Bienvenidos un sábado más a la sección de los amantes del cómic, bienvenidos a el cómic recomendado de la semana.
El pasado 25 de marzo cumplió 80 años el que puede que sea el único dibujante español que no necesita presentación, Francisco Ibáñez. Con motivo de esa efeméride, Ediciones B publica un integral que podríamos calificar de histórico ya que contiene las 342 páginas dibujadas por Ibáñez de una de sus mejores series, 13 Rue del percebe, recopiladas por primera vez en un solo tomo.
La serie
13 Rue del percebe nace en 1961 en la revista Tio Vivo en su segunda etapa (la historia de su primera etapa da para mucho pero si alguien tiene curiosidad, a modo de introducción, puede leer El invierno del dibujante, del gran Paco Roca). Durante seis años, hasta 1967, Ibáñez dibujó una página semanal de la serie. A finales de ese año y hasta el 1 de enero de 1968, Ibañez fue sustituido por otro dibujante, Joan Bernet Toledano. Desde el 1 de enero y hasta julio, Ibañez dibuja 27 páginas más, siendo definitivamente sustituido por Bernet Toledano. Son las páginas de Ibáñez las que se incluyen en este integral, ordenadas según el orden de publicación, lo que siempre nos permite observar la evolución del dibujante.
Usando una plantilla del edificio que siempre es la misma para toda la serie, Ibáñez realiza un gran trabajo, un ejemplo de lo que era el humor gráfico de la época así como, quizás sin pretenderlo, un retrato de lo que era la sociedad española en la década de los 60. En un edificio que había perdido sus paredes para mostrarnos lo que sucedía en su interior, el dibujante realizaba un gag por viñeta, o mejor dicho por piso. Personajes como el moroso del ático (del que siempre se dijo que era una parodia del dibujante Manuel Vázquez), el ladrón, la amante de los animales, la portera o el tendero poblaron el edificio y reflejaron lo que era una comunidad de vecinos de la época, siempre bajo el prisma humorístico de Ibáñez. Un prisma que en ocasiones resulta cruel y sádico, una exageración y deformación de la realidad que con el tiempo se fue suavizando.
La picaresca de Don Senen, el tendero, que le roba el hueso a un perro para venderlo para caldo; el moroso que llega a empeñar las paredes del ático; la figura de la portera del edificio; la patrona que realquila habitaciones a cualquiera que llama el timbre; esa pareja que busca un pisito para poder casarse y que envejece con el paso de las páginas; algunos de esos personajes resultaron un tanto anacrónicos con el paso de los años. Los porteros desaparecieron de las fincas, nadie sabía que era una casa de empeños, las parejas tenían piso nada más cruzar la puerta del banco, ya nadie realquilaba habitaciones y el pequeño comercio pasaba a mejor vida en una España que se modernizaba. Por desgracia, todos esos arquetipos regresarían con la llegada de la crisis del 2008, sufriendo una tremenda, exagerada y cruel modernización.
El guión de 13 Rue del percebe es magistral. Igual no mantiene el nivel página tras página pero cumple con su misión, esto es a gag por piso, encadenándolos a veces en lo que resultan las mejores páginas de la serie. Brillante cuando un terremoto pone el edificio literalmente al revés. Ibáñez siempre ha dicho que, para él, lo más importante es el guión, que no dibuja una página si no tiene el guión acabado y que esta serie le supuso el mayor esfuerzo realizado en ese aspecto.
El dibujo no llega al nivel de algunas de las aventuras de Mortadelo y Filemón pero teniendo en cuenta que, como dijo el propio dibujante, estaba totalmente enconsertado en el bloque de viviendas y no podía mandar a los personajes a dar una vuelta por el campo, resulta adecuado en la forma, en la línea de lo que era el humor gráfico de la época y de la Editorial Bruguera. Además, siempre es divertido en los detalles. Siempre hay algún gato sufriendo las iras de un sádico ratón, una araña disfrazada, un árbol que crece página a página, semana a semana, un invitado especial, etc. Además, si una cosa tiene clara Ibáñez es que hay dibujantes mucho mejores que él y que él no pasa de ser un pintamonas, dicho en el sentido más cariñoso del término. Pero eso sí, el más grande pintamonas que ha dado la industria del cómic de este país, uno de los que más páginas ha realizado y el que más ha sabido conectar con el público.
La edición
La edición del integral 13, Rue del percebe es muy buena: lomo de piel, papel de excelente calidad, encuadernado a prueba de bombas y un tamaño impresionante (a mi no me cabe en la estantería). Además contiene páginas que no podemos encontrar en otros recopilatórios de la serie, incluso hay alguna que no se había vuelto a publicar. Se ha realizado un nuevo coloreado y un nuevo rotulado para la ocasión, presentando todas las páginas un aspecto uniforme, incluyendo al final un índice indicando en que número de la revista Tio Vivo se publicaron originalmente. La portada del tomo ha sido realizado expresamente para este edición por Ibáñez.
¿Es la edición definitiva? Posiblemente no. Hay algunos detalles que se podrían mejorar. Falta un artículo sobre la serie, una biografía del autor, etc. El color tampoco es el original, lo que puede molestar a algunos. Faltan también las páginas realizadas por otros autores pero eso es algo normal. No es un integral de la serie sino de las páginas que el propio Ibáñez realizó de la serie. Tras su abandono en 1968, la Editorial Bruguera, propietaria de los derechos de los personajes, puso la página en manos de otros dibujantes, que por supuesto no estaban acreditados en la revista. Es uno de los ejemplos de la leyenda urbana que podemos llamar Los “negros” de Ibáñez. Ibáñez nunca ha reconocido ni reconocerá su existencia y en múltiples ocasiones ha mencionado que él jamás puso su firma en un dibujo que no fuera suyo. Una afirmación que no deja de ser verdad ya que quien ponía la firma de Ibáñez era la editorial.
¿Es la mejor edición hasta la fecha? Si, sin duda. Es una edición a todo lujo y personalmente dudo que hagan otra más completa. Hay que tener en cuenta que su objetivo es llegar al mayor público posible a un precio asequible y eso lo cumple de sobra. Son 30 euros pero la relación calidad-precio está más que justificada.
Los agradecimientos
Como he comentado, faltan detalles en esta edición que todo aficionado agradece. Artículos sobre la historia de la serie, la biografía del autor, un quién es quién de los personajes, etc. Pero sobre todo faltan agradecimientos. Bueno, para ser justos los hay. En la última página se agradece la ayuda de Carlos de Gregorio y de Joan Ramís Masiá pero no se explica por qué ni qué han aportado.
Carlos de Gregorio y Joan Ramís Masiá son coleccionistas que han aportado a la editorial las páginas que faltaban ya que parece ser que no se disponen de todos los originales de esa época. De esta forma ha sido posible ofrecer esta edición con las páginas ordenadas cronológicamente por el propio Carlos, excepto un par de las que ha sido imposible establecer la fecha y el número con seguridad. Valgan estas palabras de reconocimiento y de agradecimiento a la labor de unos aficionados que, con todo el cariño y sin ánimo de lucro, consiguen que todos podamos disfrutar de estos tebeos. Para acabar, os dejo un enlace a una página que contiene un artículo elaborado por de Gregorio con la historia de esta serie, sus antecedentes, sus influencias, ediciones en otros idiomas, etc. Una gran labor que merece un gran aplauso. Un saludo y sed felices.
13 Rue del percebe: El absurdo en la comunidad de vecinos, por Carlos de Gregorio