Riverdale ha llegado al cierre de mitad de temporada y aquí estamos para analizar el décimo episodio que quizás sea el más extraño de toda la serie. Creada por Roberto Aguirre-Sacasa, la misma se emite por The CW y puede ser vista en España a través de Movistar+.
Bienvenidos a un nuevo análisis de Riverdale, en este caso correspondiente al décimo episodio de la quinta temporada o, si lo prefieren, capítulo 86 del listado general: el título es El Hombre del Alfiletero y ya sabremos por qué… o quizás no. Dos cosas antes de empezar: en primer lugar, que este episodio marca la mitad de temporada y, por lo tanto, el break hasta julio para ver el siguiente; en segundo lugar, creo no equivocarme al afirmar que hemos visto la entrega más surrealista de toda la serie. Cumplo en advertir que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA y en recordarles que pueden leer nuestros análisis anteriores aquí.
Baile, Beso y Hongos
No hay esta vez reflexión inicial de Jughead en off. Un camión se aleja de Pop´s en plena noche mientras adentro Jughead y Tabitha bailan al son de Hungry like the Wolf de Duran Duran, canción que ambos coinciden en incluir en su top 5.
En mi análisis anterior anticipé que Tabitha podía ser tercera punta de un triángulo y lo confirma al estampar en labios de Jughead un beso que mantiene unos segundos para luego arrepentirse.
Al día siguiente, el representante de Jughead lo llama para anunciarle, entusiasmado, que los editores del Pop Culture Weekly (un equivalente del Reader´s Digest) tienen interés en publicar un fragmento de su libro: la idea es que tome algún capítulo para condensarlo y presentarlo en un formato más comercial.
Aun cuando se le dice que estaría teniendo un lugar que suele ocupar Stephen King, Jughead muestra alguna reticencia que deja atrás al recordar que no le vendría mal algo de dinero. El problema es que requiere inspiración para escribir y, según dice, la forma de conseguirla seguro y rápido es consumiendo setos de arce, siempre y cuando Tabitha se encargue de vigilarlo durante el proceso creativo para evitar que se haga daño: toda una referencia beatnik que remite a experiencias de escritores como William Burroughs o Philip K. Dick. Lo sorprendente es que cuente que en una sola noche escribió quinientas páginas bajo efecto alucinatorio y ninguno de los guionistas sepa, por experiencia previa, que eso es totalmente imposible a menos que estemos en Alaska durante esa noche que dura varios meses.
Por lo pronto, Tabitha ve como un desquicio el pedido de Jughead y se niega a ayudarle pero él sigue a la caza de los setos. Todo anuncia un momento psicodélico…
El Regreso de Lombroso
A Glen, desde que pisó Riverdale, se le nota especialmente interesado y hasta obsesionado con investigar a la familia de Betty: pregunta particularmente por los registros de conversaciones de su padre en prisión, pero también por los mellizos Juniper y Dagwood, lo cual llama la atención de Betty. No sé por qué, muchacha: eliges pareja tan mal como tu amiga. A propósito de los mellizos, han tenido problemas en el colegio por arrojar de una escalera a alguien que les dijo que su madre estaba muerta y lo bueno es que no muestran remordimiento.
Glen pareciera estar tras la pista de un asesino múltiple: es decir no uno solo sino varios, uno de los cuales sería el de Polly. Sin embargo, luego dirá a Betty que está haciendo una investigación para su tesis y, cual Lombroso revivido, busca demostrar que, por encima de cualquier experiencia o aprendizaje, existen genes que empujan a alguien a ser un asesino serial: o sea, quiere demostrar algo que se descartó hace cien años y qué mejor terreno de experimentación que la familia de Betty, con un par de pesos pesados en su haber.
Eso sí… le vale un bofetada y con justo merecimiento (aprende, Veronica): queda claro que tenemos un nuevo psicópata.
Los Planes del Coyote
Cheryl y Minerva recorren la arboleda y comprueban que los árboles están dando poca savia, la cual es fundamental para la elaboración del jarabe de maple que la familia vende desde hace décadas.
