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Análisis de Fundación. Temporada 1. Episodio 9

Se acerca el final de la primera temporada de Fundación y hoy analizamos el noveno y penúltimo episodio de la misma. La serie, creada por David S. Goyer y basada en la saga de novelas de Isaac Asimov, es emitida por Apple TV.

Bienvenidos a un nuevo análisis de Fundación, hoy para analizar el noveno episodio de esta primera temporada, que lleva por título La Primera Crisis. Primero que nada, mea culpa por haber anunciado en el análisis anterior que el último episodio sería doble, aunque diré en mi descargo que eso era lo anunciado originalmente con el lanzamiento de la serie: que la primera y última entrega serían dobles. Pero bueno, parece que en algún momento cambiaron el cronograma y aquí estamos, entonces, para analizar este penúltimo episodio de la temporada

Han pasado muchas cosas en una entrega realmente intensa, así que pasemos ya mismo a analizarla, no sin antes advertir que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA ni dejar de recordarles que pueden ver aquí nuestros análisis anteriores.

¿De dónde venimos?

El episodio comienza en Términus con una escena entre Salvor y su padre Abbas. Ella le pregunta de dónde vienen y él contesta que de Trantor, pero ella va mucho más allá y está preguntando por la humanidad. Abbas le dice que hay distintas hipótesis pero, en general, ubican el origen en la región de Sirio o de Alpha Centauri y los más aventurados en el planeta conocido como Tierra.

Salvor se pregunta entonces por qué viven peleando entre sí cuando comparten un mismo origen y su padre no tiene una respuesta exacta, pero le remarca que la violencia es el último recurso del incompetente, latiguillo de Salvor Hardin en su versión masculina de la novela de origen; le cuenta acerca de toda la destrucción cometida en el pasado y de la cual deberían aprender para el futuro.

De Vuelta a Casa

Nos vamos a la Salvor adulta y al exacto momento en que habíamos dejado a la Invictus efectuando el salto. Ella se mantiene consciente y se le cruzan imágenes de los últimos acontecimientos como si los tiempos se mezclaran. Cuando el salto acaba, descubre que están ante Términus, es decir que la nave, de modo misterioso, los ha llevado a casa como ella quería.

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Instantes después tiene la triste respuesta al misterio al descubrir a Lewis Pirenne conectado por la nuca a uno de los puestos de piloto: herido y quizás agonizante, eligió en su último momento ser útil y, al costo de su vida, hacer lo que había desaconsejado a Salvor, es decir guiar la nave a Términus.

Salvor se quiebra, pero rápidamente intenta establecer contacto con Términus sin respuesta alguna de los colonos ni de los anacreonianos dejados allí por Phara. Más aún: en el salto, la Invictus se llevó también a tres naves thespianas, pero tampoco logra contactar con ellas.

Decide saltar hacia la nave Errante dejando a Phara atada en el puente de mando: error infantil considerando que deja a alguien que ha sobrevivido al salto y a la catástrofe radiactiva en su planeta natal. También su segundo sigue vivo, en su caso por haberse conectado a un puesto de piloto.

Tras un salto complicado en el que se salva por poco de quedar flotando en la nada, Salvor logra ingresar en la Errante y no encuentra señales de vida: intenta establecer comunicación con Términus, pero la inteligencia artificial de la nave le informa que no detecta señal alguna en la superficie del planeta.

Un momento de tensión se vive cuando le avisa que un escombro anómalo se aproxima con trayectoria de impacto pero, para alivio y alegría de Salvor, termina siendo Hugo, quien llegó con una de las naves thespianas y ha sobrevivido tomando un sedante ante la inminencia del salto de la Invictus. Ambos festejan que el plan funcionó, confirmando así que el supuesto fallo en los propulsores del traje había sido solo un engaño urdido entre los dos.

Salvor cree que lo que está ocurriendo en Términus tiene que ver con La Bóveda, de la cual percibe que ha ampliado su campo de fuerza y pareciera ahora envolver al planeta entero. Por otra parte, sabe que la Invictus volverá a saltar de un momento a otro y pretende que Hugo, con los suyos, llegue hasta sus impulsores para evitarlo.

