La segunda temporada de The Walking Dead: Daryl Dixon ha llegado a su punto medio y analizamos lo que nos ha dejado el tercer episodio, titulado L’Invisible. Recordemos que la serie, creada por David Zabel y emitida por AMC+, sigue a Daryl y ahora también a Carol en la Francia ocupada… por los zombies, claro.
Hola otra vez, caminantes y sobrevivientes. Hemos llegado a la mitad de la segunda temporada de The Walking Dead: Daryl Dixon y claramente se advierten puntos de inflexión en la trama y en los personajes. Un tercer episodio en el que nos hemos despedido de un personaje importante y querible de la serie, pero que también nos ha permitido ahondar en el pasado de Genet con un magnífico flashback parisino. No obstante ello, los distintos arcos no han estado a la misma altura, pero ya hablaremos al respecto.
Pasemos a analizar pues lo que nos ha dejado esta entrega, no sin antes advertir que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA ni dejar de recordar que pueden echar ojo en nuestra web a los análisis previos, tanto de esta como de las otras series de la franquicia.
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La Sonrisa de la Mona Lisa
Un flashback inicial nos lleva a París cuando la ciudad luz aún resplandecía. Nos enteramos que una aún joven Marion Genet trabajaba haciendo limpieza en el Louvre y que, al momento de iniciarse el apocalipsis, el lugar fue cerrado y su esposo quedó al otro lado de los cristales de la Pirámide Invertida, lo cual le significó a ella presenciar con espanto cómo era mordido en el cuello por un flamante caminante.
Ya en el presente, la Mona Lisa cuelga sonriente en el cuartel de Pouvoir y Genet encuentra a Carol mirándola. Esta última se le presenta diciendo ser una turista americana que quedó en París cuando todo comenzó hace trece años. Al preguntarle a Genet cómo sabe que la Mona Lisa que allí tiene es la auténtica, le responde en tono tan triste como resentido que ella misma la rescató del Louvre cuando “prefirieron salvar el arte antes que las personas”.
Fingiendo sumarse a Pouvoir, Carol tiene oportunidad de presenciar el estilo de Genet como líder cuando esta obliga a uno de sus subordinados a comer del piso la comida que él mismo arrojara instantes antes. Husmeando, descubre que están llevando al cuartel reclusos que son luego fusilados e inyectados en el cuello, lo que evidencia que están haciendo algún tipo de experimento.
Mientras sirve la comida a milicianos y sobrevivientes, Carol busca en vano alguno que hable inglés para preguntarle por Daryl Dixon, pero el único que le entiende y responde es Codron, a quien, con el rostro maltrecho, un par de dedos menos y atado a la pared por el cuello, tienen insólitamente sin vigilancia. Al principio él desconfía de ella, pero por alguna razón le cree cuando dice ser hermana de Dixon y entonces le habla acerca del castillo en las costas de Normandía.
Remy dice después a Carol que el único paraje que concuerda con la descripción es el Monte Saint-Michel y ella le pide que le acompañe, pero él quiere seguir buscando a Julien, así que, tras despedirse, Carol aturde a un guardia y se hace de un caballo para huir en la noche. No llega lejos: los de Pouvoir la están esperando…
Llevada ante Genet, se entera con decepción que Remy la ha entregado a cambio de que le permitan reunirse con Julien. Él le pide perdón y se justifica en que ella hubiera hecho lo mismo por Daryl. Carol pregunta a Genet por los experimentos y esta responde que están formando un superejército para restablecer la paz y el orden. “La guerra que terminará con todas las guerras”, ironiza Carol dejando en claro que ya ha oído esa historia antes.
Preguntada por Genet acerca de quién es y cómo llegó a París, Carol cuenta esta vez la verdad sobre su viaje en avión y la parada en Groenlandia, pero con la salvedad de que afirma haber venido para matar a Daryl. Genet sonríe con un deje de malicia y le ofrece sumárseles para que pueda cumplir su cometido en el ataque que proyectan al Monte Saint-Michel…
Pero cuando llegan a las cercanías del mismo, Carol descubre trágicamente que las palabras de Genet escondían un doble sentido y la ha llevado hasta allí para convertirla en zombie e inyectarla con el suero. “Te dije que matarías a Dixon”, remata sarcásticamente la líder…
En la Fortaleza
En Saint-Michel, Sylvie intenta rescatar a Laurent de su cautiverio, pero descubre tristemente que el niño ya no está allí. Desesperada, sale a buscarlo. Losang intenta calmarla y que entienda la situación, pero la cosa termina en forcejeo y ella cae desde lo alto de las murallas para terminar sin vida en las losas del piso…
Mientras tanto y extrañamente sin ser vistos, Daryl, Isabelle y Fallou llegan al lugar y trepan el monte por su costado más difícil y rocoso. Ya dentro de la fortaleza, ven cómo Laurent es preparado para la ceremonia y descubren con horror que la misma consiste en someterle a la mordedura de un zombie encapuchado, que termina siendo Sylvie…
Con un disparo certero, Daryl atraviesa el cráneo de esta con una flecha y entre el revuelo logran rescatar al niño. El grupo se divide: Daryl se abre camino a puro arco, cuchillo, arpón y arma de fuego, pero por suerte los atacantes son educados y vienen de a uno, esperando siempre que el anterior termine su turno. Laurent, en tanto, es ocultado por Fillou e Isabelle.