Cuando le cuenta la mala nueva a su abuela, esta les dice que todo se debe a la maldición que pesa sobre Thornhill.
Cheryl desecha sus dichos con ironía y hasta pone en duda su cordura en lo que constituye, creo, el primer roce entre abuela y nieta que hemos visto en la serie: en todo caso, Cheryl sabrá luego que no es el mejor momento para confrontar.
Reggie está queriendo redimirse con Hiram y nos sigue descolocando su conducta errática. Deberían dar más desarrollo a su arco para que podamos entender qué le está pasando por dentro: hasta aquí solo vemos un muchacho que va y viene sin que sepamos por qué.
Hiram tiene un plan (aunque ya sabemos que el coyote, a la larga, fracasa) que puede ayudar a Reggie en su redención. Según le informa, hay reservas de paladio bajo la arboleda de los Blossom y le encarga la misión de conseguir ese terreno.
Reggie resuelve el asunto rápido, pues consigue la venta de las tierras firmada por Nana Rose, quien teme a la maldición de la que habló antes y sabe que los árboles ya no están produciendo como antaño. Pero ni siquiera tienen tiempo de celebrarlo pues Cheryl se les aparece en pleno festejo para informarles, con una sonrisa de oreja a oreja, que la firma de su abuela no tiene validez legal por haber sido declarada mentalmente no apta hace años.
La pelirroja se marcha con una pequeña victoria, pero el coyote pone en marcha un plan B (o C o D o el que quieras) y, en lugar de reprender a Reggie por su error, le ordena simplemente que lo enmiende. ¿Y cómo lo hace? Acertaron: con fuego, pues ya sabemos que Riverdale es una serie piromaníaca y ni juntando Chicago Fire con Estación 19 suman tantos incendios como los que ya tiene. Alguien en la producción tiene un trauma al respecto y recomendaría no perderlo de vista…
Hamburguesa Psicodélica
Tras no lograr convencer a Tabitha, Jughead se pone en contacto con su representante para conseguir los hongos. Lo sorprendente es que se los envíe por intermedio de Jessica. A ver, todos juntos: ¿quién? Pues la novia que Jughead tenía durante su vida de escritor atormentado en New York y a la cual solo viéramos unos pocos minutos antes de largarse. Me equivoqué de cabo a rabo al pensar que no volveríamos a verla: en cambio, ¿qué pasó con Cora Carter, la escritora psicótica que pasó una noche con Jughead y le entregó un manuscrito bajo coacción? Son raras las vueltas de la historia acerca de qué personajes vuelven a aparecer y cuáles quedan sumidos en el olvido: a Jessi no la esperaba…
La razón de su presencia allí es que ahora trabaja para el representante de Jughead y no solo le trae los setos sino que, además y como no podía ser de otra manera tratándose de él, se los prepara en formato hamburguesa: niños, no intenten esto en su casa…
Medalla de Honor
Un general de apellido Taylor llega a Riverdale con la intención aparente de chequear cómo va el reclutamiento pero también de entregarle a Archie el Águila Plateada como distinción por el valor demostrado en el campo de batalla.
Archie (adivinaron) dice no merecerla pero el general no solo insiste sino que le dice que es una orden, lo cual lleva a sospechar al pelirrojo, quien terminará descubriendo que fue enviado en el frente a una misión suicida sobre la que Taylor busca echar tapadera con el asunto de la medalla.
La Última Cena
Jessica no es la única a quien no pensábamos volver a ver: también está de vuelta el tóxico, aunque en su caso sí aventuré que no nos libraríamos de él tan fácilmente. Chad hace llegar a Veronica fotografías en las que se ve muy cariñosa con Archie , lo cual le puede servir para alegar infidelidad a la hora de dirimir el divorcio.