Él se pregunta por qué no dejar que salte y se lleve a Phara para siempre, pero ella está convencida de que la Invictus puede serles útil y encajar en el plan de Seldon, en el cual aún sigue creyendo a pesar de las dudas de Hugo que, de todos modos, confía en ella y se despide con el “nos vemos al otro lado” que alguna vez hiciera célebre el astronauta James Lovell en su misión con la Apollo 8.

Fuga de Palacio

En Trantor, Dawn está obsesionado con la idea de escapar, temeroso de que en algún momento se descubra que es diferente al resto de los clones y, como tal, sea descartado y reemplazado. Insiste en que no quiere morir en el palacio imperial y Azura le tranquiliza diciéndole que no lo hará: en un mapa holográfico, le enseña los conductos de riego subterráneo que le permitirán llegar hasta la estación.

Dusk lo llama para mostrarle los murales que (con estilo bastante bizantino) recrean la historia de la colonización de la galaxia y construcción del Imperio. La última imagen hace clara referencia a Dawn, ya que reproduce las tres aves rapaces que capturó durante la cacería en los jardines imperiales. Sin embargo, cuando Dusk se retira, el joven se calza en las sienes los lentes especiales que Azura le ha obsequiado y ahora, al ver en los murales colores que sus ojos no percibían, distingue varias aves más.

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El mensaje es claro: saben que es diferente aun cuando él, para no parecerlo, ocultó aquel día muchas presas cazadas. Presa de la desesperación, regresa a sus aposentos para juntar sus cosas y partir lo antes posible, pero no llega a hacerlo: Obrecht lo intercepta y le pide que lo acompañe. Por muchos pretextos que Dawn ponga para posponer el momento, el Maestro de las Sombras insiste y no le deja más remedio que sacárselo de encima poniendo en funcionamiento su aura protectora, que lo deja aturdido por el golpe: buen recurso.

Utilizando el sistema de riego del que Azura le hablara e inclusive haciendo parte de su trayecto por debajo del agua, logra escapar mientras los guardias le buscan en una secuencia que me recuerda a la fuga de Montag en Fahrenheit 451, de Ray Bradbury. La escena está llena de suspenso y muy bien fotografiada, mientras la voz en off de Azura va recordando las instrucciones que le diera.

Logra llegar hasta una zona marginal llena de pordioseros y le cambia a uno de ellos su aura imperial por una raída chaqueta que le sirva de camuflaje. Me hago una pregunta: ¿nadie lo reconoce cuando se supone que, al ser clones, los rostros de la familia imperial se vienen repitiendo desde hace siglos?

Llega hasta el sector Desnian, donde Azura le había dicho que reside y, por primera vez, puede contemplar el cielo real. Felizmente, llega hasta su apartamento, pero la felicidad del reencuentro se diluye rápidamente. Todo ha sido una trampa: ella trabaja infiltrada en el palacio imperial para una célula terrorista que tiene por objetivo reemplazarlo.

En efecto, se encuentra con un sujeto que tiene su mismo rostro y actúa exactamente cada uno de sus gestos y expresiones. Según le cuentan, está diseñado con ADN de Cleon I que han robado del palacio y el siguiente paso es transferirle sus nanobots. En su discurso político, los terroristas dicen representar a los subyugados y sometidos del Imperio.

Devastado y sollozando, Dawn les dice que lo están buscando, así que lo único que conseguirá quien lo reemplace será su muerte pero, con absoluta calma, su igual le responde que él no tiene ninguna de las diferencias que él presenta: ni daltónico ni zurdo.

Es entonces cuando Dawn se entera que sus fallos no son casuales, sino introducidos por los propios activistas, que solo podían sacarlo de palacio forzándolo a huir: un plan largo y minuciosamente preparado, con Azura como pieza clave.

Una vez que la transferencia de los nanobots está hecha, se aprestan a matar a Dawn pero, en ese momento, este advierte la presencia de un coleóptero que es el mismo dron de los jardines imperiales y, acto seguido, ingresa la guardia de palacio liderada por Obrecht, quien, haciendo honor a su título de Maestro de las Sombras, degüella al clon impostor sin ser visto. Muy impactantes sus pisadas marcándose en sangre contra el piso.

