InicioSeriesAnálisis de The Artful Dodger. Temporada 1: en busca de Dickens

Análisis de The Artful Dodger. Temporada 1: en busca de Dickens

Como spin-off y a la vez secuela de la inmortal novela Oliver Twist, Disney+ estrena hoy para España The Artful Dodger (El Maestro de la Evasión), propuesta australiana inspirada en el universo y personajes concebidos hace más de ciento ochenta años por Charles Dickens. Su primera temporada consta de ocho capitulos y la serie está creada por James McNamara, David Maher y David Taylor para Sony Pictures.

A siglo y medio de su desaparición física, la vigencia y el legado de Charles Dickens parecen inacabables. Hace poco y también por Disney+ (Star+ para América Latina) hemos conocido una nueva adaptación en formato de serie de su novela Grandes Esperanzas y ahora nos llega The Artful Dodger, que funciona como spin-off de Oliver Twist y tiene como personaje principal a Jack Dawkins, cuyo apodo, que da título a la serie, suele ser en las traducciones de la novela llevado al español como “príncipe de los ladrones” o “pillastre”.

No es la primera vez, por cierto, que una serie echa mano de ese personaje: con el título de Dodger, la BBC ya estrenó hace dos años otra que giraba en torno a él con la diferencia de ser precuela. La que hoy nos ocupa, en cambio, transcurre pasados quince años de los sucesos del final de la novela.

Desconozco la razón de tanto revival, pero si sirve para revisitar a Dickens o atraer a los jóvenes a su obra, bienvenido sea.

Sin embargo, hacer un spin-off de la misma implica extremar cuidados para no destruir ni tergiversar su esencia ya que, en definitiva, si el autor es tan grande, lo es por algo. De lo que se trata es de pensar como Dickens, pero sabiendo a la vez que se está haciendo un producto para el siglo XXI: menuda tarea. Y no es que no haya habido buenas experiencias en esa línea: Black Sails, magnífica serie precuela de La Isla del Tesoro (aquí nuestros análisis), estuvo hecha con tanto respeto por la obra de Stevenson que casi conducía naturalmente a ella.

Pero The Artful Dodger no es precuela y ello conlleva un problema mayor: es más difícil concebir un futuro para los personajes que construirles un pasado, pues en ese último caso ya se sabe cuál es el resultado final imaginado por el autor y hacia el cual hay que dirigir la historia.

Digamos que, en tan difícil tarea, The Artful Dodger logra captar el espíritu dickensiano a medias, pero termina siendo de todos modos positivo el resultado final y acertada la elección para el papel principal de Thomas Brodie-Sangster (Juego de Tronos, Gambito de Dama, Maze Runner), ya que su rostro eternamente aniñado (¿jamás crece este muchacho?) ayuda a que, a pesar de los años supuestamente transcurridos, sigamos viendo al adolescente que imaginábamos en la novela.

no, not bad weird — THOMAS BRODIE-SANGSTER in THE ARTFUL DODGER 104 |...

¿Y qué pasa si nunca has leído Oliver Twist ni tan siquiera a Dickens? Pues la historia se entiende igual. Se puede, sí, perder algún guiño o impacto emocional como la sorpresa de los episodios finales, pero no es impedimento para ver ni entender la serie…

La Historia

Estamos en Port Victory, Australia, hacia donde quince años atrás dejáramos embarcado a Jack Dawkins en el final de Oliver Twist. Nos enteramos que después de eso ha formado parte de la marina y desarrollado habilidades de cirujano con las que ahora se gana la vida en la colonia.

Lo suyo es más autodidacta que académico, pues sabe leer muy poco y se guía mayormente por las ilustraciones de los libros. Su superior es el profesor Alistair McGregor (Kim Gyngell), médico de avanzada edad y próximo a su retiro, a cuyas órdenes se desempeña también su principal competidor: el doctor Rainsbord Sneed (Nicholas Burton), quien sí se jacta arrogantemente de su formación académica y aspira a ser cirujano jefe una vez que Alistair haga efectivo su retiro.

Las intervenciones quirúrgicas son prácticamente montadas como un espectáculo, con gradas e incluso apuestas sobre quién lo hace más rápido. A propósito, las apuestas son precisamente un gran problema para Jack, que se ha endeudado jugando a los naipes y perderá su mano si no paga (me viene al recuerdo Shakespeare con El Mercader de Venecia).

En medio de ello, se encuentra con un viejo conocido al que creía largamente ahorcado y nosotros también: Norbert Fagin (David Thewlis), quien en la novela era su mentor. Como tantos en esos años, ha ido a parar a Australia en condición de recluso, pero Jack consigue liberarlo como su “ayudante convicto”. No es que le guste su presencia, pero necesita que no revele el pasado delictivo que con él comparte y que en su caso personal quiere dejar atrás.

the artful dodger lsa cosas felices.01

Además de pobres y marginales, en la colonia hay una minoría gobernante y ocupan especial lugar el gobernador Edmund Fox (Damien Garvey) y su familia, integrada por su esposa Lady Jane (Susie Porter) y sus dos hijas.

