Introducción
Bienvenido amante de lo extravagante a una nueva ración de análisis semanal de la primera temporada de Doom Patrol (La Patrulla Condenada), con la conclusión de la aventura iniciada en el capítulo anterior.
Patrulla Pata
Fiel a su estilo, el capítulo quinto de Doom Patrol se titula “algo” seguido de Patrol. En concreto Paw Patrol que se podría traducir como Patrulla Pata. Lo cual tiene su sentido si tenemos en cuenta que un perro va a ser crucial en los planes de Niles Caulder y Mr. Nobody para detener al Decreador, antes de que acabe con nuestra realidad. ¿Un perro? ¿Niles Caulder y Mr. Nobody aliados? Recordad que esto es La Patrulla Condenada, la serie de superhéroes donde todo es posible. Si, además, añadimos a Crazy Jane como otra de las piezas clave en la resolución de la trama, entonces ya podemos decir que el cóctel explosivo está servido.
Más sobre Crazy Jane y Niles Caulder
Caulder y Nobody aparcan sus diferencias para parar al Decreador creando a su antítesis, el Recreador. Para ello se servirán de las habilidades de persuasión de una de las identidades de Crazy Jane, la psicóloga Doctora Harrison, para crear un grupo de seguidores del Recreador, cuya fe contrarreste al Decreador.
Para acelerar el proceso Nobody se pone en contacto con una Crazy Jane del pasado para que, como Doctora Harrison, comience a convertir a la fe del Recreador a sus compañeros de la clínica, donde fue ingresada para tratar su trastorno de identidad disociativo. A diferencia de los cómics, donde los poderes de sus 64 personalidades provienen de la exposición a una bomba genética de los alienígenas llamados Dominadores, aquí parece que sus personalidades poseen poderes sin ningún tipo de intervención externa alienígena, más al estilo de los X-Men. Al menos, de momento, parece que la cosa es así. Y la ventaja que los mismos le pueden dar, así como el miedo que provocan al personal de la clínica, puede ser la causa de que se le trate de forma muy violenta. O eso, o estamos ante una crítica encubierta acerca del trato de los enfermos mentales por parte de los especialistas de las clínicas psiquiátricas en Estados Unidos.
Desde el presente Jane es ayudada por Niles, que es devuelto a La Patrulla Condenada por Nobody. Entonces asistiremos a una acalorada discusión entre Cyborg y El Jefe. El primero no aprueba su alianza con Nobody así como el que le haya ocultado momentos de su pasado, en el que llevó a cabo decisiones de dudosa moralidad. El oscuro pasado de Caulder contrasta con la amabilidad y ternura con la que se dirige al invocado Oráculo Baphomet, para que les guíe al libro Reescrito -al perro- con el que puedan invocar al Recreador. Estos contrastres revelan a un personaje complejo que, como en las viñetas, nos va a dar más de una sorpresa.
Tras impedir que el Decreador lleve a cabo la destrucción de todo, al ser anulado por el Recreador, Nobody reclama a Niles pese a la resistencia de La Patrulla Condenada, quedando Cyborg gravemente herido al tratar de impedirlo.
Curiosidades
- La reina arconte, uno de los servidores del Decreador, llama a Crazy Jane Kay. Kay es la identidad que tiene en el momento de la saga en que está ante ella. En los cómics Kay Challis es la personalidad dominante de Crazy Jane, la cual, en su niñez, había sufrido abusos por parte de su padre. Lo cual se ha ido insinuando en el transcurso de esta historia.
Valoración final
Dejando aparte detalles puntuales, como ese horrible diseño de Cyborg que a veces da la impresión de que Victor Stone tiene una armadura más que componentes cibernéticos insertados en su organismo, la serie sigue ofreciendo una solida trama y una buena caracterización de los personajes. Ha sido capaz de adaptar un arco argumental de Grant Morrison y Richard Case –Doom Patrol #31-33 (1990)- de forma creativa sin pervertirlo en el proceso. Todo un ejemplo de cómo llevar historias de superhéroes de los tebeos a la pequeña pantalla con mucha dignidad.
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