Lo sorprendente es que pase de eso a invitarla a compartir con él una última noche en New York antes de la firma de los papeles. Bah, no sé si sorprende pues lo conocemos bien y sabemos de su bipolaridad; la que sí nos sorprende es Veronica, quien, al parecer, se enternece y le comunica a Archie que necesita ir a New York para cerrar la historia. Bah, tampoco sé si ya nos sorprende y menos Archie aceptando la situación (ojo, esta vez hace una ligera mueca de disgusto).
Lo cierto es que, cena e incluso beso mediante, se enterará luego que la razón por la cual Chad la citó fue para firmar unos papeles relacionados con negocios en los cuales ha empeñado el dinero de la joyería. ¿Esperabas menos, niña?
Llama a Archie para comunicarle que permanecerá unos días más en New York. Él hace otra ligera mueca de disgusto…
Zombie Naranja
Hiram sigue, desde ya, haciendo de las suyas y superándose cada vez: haciendo volar una sección del muro de su propia prisión, deja escapar a todos los presos. Archie ya había sido advertido por su tío Frank, quien está allí recluido y le había mencionado que se estaba tramando una especie de motín, pero solo le recomendó mantenerse al margen.
Ahora, volvamos al plan de Hiram y tratemos de ordenar tanta locura. ¿Coloca un explosivo en su propia prisión y provoca una fuga masiva? ¿No se echa tierra a sí mismo con eso? Y suponiendo que ello no le importase, ¿por qué simplemente, no mandó a que les abrieran la puerta?
Sea como sea, los ha liberado con un objetivo: provocar en Riverdale el mayor desmadre posible para terminar de aniquilar una ciudad que persiste en negarse a morir. Lo que sigue es una especie de invasión zombie y, seguramente, homenajea a los filmes de George Romero cambiando muertos vivos por sujetos vestidos de naranja. No sé por qué los presos deben tanta lealtad a Hiram como para salir a hacer lo que les pide: la lógica dice que buscarían desaparecer lo más rápido posible o, al menos, es lo que yo haría.
El principal ataque de los zombies naranja se produce en el colegio (¿dónde más?) con el agregado de que allí está teniendo lugar un evento al que llaman “noche de padres”: no tenía la menor idea de qué era eso antes de ver el episodio y sigo sin tenerla, como tampoco de qué hace allí el general Taylor, quien ni siquiera aporta demasiado a la defensa del lugar que tiene a Archie como protagonista y a su tío Frank como principal ayuda tras dejar el penal en medio de la fuga masiva.
Bodas de Sangre
Pero, claro, hay más presos fugados y algunos se mueven por intereses propios, pero no esperen cordura: ninguno piensa en desaparecer de la zona… Charles y Chic caen en casa de las Cooper y qué bueno ver a la familia unida. Más aún: manifiestan intención de contraer allí matrimonio con el resto como testigos.
En ese (mal) momento llega Glen: Charles lo reconoce por haber sido su compañero en la academia y, para colmo, se entera de la tesis psicótica que está preparando y en la cual, obviamente, tendrá parte. Se inicia entonces lo que los invitados llaman juego del alfiletero: no tenía la menor idea de lo que era eso antes de ver el episodio y sigo sin tenerla pero, resumiendo, pide a Juniper que le clave a Glen una cuchilla de cocina en el vientre.
Bueno, al menos creo que es Juniper; no sé bien quién es quién entre los mellizos y los nombres mucho no me orientan e igualmente creo que ninguno de ambos tendría problema en cumplir la orden considerando el entorno en que han crecido y que vienen de arrojar a un compañero de colegio por las escaleras.
Betty, no obstante, prefiere salvarles la inocencia si tal cosa es aún posible y se ofrece a ocupar el rol de Juniper (o quien sea) en el juego. En ese momento la felicitamos porque pareciera querer aprovechar la oportunidad para librarse de su propio tóxico, pero no: le dice al oído que confíe en ella y le hace una incisión solo superficial para crear la falsa idea de que lo mató. Acto seguido, se gira y arroja la cuchilla a lo Tarzán ensartando a Chic en el pecho (¿enseñan eso en Quantico?).