De ellas, Fanny (Lucy Rose-Leonard) es conservadora y casamentera; acepta con felicidad el lugar que como mujer le han dado y aspira a casarse con algún caballero de familia distinguida. Belle (Maia Mitchell), por el contrario, es rebelde y muestra pasión por la medicina, algo que ni sus padres ni la sociedad de su época ven bien en una mujer. Se interesa especialmente por las revolucionarias técnicas de América como el uso de anestesias y las “operaciones sin dolor”, así como por Pasteur y los estudios sobre gérmenes.

Cercano a la familia está el capitán Lucien Gaines (Damon Herriman), quien maneja la seguridad colonial con estilo firme y represivo. Desprecia a trepadores y advenedizos que buscan insertarse entre las clases distinguidas y asume como causa propia la preservación del estilo de vida británico, al punto de afirmar que la soga (por la horca) ayuda a mantener la cohesión social.

Fagin quiere ayudar a Jack con sus deudas, pero sus soluciones implican siempre delito, lo cual pone a este en la difícil situación de tener que optar entre regresar al camino que ha abandonado o mantener el que ha elegido aun a riesgo de perder una mano. Para colmo, no siempre Fagin lo consulta y Jack termina viéndose obligado a encubrirlo para protegerlo y protegerse.

En particular, el robo de un collar de rubíes en casa del gobernador pone a ambos en la mira de Gaines y allí es donde entra Belle, que protege a Jack bajo condición de que la tome como asistente cirujana (no enfermera). De más está decir que hay romance, aunque el proceso es lento y conflictivo, sumado a que en el medio Jack y Fagin volverán una y otra vez a verse envueltos en situaciones embarazosas o delictivas.

the artful dodger lsa cosas felices.05 e1705529505139

Acercándose a Dickens

Como dijimos al principio, meterse con un autor como Dickens no es fácil, pues quienes sean lectores de su obra podrán ver blasfemia o herejía. ¿Pero qué tanto de él hay en esta historia? Intentemos repasar algunos tópicos habituales en su obra…

  1. Desigualdad Social: en Dickens es preocupación permanente. No por nada y a pesar de que nunca se declaró socialista (lo suyo era más bien reformismo basado en la moral), Karl Marx y Friedrich Engels fueron admiradores suyos. En la serie se aprecia nítidamente la distinción entre clases y cómo los más desfavorecidos se ven muchas veces empujados al delito por necesidad o falta de lugar en la sociedad.
  2. Personajes Bizarros y Grotescos: otra debilidad de Dickens y aquí abundan. Desde el boxeador y sepulturero Aputi (Albert Latailakepa) hasta el oriental Flashbang (Aljin Abella), especialista en fuegos artificiales que siempre termina provocando una explosión no buscada. O Darius Cracksworth (Tim Minchin), quien tiene a su cargo el puerto y vive entre prostitutas, ladillas y sífilis. O el padre Cruikchanks (Huw Higginson), sacerdote capaz de creer en la santidad de un hueso de coxis con rubíes incrustados (robados, desde luego).
  3. Sentido del Humor y de la Ironía: marca registrada de Dickens también presente en la serie, más allá de un cariz más oscuro y siniestro acorde a los tiempos. Un cadáver puede estallar en una lluvia de vísceras o un arrogante médico recibir una bala perdida en la pierna como daño colateral de un duelo. Cierto es que a veces hay también alguna broma inconducente y más propia de sitcom de hoy en día.
  4. Buena Información Médica: Dickens demostraba en sus obras alto conocimiento al respecto aun cuando, paradójicamente, despreciaba a los médicos por representar el saber institucionalizado y anquilosado. Ambas cosas están presentes: la información sobre enfermedades o técnicas quirúrgicas es muy fidedigna y adecuada a los conocimientos de la época, como también hay una élite médica poco proclive a aceptar cambios. Eso sí: el cloroformo que deja inconsciente a una persona en pocos segundos parece ser ya un lugar común imposible de erradicar de la pantalla (en realidad, requiere unos minutos).

Además hay guiños no solo a Oliver Twist sino a toda la obra de Dickens. “Vivieron el mejor de los tiempos y el peor de los tiempos”, dice Fagin parafraseando el inicio de Historia de Dos Ciudades mientras reflexiona en un cementerio sobre quienes allí yacen. O detalles que remiten a la propia historia familiar del escritor, cuyo padre estuvo embarcado en la marina y pasó un tiempo en prisión por deudas.

Alejándose de Dickens

Pero estamos hoy en otro tiempo, no sé si mejor o peor, lo que hace inevitable la inclusión de elementos más contemporáneos: sin ir más lejos, la banda sonora. No hablo de las secciones de cuerdas que encajan casi a la perfección, sino de la música de rock que, deliberadamente anacrónica, se deja oír sobre el inicio y el final de cada episodio. En parte recuerda a Peaky Blinders, pero aquí se trata de bandas y artistas predominantemente australianos como Wofmother, Sarah Blasko o Spiderbait.

