Una semana más, analizamos un capítulo de El ministerio del tiempo. Aquí tenéis los enlaces al resto de los capítulos.
Análisis de los capítulos de El Ministerio del tiempo
El décimo capítulo supone la presentación de Hugo Silva como nuevo miembro del trío protagonista tras la marcha de Julián. Silva interpreta a Pacino, un policía del Madrid de finales de los 70 y principios de los 80. Su apodo es un homenaje a la película Serpico, en la que el protagonista, un policía de narcóticos incorruptible, es el conocido actor Al Pacino. Una referencia cinéfila más, y ya van muchas las que inundan la serie.
Pacino llega al Madrid actual cuando persigue a un asesino a través de una puerta. En el presente se le considera como el criminal del caso. Amelia y Alonso, a los que todavía les cuesta superar la marcha de su compañero, viajan al piso donde se produjo el asesinato. Mientras, Pacino demuestra a Irene, Ernesto y Salvador que no es el asesino. Unas cámaras graban al verdadero, un hombre que sabe como utilizar esa puerta.
Salvador decide explicar a Pacino como funciona el Ministerio. Reconozco ser un fan de Jaime Blanch, que lo borda como Salvador. Su gesto serio cuadra a la perfección con el cinismo del director del Ministerio.
“- No se tropiece. Esto tiene más caída que el Ibex35.
– Eso que es
-Un tormento”
“A nosotros no nos viene nadie del futuro a vernos, como en los anuncios de detergentes”
“El ministerio es una cosa muy seria”
La explicación de Salvador ayuda a entender mejor el universo de la serie. Cada una de las puertas son como trenes que llevan a distintas épocas. Pero 2016 es la última estación. Al menos, de momento.
Pacino revela que su padre, también policía, e enfrentó a un caso similar en 1946, pero nadie le creyó. Al tomarle por loco, se acabó suicidando pocos años después.
El asesino llevaba planeándolo todo desde 1945. Sabiendo que aquella puerta conducía a otra época, aprovecha el armario, que siempre está en el mismo piso, para matar a madres solteras. Controla la inmobiliaria que alquila el piso desde hace años. Además, aprovechando que puede conocer todos los resultados de los partidos de fútbol, se ha hecho millonario ganando quinielas (un detalle genial). Averiguan su nombre y donde vive, por lo que deciden tenderle una trampa.
Irene se disfraza la policía y va a visitar al asesino. Este, asustado, decide fugarse a otra época. Cuando atraviesa el armario, se encuentra en el ministerio, donde es apresado e interrogado por Ernesto y Salvador. Al enterarse de que no es el único que puede viajar en el tiempo, si no que desde el ministerio se puede viajar a otras épocas, pide hablar con Pacino.
El asesino le ofrece un trato. Él le dará todos los detalles del caso a cambio de una sola cosa: Pacino debe matar a su padre. En 1886, su padre, un maltratador, mató a su madre delante de sus ojos. Todos los asesinatos que se han producido se deben a ese momento.
Al día siguiente, Pacino debía acompañar a Amelia y Alonso a visitar a un joven Pau Gasol que quiere estudiar medicina en lugar de al baloncesto. Pero Pacino no aparece. Van a 1946, pensando que lo que quiere es salvar a su padre.
El final del capítulo muestra un paralelismo interesante. En 1886, Pacino apunta al padre del asesino, que mantiene retenida a su esposa con un cuchillo. De la misma forma, en 1946, Amelia y Alonso apuntan al asesino, que ha actuado igual que el padre que tanto odia. Finalmente, Pacino le entrega su arma al padre, pero esta no tiene balas. Nuestro nuevo protagonista aprovecha para dispararle.
En 1946, el asesino desaparece. Todas esas madres viven con sus hijos. Salvador se enfada porque se ha cambiado la historia, pero acaba cediendo y admite a Pacino en el nuevo equipo. Al fin y al cabo, no es la primera vez que alguien del ministerio se salta las reglas…salvo Ernesto, al que Salvador tienta con que le cuente alguna infracción.
Finalmente, Irene descubre que Julián se ha ido a Cuba durante la guerra que la enfrentó con España. Pero no le dice nada a Salvador. En lugar de eso, se reúne con la señora Torres, la misteriosa enlace del ministerio con el gobierno que mantiene una relación tensa con Salvador. Ella es el topo del ministerio. Parece que el haberla liberado pese a su traición no ha cicatrizado sus heridas.
Tenemos nuevo equipo y, tras la marcha de Julián y el descubrimiento de Irene como el topo del ministerio, todas las fichas están colocadas para comenzar con la trama central de la segunda temporada. ¿Qué más nos depararán los próximos capítulos?