Charles enloquece y quiere tomar cartas pero recibe un disparo de Alice con el arma de Chic: lo que debía ser boda terminó en tragedia. ¿Alguna baja? Parece que no. Glen, como dijimos, solo tiene una herida superficial y Charles está herido. De Chic nada se sabe, pero a quién le importa.
Fuego y Ritual
Los árboles están ardiendo en las cercanías de la mansión. Cheryl y Minerva, embelesadas una con la otra, ni se enteran, pero quien les avisa es Penelope Blossom, también escapada de prisión. En lugar de dar al flamante cuerpo de bomberos la oportunidad de su bautismo de fuego (nunca más apropiado), Nana Rose insiste con lo de la maldición y manifiesta que la única forma de combatir el fuego es “sacrificando a la intrusa”.
Minerva pone cara de susto y la cosa se pone interesante: sí, decididamente queremos ver eso, pero no… Penelope se aparece con plan propio y da inicio a un extraño ritual de corte céltico para desviar el viento y así alejar las llamas. ¿Querían surrealismo?
Así y todo, a los Blossom les creemos: entre esos muros puede pasar absolutamente cualquier cosa y sigo insistiendo con que merecen serie propia. Una lástima que no hayan sacrificado a Minerva: ya nadie escucha a los ancianos…
Tostitos, Camión y…¿Hombres Polilla?
Parece haber vuelto la normalidad a Riverdale aunque no se termine de entender qué pasó con los presos fugados. Por cierto, ¿qué hace el tío Frank con camisa leñadora y comiendo tostitos junto a Archie y Jackson? ¿No tiene que volver a prisión? ¿O se lo indulta en compensación por su ayuda?
Por otra parte y en una escena poco creíble, Archie no solo muestra diferencias con el general Taylor al momento de recomendarle a sus reclutas no obedecer órdenes que consideren injustas (el peor militar del mundo) sino que además le enrostra el querer cubrirse tras haberle enviado a una misión suicida y no parece intimidarse ante la amenaza de terminar como chivo expiatorio y supuesto traidor. “Adivine a quien le creerán en Washington“, le suelta, lacónico, el general.
Betty, a pesar de haber sido reasignada, sigue tras el enigma de su hermana, pero lo suyo ya es delirium tremens: calzándose una gorra y cargando su arma, sale en la noche al volante de un camión (¿de dónde lo sacó?) aparentemente en busca del asesino, escena que nos retrotrae al comienzo del episodio. Creo que le convendría mejor salir ligera de ropas a parar camiones a la vera de la carretera, pero aquí nada se parece a lo que cualquiera haría…
Y hablando de delirium tremens, ¿qué pasa con Jughead ? Pues está en pleno trance psicodélico post – hamburguesa y Tabitha, quizás por la llegada de Jessi (¿qué tercera no se preocuparía al aparecer una cuarta?), ha decidido finalmente ayudarlo colocándole esposas.
No es bondage: se trata de que no salga de allí ni se haga daño a sí mismo durante las alucinaciones (aunque no sé cómo podría escribir esposado). En su delirio, se le cruzan imágenes de las distintas mujeres de su vida, pero lo último que vemos es a Tabitha entrando al lugar y hallando las esposas vacías entre manchas de sangre, lo cual remite a lo ocurrido con Polly y nos hace pensar que los alienígenas, casi olvidados, están volviendo a las andadas…
Balance del Episodio
¿Están de bromas? ¿De verdad quieren que les haga un balance de esto y les ayude a ordenar semejante descalabro? Les aviso que no me pagan tanto y lo único que puedo decirles es que la última vez que me sentí parecido fue cuando terminé de ver Un Perro Andaluz de Luis Buñuel. Aunque, claro, en aquel caso la idea era que no se entendiera.
Prefiero quedar a la espera de retomar la serie en julio y les aconsejo hacer lo mismo en lugar de devanarse los sesos o, si lo prefieren, hagan terapia durante estos meses. Ya veremos cómo sacan adelante una temporada que cada vez que parece encaminarse hacia algún lado nos arroja de nuevo hacia el delirio absoluto…
Hasta julio entonces. Sean felices…