Llega entonces Dusk, quien ha estado un paso por delante de los terroristas y se ha valido del dron para seguir los movimientos de Azura, así que conocía al dedillo el plan mientras Dawn, pobre iluso, era utilizado por ambos bandos.

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La joven es detenida, pero el panorama no pinta bien para él: con vehemencia, Dusk (enorme Terrence Mann) le expone que sus fallos, intencionales o no, son un recordatorio de la fragilidad y vulnerabilidad de la dinastía genética. Es lo mismo que decir que será eliminado, pero Dawn se aferra a que eso no puede ser decidido en ausencia de Day mientras Dusk, calmo y sarcástico, le informa que pronto estará de regreso.

Crisis en la Fundación

Hugo y los thespianos entran en la Invictus y llegan al puente de mando a través de un corredor sembrado de cadáveres. Contrariamente a lo esperado (por ellos, no por nosotros), Phara no está allí y solo encuentran su arco mientras la cuerda con que fuera atada yace inútil en el piso.

Ahora que ocupan el puente, los thespianos se aprestan a hacer descender la Invictus en Términus mientras sus naves (los lanceros) reciben orden de alinearse. Desconocen que Phara ha logrado llegar a una de ellas, obligando a la piloto a transferirle el control de la misma.

En Términus, Salvor descubre que el campo de fuerza (que a ella no le afecta) ha causado estragos, pues la colonia está sembrada de cuerpos caídos e inconscientes: propios y extraños, locales e invasores. Temerariamente, se dirige hacia La Bóveda y, traspuesta la línea de banderas que restringe la zona, encuentra, también inconsciente, a su madre sosteniendo en mano el Primer Radiante. Recordando algún diálogo con ella en el pasado, percibe lo que estaba queriendo hacer y, apropiándose del instrumento pero sin mucha idea sobre cómo funciona, se acerca aún más a La Bóveda.

Mientras desfilan recuerdos de sus padres y hasta una visión de Hari Seldon hablando con Gaal Dornick, da con el golpeteo justo que abre el Primer Cuadrante y La Bóveda cae a tierra mientras se comienza a abrir mostrando una especie de puerta. El campo de fuerza ya no existe y, uno a uno, los colonos van recuperando la conciencia aunque, también, claro, los anacreonianos, que son quienes tienen las armas y pretenden recuperar el control: al ver allí a Salvor, quieren saber qué pasó con la cazadora.

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Dos maravillas naves thespianas de aspecto zoomorfo llegan en ese momento y, con una guardia armada, descienden Hugo y el comandante, quien, merced a los controladores adosados a sus muñecas (los mejores joysticks de la galaxia), apunta la artillería de las naves contra los anacreonianos, que no tienen más remedio que rendirse. Pero cuando la situación parece controlada, aparece una tercera nave y valiéndose del factor sorpresa, deja fuera de combate a las otras dos: es, claro, la de Phara.

Recobrado el control, está desquiciada y dispuesta a una masacre. Salvor trata de hacerle ver que no está pensando bien debido a las consecuencias psíquicas del salto hiperespacial e incluso trata de convencerla de que los tres planetas unidos pueden usar a su favor la Invictus.

Una iridiscencia brota súbitamente de La Bóveda, que se abre aún más. Fuera de sí, Phara dispara contra ella la artillería del lancero aun con ruegos en contrario de Salvor, que, sin más remedio, le dispara desde atrás con su propio arco.

Viendo a Phara caer pesadamente y con la flecha atravesando su cuello, tenemos, por fin, la sensación de que no seguirá molestando.  Como Aquiles, la indómita guerrera cayó abatida por una simple flecha: bella analogía y a la vez paradoja en un contexto tan futurista.

La Bóveda se termina de abrir y, recortada contra la luz, emerge y desciende una silueta en una escena con claras reminiscencias de Ultimátum a la Tierra. Se trata de Hari Seldon, cuya conciencia cuántica sigue viajando por la galaxia y que se alegra de ver allí a terminianos, thespianos y anacreonianos. “Verlos aquí juntos – celebra -, me da esperanzas de que lo lograremos”.

