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Análisis de The Expanse. Temporada 1. Capítulos 9 y 10

Bienvenidos una vez más a The Expanse, en esta ocasión os traemos un pequeño análisis del capítulo doble final de la primera temporada titulado Masa Crítica/Leviatán Despierta ¿preparados?, a partir de aquí vienen spoilers así que agarraos bien a vuestro asiento y poneos el cinturón ¡el Rocinante despega una vez más!

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Miller y Holden son la punta de lanza de los dos últimos episodios

El comienzo de este capítulo final de dos horas nos lleva de nuevo al principio. Podemos ver  la epopeya de Julie Mao desde su perspectiva, su viaje desde la Scopully al Anubis y finalmente su trágico final en la estación Eros. Esta secuencia de eventos nos sirve no solo de repaso a la trama más misteriosa de la temporada, sino que nos revela a sus algunos detalles de lo más jugoso como que el “arma” robada de la estación Phoebe pertenece a Jules-Pierre Mao (François Chau), magnate de Mao-Kwikowski y uno de los individuos más poderosos del sistema solar además de padre de la propia Julie.

Y hablando de Julie, ver sus últimas horas no resulta precisamente agradable. Sola en la oscuridad pide ayuda a Anderson Dawes que se dedica a ignorarla, poco a poco podemos ver como el contagio contraído a bordo del Scopully la consume, creando grotescas llagas en su piel que irónicamente resplandecen con una bella luminosidad azulada. Eventualmente podemos verla, casi irreconocible, arrastrandose hasta la bañera donde, tras vislumbrar una desconcertante ensoñación sobre Miller, sucumbe a la infección. A pesar de su ligero rol a lo largo de la temporada, he de reconocer que resulta duro ver a un personaje tan fuerte como Julie acabar así, especialmente después de la odisea de Miller en pos de encontrarla.

De vuelta al tiempo presente, Miller y el grupo de Holden se dirigen de nuevo al vestíbulo del Halcón Azul donde les espera el inspector Sematimba, en busca de respuestas. Tras la sucinta y sombría respuesta de Miller “ella se ha ido” Sametimba les recomienda que intenten pasar desapercibidos. Un par de minutos más tarde, un siniestro personaje conocido como Antony Dresden (Daniel Kash) aparece en escena reclamando junto sus matones el cuerpo de Julie. De aquí en adelante el foco principal del capítulo es la relación que se desarrolla entre Holden, Miller y el resto de la tripulación del Roci. Miller, como buen lobo solitario, no está dispuesto a acatar órdenes y después de la muerte de Julie no está por andarse con chiquitas. Holden por su parte no es partidario de los “métodos” del ex-detective pero en uno de los refrescantes alardes de lógica que nos brinda la serie, en vez de recriminarle en el momento decide que permanecer unidos es la mejor forma de sobrevivir.

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Dresden examina el cuerpo de Julie, infectado por lo que el llama la “Protomolécula”

Cuando nuestros protagonistas se proponen volver al Rocinante lo antes posible, una inesperada brecha por radiación bloquea todas las naves en el puerto. Miller, sospechando lo peor decide quedarse a investigar, Holden se queda con el mientras ordena a Naomi y al resto de la tripulación volver al Roci y esperarle durante tres horas, ni un minuto más ni un minuto menos. Si en ese periodo de tiempo él y el ex detective no han llegado, su misión será huir de Eros.

En la tierra, Chrisjen Avasarala sigue devastada por el aparente suicidio de su amigo, el ex-embajador marciano Frank DeGraff. Chrisjen utiliza una visita de cortesía a la residencia de su fallecido compañero para seguir recadando información sobre las naves infiltradoras. El marido de Frank, por su parte, no se encuentra en la mejor de las disposiciones, especialmente teniendo en cuenta que fue la propia Avasarala la que echó a Degraff a los lobos por intereses políticos. Tras conseguir un dispositivo portátil con la información que buscaba sus peores temores se tornan realidad: la muerte de Frank no fue un suicidio, sino un asesinato. En ese mismo instante, desde Tycho Fred Johnson revela a todo el sistema solar la información contenida en el cubo de datos del teniente López, las naves infiltradoras que atacaron el Donnager provenían ni más ni menos que de la tierra. Todo empieza a cobrar sentido cuando Errinwright le presenta a Avasarala su nuevo consultor militar, ni más ni menos que Jules-Pierre Mao, que parece no solo estar en contacto con Dresden sino detrás de todo el tinglado.

Mientras tanto Miller y  Holden descubren, tras preguntar “suavemente” a uno de los matones que dirigen a la gente de Eros a los refugios anti-radiación, algo de lo más inquietante. La compañía de Dresden está realizando un experimento masivo en Eros, inyectando a todo hombre, mujer y niño de la estación con el agente patógeno que transportaba Julie, algo que Dresden llama la “Protomolécula”. Ambos descubren horrorizados que en los refugios, los cuerpos de los habitantes de Eros se amontonan unos sobre otros mientras que son bañados a intervalos regulares con dosis masivas de radiación destinada a alimentar y fomentar el desarrollo del virus. Este descubrimiento les sale caro, ya que ellos mismos son expuestos a una dosis mortal de radiación. A la pregunta de Miller sobre “como de mortal” un tembloroso Holden responde: “estamos muertos”.

