Continuamos analizando Ciudad de Dios: La Lucha Sigue (para América Latina Ciudad de Dios: La Lucha no Para), serie de HBO que, disponible en Max y creada por Andrea Barata Ribeiro y Fernando Meirelles, se ambienta dos décadas después de los acontecimientos de cierre de la película Ciudad de Dios (2002). Hoy desbrozamos el tercer episodio…
Hola otra vez. Aquí estamos para analizar un nuevo episodio de Ciudad de Dios: La Lucha Sigue (para Latinoamérica Ciudad de Dios: la lucha no para) después de una semana que nos ha dado la grata noticia de que la serie ha sido renovada por HBO para una segunda temporada. En parte es sorpresa, ya que había sido inicialmente anunciada como miniserie, pero se ve que las cifras de audiencia acompañan y ello ha animado a la cadena a redoblar la apuesta. Bienvenido sea…
Un tercer episodio que nos ha traído alguna revelación sobre los años intermedios de Buscapé tras los sucesos de la película original (aquí retro-análisis), así como la primera de las muertes verdaderamente importantes en lo que a personajes de la serie se refiere. Pero basta de prólogo y pasemos a ver pues qué nos ha dejado esta entrega, no sin antes dejar de advertir que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA ni de recordar que pueden leer aquí nuestros análisis previos.
Fantasmas
Tras una introducción en off en la que Buscapé habla de las calmas que preceden a las tempestades, vemos que las cosas se han puesto realmente complicadas en Ciudad de Dios y que el bando de Curió está sacando clara ventaja sobre el de Bradock gracias a PQD, que se mueve a sus anchas disparando desde su motocicleta mientras algunos lo ven como un ninja y otros como un fantasma.
Curió quiere a Ocimar vivo y a tal fin envía a capturarlo a un grupo del cual obviamente forma parte PQD. Quien se lo termina cruzando, sin embargo, es ZeroOnze (Rafael Losso), quien queda congelado al ver a su lado a una niña que sostiene contra su pecho un ejemplar de la Sagrada Biblia.
Ese instante de vacilación permite a Ocimar echar a correr, pero no llega a ningún lado porque es muerto desde atrás por los disparos de Geninho, al que poco importa que su padre le quisiera vivo.
Terriblemente angustiado, ZeroOnze pone después a PDQ al tanto de que ya alguna vez participó de un operativo para matar a Ocimar sin saber que en su auto viajaban también su esposa e hija, que terminaron muriendo. Ocimar sobrevivió y quedó en coma durante algún tiempo, pero al volver en sí perdió por completo su fe y se abocó al crimen, mientras que ZeroOnce no pudo jamás borrar de su cabeza la imagen de la niña muerta que le miraba desde el interior del auto.
El Dolor del Pasado
Después de que su actuación en el cumpleaños de la hija de Curió les diera algo de crédito, Leka y su trío han conseguido fechas de shows, pero el inescrupuloso productor que las contrata les deja en claro que no pueden faltar a un evento cada vez que en las calles haya un “simple” tiroteo.
Siguen destapándose conflictos del pasado entre hija y padre. No son solo las fotografías sino también que, según ella, Buscapé embarazó a su madre y después se esfumó para reaparecer tras su muerte y simplemente dejarla a ella al cuidado de su abuela. No tenemos aún la versión de él, pero luce como conflicto familiar serio…
Además, Leka le sigue enrostrando la foto del chelista muerto y con cada palabra retuerce su conciencia al contarle cómo se llamaba o que soñaba con tocar en Europa, además de hacerse la pregunta de cómo se habrá sentido su madre al verle muriendo en primera plana. Evidentemente, sabe herir donde duele…
El Dolor de las Víctimas
Ligia ha comenzado con sus investigaciones y en una iglesia barrial recoge testimonios de la gente que ha sufrido violencia o pérdidas familiares por las bandas o los escuadrones de la muerte que, sin embargo, gozan de apoyo popular y simpatía del poder político: tal, por ejemplo, el caso de Reginaldo que, jugando a dos puntas, mantiene fuertes vínculos con Touro (nada muy distinto de lo que en su pasado de policía hiciera con Ze Pequenho). Cada palabra de las víctimas es desgarradora y cala hondo en Ligia y en Buscapé, quien está a cargo de las fotos.
Momento de tensión se produce cuando al salir ella se cruza con Touro, que toma su bolso con el material de la entrevista cuya existencia, desde luego, desconoce. Solo es una broma y se lo acaba devolviendo, pero al ver a Buscapé junto a Ligia se queda pensando de dónde lo conoce…
Juegos de Estrategia
Hay problemas entre PQD y Geninho, pues el hijo de Curió acribilla incluso a quienes se entregan: “¿Somos acaso la policía para llevarnos a los que se rinden?”, pregunta a modo de justificación. Del otro lado, Jerusa recrimina a Bradock no haber matado a ninguno de ambos cuando tuvo la oportunidad y él dice no querer involucrar a Berenice, lo cual a ella molesta. Va por lo tanto a verla y le conmina a que PQD se pase de su lado deslizando una sutil amenaza: “las cosas se pondrán feas, Berenice”.