Balance del Episodio

Nos queda una sola entrega para cerrar una temporada hasta aquí memorable. Este penúltimo episodio no nos ha permitido despegarnos de la pantalla por un segundo y nos ha deslumbrado desde lo visual: la fuga de Dawn, los corredores de la Errante o de la Invictus, la batalla en Términus; todo ha estado dotado de una estética formidable que ojalá no se vea mellada por recortes presupuestarios en futuras temporadas.

No es que no haya peros: ya hablé de lo poco creíble de que Dawn no sea reconocido en los barrios marginales de Trantor, como de los pocos cuidados dados a una prisionera tan peligrosa como Phara. Me vería tentado de agregar que no suena muy verosímil que alguien tan inescrupuloso como Dusk no elimine a Dawn haciéndolo parecer obra de los terroristas, pero pensándolo de acuerdo a su lógica, por demás maquiavélica y astuta, ello daría la tan temida imagen de vulnerabilidad que quiere evitar.

Pero el resto ha sido de primer nivel y muy impactante el brutal desmoronamiento de una historia de amor entre Dawn y Azura que empezaba a verse demasiado edulcorada. En cambio, la de Salvor y Hugo amenaza con serlo si nos siguen aburriendo con tanta dulzura cada vez que se despiden o se reencuentran. Urge algo más de tempestad en esa relación: ni siquiera discuten.

Salvo destellos fugaces, no hemos tenido noticias de Gaal ni de Day, cuya reacción al regresar a Trantor parece previsible y la confianza de Dusk así lo demuestra: mención especial, una vez más, para el soberbio trabajo de Terrence Mann en este episodio. El destino de Dawn, por lo tanto, se ve bastante oscuro, pero no hay que olvidar un detalle: le han quitado sus nanobots y ello puede facilitar una segunda fuga.

En cuanto a las palabras de Seldon, aún no tenemos forma de saber hacia dónde va su plan de unir a los tres planetas y menos aún en una adaptación bastante alejada de los libros originales. Otro tanto puede decirse de Salvor, cuyos planes para la Invictus no llegan a vislumbrarse: aún no se ve cómo tan brutal máquina de guerra pueda servir a un fin pacífico, a menos que sea solo como elemento de presión, pero yo no jugaría con fuego.

Veremos qué nos depara el episodio final que ojalá nos de un cierre acorde a la calidad de una gran temporada inicial. Hasta entonces y sean felices…

Rodolfo Del Bene
Rodolfo Del Bene
Soy profesor de historia graduado en la Universidad Nacional de La Plata. Entusiasta del cine, los cómics, la literatura, las series, la ciencia ficción y demás cosas que ayuden a mantener mi cerebro lo suficientemente alienado y trastornado.
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4 COMENTARIOS

  1. Aquí estoy de nuevo para acompañar el análisis semanal que está llegando a sus finales, y como siempre bastante acertado todo lo comentado.
    Veo una veta en el destino de Dawn, que podría ser (spoiler) un cambio en las ideas que pueda tener Day al respecto, con todo lo acontecido en el episodio anterior. No se, tal vez.
    Lo de Terminus, bien, hemos llegado del punto A al punto B de la trama original, pero sin pasar por todo lo que aquella tenía en los libros. Así que veremos que nos depara el final de temporada.

    • Hola Diego, gracias por comentar! Es posible lo que dices: la experiencia de Day en Doncella puede haberle hecho cambiar algunas cosas o, por lo menos, convertirlo en un gobernante más contradictorio. Con respecto a omitir cosas que están en los libros, sí, creo que en la trama de esta primera temporada respondía tal vez hasta a una “necesidad” argumental. Me tiene intrigado el cierre pero, particularmente, la segunda temporada, donde se me ocurre que la historia va a ligarse un poco más a Asimov porque los libros, en parte, lo permiten algo más.
      Gracias por aportar, por acompañar y por el concepto. Nos encontramos para el último episodio. Un saludo y que estés bien!

  2. Un capítulo interesante, aunque no tengo muy claro si me ha gustado o no.

    Algunos apuntes:

    Ciertamente, la relación entre Salvor y Hugo es azúcar puro, no lo veo muy lógico, teniendo en cuenta que se ven de pascuas en ramos.

