. Encarnó, por ejemplo, a la señora Vandenmark en Una Rubia muy Legal (Robert Luketic, 2001) y su última película fue, ya con 77 años, la comedia Instrucciones para ser un Latin Lover (Ken Marino, 2017), en donde interpreta a una viuda multimillonaria.
Marcello Mastroianni, Fernando Lamas, Frank Sinatra, Vittorio De Sica, Richard Chamberlain, Faye Dunaway, Reese Witherspoon, Harvey Keitel, Christopher Lee, Oliver Reed, Burt Reynolds, Anthony Perkins, James Coburn y George C. Scott son solo algunas de las luminarias con que compartió cartel a lo largo de su extensa carrera cinematográfica. Y no olvidemos su paso televisivo, con participaciones en episodios de exitosas series como Mork & Mindy, Seinfeld o Las Escalofriantes Aventuras de Sabrina.
Inclusive brilló en teatro con celebradas participaciones en musicales de Broadway, reemplazando a principios de los ochenta nada menos que a Lauren Bacall en La Mujer del Año y, ya avanzados los noventa, a Julie Andrews en Victor/Victoria.
Ayer, miércoles 15 de febrero, tanto su familia como su representante informaron que Raquel, de 82 años, “falleció tranquilamente esta mañana después de una breve enfermedad”. Pero ya sea en la prehistoria, en una corte dieciochesca, en el lejano oeste o en un mini-submarino a través del cuerpo humano, vivirá siempre en el recuerdo de todos quienes alguna vez hemos soñado con ella… y lo seguiremos haciendo.
Hasta siempre Raquel, gracias por todo…