En el cuartel de Curió, hay clima de celebración y rueda de comentarios que hace acordar a los raterillos en la película. ZeroOnze es objeto de burla por su pasividad durante los tiroteos y socarronamente lo llaman ZeroZero, ya que no realizó ni un solo disparo. PQD, que sabe de su trauma, les insta a dejar de molestarlo…
Berenice, en tanto, va a ver a este último para pedirle que salga de ese mundo: seguramente tiene bien presente lo que en su momento ocurriera con Mané Galinha. PQD la consuela con que todo terminará pronto y entonces ella, para convencerlo, le cuenta de la visita de Bradock e incluso magnifica el tono de la amenaza que dejó.
Jerusa, en tanto, hace averiguaciones sobre PQD, pero todo lo que obtiene es que no se puede negociar con él y es imposible de sobornar. Cambiando de estrategia, pregunta entonces quién estaba a cargo antes de que él llegara y uno de los matones de su novio le da el nombre de ZeroOnce, así que va a verlo…
Emboscada
Al regresar ZeroOnze a su casa, se encuentra con la inquietante sorpresa de ver a su bebé en brazos de Jerusa. Ella le llama la atención sobre la precariedad en que vive a pesar de que Curió manifieste tenerle en alta estima y así, entre golpes bajos y amenazas, Jerusa consigue que ZeroOnze le dé la información que necesita: Curió está a punto de ir a casa de su pareja e hija para mostrarles las fotos tomadas en la fiesta por Buscapé, situación ideal para tenderle una emboscada…
En efecto, al llegar Curió al domicilio de su hija junto a sus matones, comienza a arreciar la balacera y en un momento se mira a los ojos con Bradock, justo antes de que este le liquide.
Y así, mientras PQD agoniza en el piso y Curió yace sin vida sobre sus fotos familiares, el rostro de Bradock se vela con sombras de culpa…
Balance del Episodio
Hemos visto un episodio fuerte e intenso que, entre otras cosas, arrojó algo de luz sobre los años de Buscapé que no vimos, esos que transcurrieron entre los sucesos de la película y los de la serie. Cuando ya empezábamos a preguntarnos quién sería la madre de Leka o qué habría hecho él de su vida en el “mientras tanto” (más allá de trabajar en el periódico), su personaje adquiere matices que lo hacen más gris de lo que creíamos, pues digamos que si las acusaciones de su hija son ciertas, Buscapé no ha sido un modelo de padre.
Falta saber, claro, si las cosas son tan así como ella dice o hay algo más de contexto que aún no conocemos. Y si bien el silencio de él otorga, también podría reflejar que carga en su interior algo que no quiere revivir o contar: ya lo sabremos cuando dé su propia versión, cosa que aún no ha hecho…
Y si hablamos de grises, hemos tenido un gran trabajo de Fernando Losso interpretando a un ZeroOnze atormentado por los fantasmas del pasado y, sobre todo, un magistral duelo entre Bradock y Curió, cuya muerte se convierte en la primera de un personaje importante en la serie. Ya estaba temiendo con lo de Ocimar que cayéramos nuevamente en matar a personajes de los que supiéramos poco (una pena porque justamente ese era uno que pintaba interesante), pero la emboscada del final marca un punto de quiebre al cargarse a alguien que ya conocíamos bien y con el cual hasta habíamos llegado a desarrollar una cierta empatía a la par que rechazo.
Un gran acierto de la serie el que nos haga difícil tomar partido: tanto Bradock como Curió mostraron una ambigüedad interesante que remite a filmes de Michael Mann o a la saga El Padrino. La emboscada a Curió con trampa familiar de por medio, de hecho, remite bastante a la que sufre Sonny Corleone.
Para villanos de tiempo completo y pleno derecho tenemos de momento a los políticos, pero también a Geninho o Jerusa, que está cada vez más Lady Macbeth y demuestra igual habilidad que pocos escrúpulos en manejar situaciones y ponerlas a favor. Ojalá en algún momento nos revelen más sobre su pasado y creo entender que así será considerando que la serie ya ha demostrado que sabe tomarse sus tiempos…
En fin, la cosa sigue bien y hemos visto otro gran capítulo. Quizás tuvo más referencias a la película original que el anterior, pero estuvieron bien dosificadas y en su justo contexto para que la nostalgia no devore la trama principal.
A ver qué nos trae el próximo, con el cual ya ingresaremos en la segunda mitad de temporada. Hasta entonces y sean felices…