    Respecto a la trama de los tortolitos de Trántor, tengo sensaciones encontradas, por una parte me alegro de que esa otra edulcorada relación haya terminado pero, por otra parte, creo que hubiera dado juego que el plan de los terristoras funcionase. Eso sí, el plan era terriblemente enrevesado y demasiado sujeto a casualidades incontrolables (¿que Dawn se intente suicidar justo delante de Azura?…).

    Que nadie reconozca a Dawn es difícil de creer pero, ¿qué hay del clon de Dawn? ¿Cómo ha vivido en The Scar durante 20 años sin que nadie lo haya reconocido?

    Viendo cómo ha acabado todo, queda la impresión de que ha sido un arco un tanto superfluo.

    Respecto a Términus, no es creíble que los anacreonianos se pongan de parte de Salvor en cuanto esta dice 5 palabras, ni siquiera llega a explicar el plan y parece que ya están todos convencidos. Y no nos olvidemos de que son los mismos anacreonianos que hace unos capítulos masacraron a hombre, mujeres y niños indiscriminadamente (lo cual fue muy estúpido, por cierto, ya que después nos enteramos de que necesitaban a determinada gente, y pudieron haberla matado). Pues resulta que esos asesinos ahora se nos hacen buenos y pelillos a la mar. Pues a mí eso no me vale, en este capítulo han querido cargar toda la responsabilidad en Phara (otorgando además la excusa perfecta para que Salvor pudiera matarla) y excusando los crímenes del resto. Es bastante cobarde, y no precisamente una muestra de buena escritura.

    Por cierto, lo de los joysticks es una soberana tontería. Y lo hacen 2 veces. Un tiro y se acabó el problema, si estás muerto ya no manejas joysticks.

    En otros comentarios critiqué que la Invictus Estrella de la Muerte no tenía cabida en Fundación. Pues tengo que comerme mis palabras, he estado leyendo la parte de la segunda crisis y justamente se desencadena porque “una nave que lleva vagando 300 años por el espacio y con capacidad de destruir planetas” aparece en escena, y Anacreonte solicita a la Fundación que sea reparada y se le entregue (bajo amenaza de iniciar una guerra). Parece que han fusionado las dos primeras crisis en una sola, aunque los acontecimientos no han tenido absolutamente nada que ver.

    Veremos qué nos depara el último capítulo.

    • Hola Nexus, gracias por comentar como siempre! Yo no llego a interpretar que Salvor haya convencido a nadie. Hace la propuesta de la unión de los tres planetas y usar la Invictus a favor, pero no tenemos siquiera tiempo de saber si convence a alguien porque Phara comienza a disparar contra La Bóveda y termina muerta. Es más, una vez que ello ocurre, está a punto de producirse una batalla porque el segundo de Phara estalla en ira y los anacreonianos están a nada de disparar, pero en ese momento se abre La Bóveda y desciende Seldon. No me parece que los haya convencido como dices.
      Totalmente de acuerdo en cuanto a lo del clon de Dawn, a menos, claro, que lo hayan tenido oculto durante todo ese tiempo. Me genera un poco de conflicto la cuestión de qué tan conocidos son los rostros de la familia imperial. En el anterior episodio, cuando vimos a Day hacer su peregrinación en Doncella, compartió el viaje con un peregrino que se quejaba del abandono en que el Imperio sumía a su planeta de origen pero, sin embargo, en ningún momento reconoció que tenía al lado al principal responsable. ¿Serán secretos los rostros? De ser así, no me cuadra una inmensa estatua que habíamos visto en el primer episodio representando a Cleon I. Creo que en algún momento deberían aclarar eso.
      Lo de los joysticks puede ser útil y práctico si no te bajas de la nave, jaja… allí está la tontería que han hecho dos veces. En el caso de Phara, podemos disculparla por lo desquiciada que está; en el del comandante thespiano, es imperdonable.
      Sí, recordaba el detalle de la nave pero, claro, aquí le han dado otro protagonismo. A mí la serie, en el balance general, me sigue gustando mucho. Cuando la comparo con otras producciones de ciencia ficción de los últimos años, creo que está entre las mejores.
      Gracias por el valioso aporte de siempre y que estés bien. Un saludo y nos encontramos en el final de temporada…

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