Llegamos a la mitad de temporada de Chainsaw Man (Hombre Motosierra) y el equipo de la sección 4 sigue en una misión compleja. Esta semana vimos un capítulo más tranquilo, con profundización de personajes y alusiones al peligro de la eternidad.
Recordad que podéis ver los anteriores análisis de Chainsaw Man en la web.
Vamos al repaso y al análisis con SPOILERS.
Un misterio que no puede resolverse
Denji y compañía están encerrados en el piso ocho del hotel, tal como vimos en el capítulo anterior, y no entienden por qué no pueden salir de ahí. Por más que bajen o suban la escalera, o quieran salir por una ventana, siempre acaban en el mismo lugar
Esto pone muy nerviosa a Kobeni, una de las novatas del equipo, y empieza a temblar y ser contraproducente. Aki y Himeno, líderes del grupo, intentan comprender qué es lo que sucede mientras el tiempo, que se detuvo, pasa.
Los relojes no avanzan, nadie va a venir de afuera para ayudar. En este marco, Denji duerme una siesta, Arai se va a una pieza porque le entra pánico, Aki investiga todo el piso y Kobeni tiene que ser noqueada.
Momento estático en el que Chainsaw Man aprovecha para contarnos un poco más sobre la dupla Aki-Himeno. Las imágenes nos dan a entender que han forjado una gran relación y que fue ella quien lo hizo fumar.
El Demonio de la Eternidad se presenta
Finalmente, Aki revela que el pequeño demonio que mataron en el capítulo anterior no murió y que creció desproporcionadamente. Así, lo vemos aparecer por una de las puertas: una masa llena de rostros deformados y dientes.
Este les ofrece un contrato: si el equipo de la sección 4 deja que se coma a Denji, dejará salir al resto sin problemas. Y Himeno explica que los demonios deben cumplir los contratos que proponen, algo que ya vimos en capítulos anteriores.
Arai y Kobeni al instante plantean que Denji debe ser comido. Pero Aki se opone, mientras Himeno no se expresa del todo. Power, que toma las riendas cómicas en este capítulo, se muestra a favor y en contra ya que eso la ayudaría a ganar un Premio Nobel.
Entre toda la tensión que se vive en el grupo, que está cansado, con hambre y con miedo, nos enteramos que el enemigo es el Demonio de la Eternidad. Aki, que no puede invocar al Zorro, amaga a usar la espada pero Himeno lo frena y le dice que no, que no lo haga.
La valentía y astucia de Denji, nuestro Chainsaw Man
La situación se pone cada vez más tensa. El edificio comienza a dar vueltas, Kobeni no da más del miedo y amenaza con asesinar a Denji y a Power. Arai pide a gritos que maten a Denji, y Aki vuelve a decir que usará la espada.
Himeno lo vuelve a frenar, esta vez con ayuda de su contrato con el Demonio de los Fantasmas, y explica que cuando la usa pierde años de vida. Dada su relación, entendemos que ella se niegue al uso de esa herramienta.
En un momento, Kobeni se lanza para acuchillar a Denji y Aki se interpone y recibe la puñalada. El grupo queda atónito y Aki explica que para derrotar al Demonio de las Armas necesita devil hunters aguerridos como Denji. Por eso no lo entregará.
Power, el Demonio de la Sangre, intenta frenar el sangrado y Denji decide, finalmente, luchar contra el demonio. Sabe que tiene una posibilidad: dedujo que el enemigo le tiene miedo a sus motosierras. Se lanza a la lucha y así finaliza el episodio.
Fue un capítulo tranquilo pero profundo para conocer más la relación entre los personajes. Seguramente la próxima semana brindará más batallas y, quizás, la resolución de este misterio.
¡Nos encontramos en el análisis del próximo capítulo! Sean felices…