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Holden y Miller reciben una mega-dosis de radiación dentro del refugio

Mientras tanto Naomi, Amos y Alex intentan llegar al Rocinante utilizando los conductos de ventilación de la estación que contienen caminos ocultos utilizados por los operativos de la OPA. Mientras Alex empieza a sospechar de la extremada familiaridad de Naomi con todo lo relacionado con la organización terrorista, el grupo se encuentra con Sematimba que intenta huir por la misma ruta. Tras una serie de encuentros y desencuentros con supervivientes además de varios caminos sin salida, el grupo llega por fin a la nave. Sametimba y Naomi se enzarzan en una discusión cuando el inspector le exige a esta dejar Eros de inmediato, ante su negativa Sametima la apunta con su arma y Amos, ni corto ni perezoso le vuela la tapa de los sesos, apuntar a Naomi con una pistola en la misma habitación en la que se encuentra Amos es un mala idea.

Miller y Holden encuentran medicación anti-radiación y este último teoriza que les quedan un par de horas antes de derretirse de dentro hacia afuera, si no llegan al Rocinante rápidamente no saldrán de la estación con vida. Mientras huyen, se ven obligados a esconderse de los matones de Dresden dentro de una sala de Pachinko. Hay que decir que la interacción entre estos dos personajes funciona de maravilla, tras una temporada entera separados nadie hubiese dicho que los momentos de acción, tensión y humor negro que ambos comparten nos proporcionarían una nueva y refrescante dinámica, y menos a estas alturas.

Durante su huida, nuestros protagonistas encuentran más personas infectadas por el virus, Miller se da cuenta de una tragedia de semejante magnitud es más que suficiente para desencadenar una guerra total entre la Tierra, Marte y el Cinturón. Holden se encuentra con Kenzo que le ruega ayuda para escapar, pero Holden aún furioso por su traición en el Halcón Azul, enfermo y cansado le ahuyenta vaciando su cargador contra él de forma disuasoria para la sorpresa y divertimento de un perplejo Miller. Es interesante ver a Holden, un personaje que se ha mantenido siempre firme en un are molar entre el blanco y el negro, el bien y el mal tomar una decisión en el ámbito de los tonos grises, ¿significará esto un próximo cambio en el desarrollo de su personalidad?

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Jules-Pierre Mao, el responsable de todo

A punto de llegar al Rocinante el dúo se encuentra un último obstáculo, los hombres de Dresden están impidiendo la salida al grupo de matones contratados para controlar a la gente de la estación, con la intención de atar cabos sueltos y conseguir de paso algunos “voluntarios” más para su experimento. Miller los reconoce como integrantes de las mafias de Ceres, cuya misteriosa desaparición ya le había puesto alerta durante su investigación del paradero de Julie. Filat Kothari, el matón que empaló a Havelock en Ceres se encuentra entre ellos y recibe su merecido cuando Miller, tras provocar un conflicto armado entre ambos grupos, aprovecha la confusión para volarle la cabeza. Ante la acusadora mirada de Holden este simplemente responde que “se lo merecía”.

Tras un agonizante momento en el que dudan de si la nave sigue en puerto o se ha ido, Holden y Miller son recibidos por Amos, cuyo magistral saludo es ni más ni menos: “estáis hechos una mierda”. Después de compartir un momento enternecedor con Naomi, Holden y Miller comienzan su tratamiento anti-radiación mientras Alex saca el Rocinante del puerto a la fuerza, para después salir en persecución de la nave de Dresden, que se aleja a toda velocidad.

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La Potomolécula toma el control de Eros pero… ¿En qué se está convirtiendo?

En la escena final de la temporada, podemos ver a un aterrorizado Kenzo deambulando por las abandonadas calles de Eros, hasta que llega a una zona dominada por el crecimiento de la Protomolécula. Mientras Kenzo observa atónito, podemos ver la enorme estructura invadida por la secreción orgánica que cubría el motor del Anubis solo que a una escala mucho, mucho mayor. Una nube de “luciérnagas” luminosas de sitúa enfrente suya imitando su forma y seguidamente, un enorme apéndice tentacular le absorbe hacia el fondo de la creciente estructura… ¿qué es la Protomolécula?, ¿de dónde viene? ¿cuál es su propósito?

Estas son preguntas que descubriremos en la próxima temporada de esta magnífica serie, programada para Abril de 2017. Espero que os haya gustado esta serie de resúmenes y si todo va bien y vosotros queréis, nos volveremos a ver en la próxima temporada. Hasta entonces, los más ávidos de The Expanse que le echen un ojo a la serie literaria en la que se basa la serie, escrita por James S.A. Corey y cuyo primer libro da título al último episodio: Leviatán Despierta.

Hasta pronto, nos leemos y sobre todo, ¡pasadlo en grande!

Álvaro Pache
Álvaro Pachehttps://www.clippings.me/kreidart
Graduado en Estudios Ingleses por la Universidad Autónoma de Madrid. Aficionado a la literatura, el arte, el cine y el mundo de los videojuegos, con una especial predilección por el género de ciencia ficción en todos los medios.
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