Después de que la cadena retrasara la emisión del segundo capítulo, ayer no llegó “See“, el segundo capítulo de Preacher, y hoy os lo traemos analizado al detalle.
Recordemos que nuestros protagonistas son Jesse Custer, un cura “especial” que tras un encuentro con un ente incorporeo, ha visto su fe revitalizada y cuenta con una extraña capacidad de persuasión; Cassidy, un ente vampírico muy majo pero con problemas con la bebida; y Tulip, una asesina pinzada de la cabeza, que fue novia de Jesse. Vamos allá.
El capítulo, que como ya es tradición, empieza con una imagen trágica; abre esta vez con una niña enferma en 1881. Su misterioso y poco hablador progenitor sale en busca de algo, atravesando un supuesto paraíso en el que los árboles están llenos de cadaveres: Ratwater.
Pero volviendo al presente, Jesse está limpiando los pecados de los feligreses al más puro estilo del Dios Ahogado, mientras dos tios raros le vigilan. Han ido siguiendo a un grupo de religiosos que han muerto en extrañas circunstancias y han llegado hasta Jesse, que por su parte está teniendo encontronazos con la insistente Tulip.
Cassidy, que parece que trabaja de manitas para la Iglesia, está teniendo también alguno problemas, sobre todo de dinero. Al encontrarse con el hijo del Sheriff le entra la curiosidad y por fin nos enteramos de que le pasó en la cara: Intentó suicidarse poniéndose una escopeta en la cara y apretando el gatillo. No lo consiguió.
Pero no es el único pecador del pueblo, los hay peores. A Jesse le toca confesar a un tipo que admite sentir deseos no muy cristianos por una niña. Linus, que así se llama, aprovecha el secreto de confesión para confesar sus “necesidades” y esperar que desaparezcan mágicamente con un bautismo. Por desgracia, no le queda otra más que absolver al hombre, y pedirle que sus deseos se queden solo en eso.
La confesión de Linus deja a Jesse muy tocado, y lo paga haciendo callar a unos perros. Con su nueva habilidad (Que el aún no sabe que tiene), los perros enmudecen al instante. Y por si eso no fuera lo bastante raro, un empresario acompañado de una flotilla de empleados acude a la casa de un matrimonio a comprarles su parcela y después destruir su casa en el mismo momento de la firma. El que parece un abogado le rompe la nariz a su compañero solo con un brazo y sin que exista un motivo justificado.
Mientras tanto, Tulip sigue jodiendo a Jesse y, para relajarse, él decide emborracharse con Cassidy. Esto acaba mal. Los borrachos y los niños siempre dicen la verdad, y la verdad duele. Y a veces es increíble, como la historia de Cassidy, que vive huyendo de un grupo de cazavampiros. En una de las escenas más divertidas de este capítulo, Jesse cae redondo tras darle un sorbo a la “bebida especial” de Casssidy y reconocer que le gusta “El Gran Lebowsky”. Cassidy aprovecha para robarle.
Los tipos que vigilan a Jesse le encuentran durmiendo la mona en el suelo de la parroquia y aprovechan para hacer algo que no entiendo. Le ponen una lata de metal en el pecho y le cantan una canción. Y como no parece dar el resultado que esperan, pasan a intentar abrirle las tripas con una motosierra. Menos mal que Cassidy ha vuelto.O no, porque antes de que el vampiro termine de hablar, le vuelan las tripas. Como no podía faltar la escena gore del capítulo, Cassidy se enzarza a hostias con los dos tipos, y todos acaban con las tripas fuera. Pero antes de morir, uno de ellos ve algo: la lata de metal.
Volvemos con la flotilla de antes, que esta vez no está sola, Tulip se ha unido a ellos en una partida de poker. Confirmamos que está loca. Cassidy, por otro lado, es un buen tipo y tras curarse, limpia todo el desastre. Por desgracia no puede cavar un hoyo y enterrar a los dos pirados, por que ha salido el sol. He de decir que esta escena me parece increíble, y la fotografía es espectacular.
La camarera que ostenta el título de “PEOR PERSONAJE DE ESTA SERIE” hace su aparición para difamar sobre Cassidy (por si no se nota, es con mucho mi personaje favorito) y poco mas. Jesse va a visitar a una chica en coma y a su madre, cuyo cinismo acaba por frustrar al predicador. Tampoco ayuda que justo en ese momento pase un autobús escolar conducido por Linus el pedófilo. Y aún se pone peor cuando Tulip le secuestra. Este hombre no gana para disgustos.
En una conversación con el hijo del Sheriff, Jesse ve la luz: nunca cambiamos. Y como nunca cambiamos, Jesse va a casa de Linus y le abrasa la cara. Y no es lo único que hace, por que Jesse Custer le da una orden a Linus y este la cumple. En el momento que el Predicador le ordena que olvide a la niña a la que desea, el cerebro de Linus se formatea. Casi consciente de lo que ha hecho, Jesse va a casa de la joven en coma y le pide que abra los ojos.
Y mientras Cassidy entierra los cuerpo de los dos zumbados, estos tíos aparecen en la oficina del Sheriff sin señales de estar ni un poco enfermos.
Y con esto llegamos al final del capítulo. Nos quedamos con la incógnita de quien narices era el tipo del principio del capítulo y si la chica en coma abrirá al final los ojos. Además de realizar cábalas sobre quienes son los dos tipos raros.
En resumen: una gran serie que, si no vuelven a retrasar, seguiremos analizando capítulo a capítulo en este blog. Básicamente porque me gusta Cassidy.
Esto es una descripción del capítulo. No veo el análisis por ningún sitio.
Hola, Azathoz:
En primer lugar, gracias por comentar. He ido mejorando un poco en mis “análisis” desde que escribiera estos primeros hace dos años.
Espero que esto no te desanime a seguir leyendo y comentando.
Un saludo