No hay noticias, en cambio, de Nick Cave (que paradójicamente interpretaba el tema de apertura en Peaky Blinders), ni tampoco de AC/DC, Men at Work, Midnight Oil o Silverchair, grandes bandas de Australia a las que quizás no se haya podido incluir por cuestión de derechos. La que sí está presente es INXS, aunque en versión de cámara y arreglo de cuerdas para Devil Inside (una de mis canciones favoritas de ellos).

Por otra parte, estamos en un entorno diferente: los lóbregos y neblinosos callejones ingleses son aquí reemplazados por la permanentemente soleada Australia. Sin embargo, la serie no cede ante la paisajística que de ello pudiera derivarse y busca mantener, en cambio, el clima urbano y opresivo de las historias de Dickens.

Otro punto que no encaja es el feminismo: el personaje de Belle no solo se ve fuera de época en su rebeldía, sino también poco dickensiano, ya que el autor, contrariamente, ha sido a veces acusado (injusta y anacrónicamente) de misógino por el tratamiento de las mujeres en sus obras. Al parecer, ello tenía que ver con su propia historia familiar y, particularmente, la traumática relación que de niño mantuvo con su madre. Pero las mujeres malévolas y manipuladoras de Dickens brillan aquí por su ausencia, quizás con la sola excepción de Lady Jane, sobre todo con su evolución de los episodios finales.

Un Sólido Elenco

Pero más allá de todo anacronismo, Belle termina siendo un personaje interesante en su interacción con Jack: son opuestos que se atraen. Sus visiones sobre el rol del médico en relación con el paciente difieren por completo: para él, se trata de “tomar la mano de alguien y acompañarlo a la otra vida”, mientras que para ella es brindarle esperanza y hacer que se aferre a la que tiene. Ese antagonismo acabará tocando a la pareja en carne propia, pero no diré más al respecto…

the artful dodger lsa cosas felices.02 e1705529419852

Por último, son para destacar las actuaciones. De manera especial, David Thewlis se lleva las mayores palmas aun cuando su Fagin sea algo más querible que el de la novela. Y Thomas Brodie-Sangster, a quien hasta ahora había visto actuar siempre más o menos igual, hace también un gran trabajo, sobre todo en los episodios finales cuando se ve atrapado en una encrucijada trascendental sobre la cual tiene que decidir. Maia Mitchell está también sólida como Belle, un personaje atravesado por conflictos éticos y morales ligados muchas veces a su condición de clase.

Y a los fines de anotación personal, dejo para el final a Hal Cumpston, a quien me cansé de elogiar en The Walking Dead: World Beyond (aquí mis análisis) y hay que ver lo diametralmente distinto del personaje que aquí interpreta. Si no lo mencioné antes fue justamente para no revelar la identidad de su personaje, pero guarda muchísima relación con la novela de Dickens.

Balance de Temporada

En concreto, The Artful Dodger se mueve de manera pendular entre acercarse a Dickens para captar a sus lectores y alejarse de él para atraer a un público que puede no haberlo leído nunca. Se trata de un terreno peligroso porque se corre el riesgo de no satisfacer a unos y a otros aun cuando, como dije al principio, el saldo final sea positivo.

La temporada va de menor a mayor: hasta la mitad y aún después, le cuesta encontrar un eje y se dilatan mucho algunas subtramas, particularmente las que tienen que ver con los robos y problemas de ello derivados. Sin embargo, en los dos o tres episodios finales parece finalmente encontrar un eje y articular muchas de esas subtramas, al punto de que entendemos recien allí por qué se dio tanto tiempo en pantalla a algunas que parecían inconducentes. Y el final emociona…

¿Habrá segunda temporada? Pues con estas series de época nunca se sabe: la ambientación, tanto en escenografía como en vestuarios, está muy bien lograda y ello hace elevadísimos los costes, por lo que es válido preguntarse si los números de audiencia serán tan buenos como para justificarla. En lo personal, desearía que la hubiera y no solo porque me gusten las segundas oportunidades sino porque además, repito, la serie pareciera, sobre el final de la temporada, haber encontrado el rumbo y dejado varios caminos abiertos que sería bueno que pudieran cerrarse.

En definitiva y volviendo a las analogías, The Artful Dodger no es Black Sails, pero ha asumido la osada tarea de continuar a los personajes magistralmente creados por Dickens y, considerando lo tamaño de la empresa, no se puede decir que salga mal parada

Hasta la próxima y sean felices…

Rodolfo Del Bene
Rodolfo Del Bene
Soy profesor de historia graduado en la Universidad Nacional de La Plata. Entusiasta del cine, los cómics, la literatura, las series, la ciencia ficción y demás cosas que ayuden a mantener mi cerebro lo suficientemente alienado y trastornado.
ARTICULOS RELACIONADOS

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Últimos artículos

Comentarios recientes