A la larga, sin embargo, Daryl termina capturado y es llevado al sótano del castillo. Por más que Losang le pregunte dónde está Laurent, no suelta palabra. Momentos después cae también prisionera Isabelle y, estando ahora ambos en cautiverio, ella pide a Daryl que le cuente una historia: él le habla de un hombre a quien nunca importó nada ni nadie y que viajó desde muy lejos pensando solo en regresar, pero esa situación cambió…
Para desesperación de Daryl, Isabelle es llevada por Losang y los suyos a los fines de sacarle información sobre el niño que, mientras tanto, se halla a salvo con Fallou y dudando si realmente está feliz de haber dejado el destino que para él parecía signado…
Balance del Episodio
Capítulo claramente dividido en tres arcos: el de Genet en forma de flashback, el de Carol y por último el de Daryl, que es también el de Isabelle y el niño. De los tres, el primero ha sido brillante: no solo nos ha permitido conocer el pasado de Genet y entenderla mejor (que no es lo mismo que justificarla), sino que además ha dado por fin a Anne Charrier la posibilidad de desarrollar un personaje que en la primera temporada había quedado bastante cojo y no llegábamos a saber el porqué de sus acciones o el origen de su resentimiento.
El rodaje del flashback ha sido impactante. No tengo la menor idea de cómo habrán obtenido el Louvre para filmar en su interior o se las habrán apañado para tener libre de gente la Place du Carrousel mientras se hacían los preparativos para los Juegos Olímpicos. Supongo que serían altas horas de la madrugada, pero está claro que los escenarios son reales, como también que la escena de Marion y su esposo separados por los cristales de la Pirámide Invertida está entre lo más desgarrador que hasta aquí ha mostrado la serie.
En las palabras de Genet se advierte además un resentimiento clasista. Para ella, los ricos buscaron salvarse condenando al resto. Hay de su parte, además, una muy interesante reinterpretación del arte y especialmente de la sonrisa de la Mona Lisa que, en medio de la situación, luce a mitad de camino entre la tristeza y la burla como testimonio de una muda sobreviviente que permanece inalterada cuando todo se ha desmoronado alrededor. Y la postura de Genet ante el arte agrega matices al personaje y hace acordar a algunos jerarcas nazis que salvaron valiosas obras de arte en contra de las órdenes de Hitler de destruirlas.
El arco de Carol , muy ligado al de Genet, no ha estado mal, aun cuando las casualidades sigan obrando en su favor de manera poco creíble o encuentre insólitamente a Codron sin vigilancia. Pero es interesante cómo sigue mintiendo con tal de conseguir lo que quiere, siendo especialista en adaptar la mentira al interlocutor…
Ello le funcionó bien con Ash y Codron, pero al parecer ha encontrado la horma de su zapato en Genet, quien sabe hacer también del engaño un arte pero de manera mucho más perversa y a veces sin siquiera necesidad de mentir: le prometió a Carol que ella misma mataría a Daryl, pero nunca especificó en qué forma. Y la interacción entre ambas ha sido un punto alto del capítulo, como también el giro final, más allá de que la líder de Pouvoir no nos terminara nunca de generar confianza.
El de Daryl ha sido claramente el arco más débil. Ha tenido, eso sí, el fuerte impacto de ver morir a Sylvie (Laïka Blanc-Francard), que desde la primera temporada y debido a su relación con Laurent era uno de los principales personajes introducidos por la serie: la extrañaremos.
Pero que desde la fortaleza no vieran avanzar al trío con lo tranquilos que caminaban por la playa o que no tuvieran vigilados todos los flancos del monte es de lo más inverosímil y ni qué decir de la facilidad con que rescataron al niño o de los atacantes de Daryl yendo ordenadamente hacia él uno por uno, más allá de lo bien hechas que estuvieron las coreografías.
Y bien, ya estamos ya a mitad de temporada, lo cual es lo mismo que decir en un punto nodal, por lo cual no sería raro que en el próximo capítulo veamos por fin encontrarse a Daryl con Carol, pero no sabemos en qué forma en el caso de ella (aunque cuesta creer que vayan a zombificar a Carol).
Se viene una batalla que pinta interesante y habrá que ver qué decisión toma Laurent, quien decía querer ser un niño normal, pero resulta que ahora extraña ser especial: lo suyo irrita, pero no deja de ser creíble en un preadolescente. Lo que sí es cierto es que la mordedura del zombie no llegó a producirse y seguimos entonces sin saber si en definitiva es especial o no, a la vez que ha quedado en evidencia que no hay grandes diferencias entre la Unión de la Esperanza y Pouvoir o, casi lo mismo, entre Losang y Genet.
A ver qué nos trae el siguiente episodio, con el cual ya entraremos en la segunda mitad de temporada. Hasta entonces y sean felices…