Bienvenidos a Los Cómics que nos hacen Felices y a este artículo (mucho más personal) en el que voy a exponer, con motivo de la salida en España del número 1000 de Detective Cómics, lo que significa para mí la figura de Batman, como lo conocí y cuál es mi cómic favorito de este vigilante. Creo que es la mejor forma que se me ocurre de rendir tributo a este personaje cuando cumple 80 años y por suerte goza de una excelente salud.
Málaga 1989: El principio de todo.
Recuerdo como si fuese ayer el día que mi tía MariCarmen decidió llevar a los 4 diablos que tenía por sobrinos a ver una película de un personaje que yo desconocía (en aquella época contaba únicamente con 11 años). Recuerdo el austero poster promocional con el símbolo del murciélago y lo feliz que estaba cuando llegué a las puertas del desaparecido Cine Regio en la calle Héroe Sostoa en Málaga. Recuerdo la gran cantidad de niños de mi edad haciendo cola (pese a tener una clasificación para mayores de 13), las palomitas, el murmullo, la nerviosa espera antes de la proyección y el momento en el que las luces se apagaron.
La película de Tim Burton me marcó mucho (y aún a día de hoy es una de las películas que he visto en cine que recuerdo con más cariño junto con la de Taron y el caldero Mágico), creo que por la conjunción de varios factores: la inocencia de la niñez (que por desgracia cada vez se pierde con mayor prontitud), la compañía de mis primos y tía y la gran adaptación que se sacó de la manga el director de Bitelchús. Esta anécdota la que he contado en infinidad de ocasiones a mis amigos cuando sale el tema (cual abuelo relatando cuentos a sus nietos) y es la escena en la que el batwing se lleva los globos del gas de la risa de Joker y tras soltarlos se coloca sobre la silueta de la luna para formar el símbolo de Batman. Recuerdo los gritos de todos los presentes, los aplausos y la euforia que me invadió. Han pasado 30 años desde aquel día y aún se me pone la piel de gallina cuando pienso lo que me hizo sentir esa cinta y en lo icónica que ha llegado a ser aquella banda sonora de Danny Elfman.
Para alguien que había leído únicamente algunas historietas de Mortadelo y Filemón o Asterix y Obelix, aquello fue toda una revelación. Al estreno de este filme le siguió una batmanía que invadió todo el país y que se tradujo en pegativas, posters, imágenes y chapas en revistas y quioscos. Ahí comenzó mi fascinación por este personaje.
Mi cómic: Más oscuro que la muerte
He leído bastante del caballero oscuro (aunque no todo lo que desearía) y parte de los grandes clásicos han pasado por mis manos (ya fuesen prestados o en propiedad): Año Uno, El regreso del caballero oscuro, Silencio, El Largo Halloween, La broma asesina, Una muerte en la familia y un largo etcetera. Pero si he de quedarme con una historia (al margen de los mencionados) y para no caer en la recomendación típica que solemos hacer los comiqueros, me declino por Más Oscuro que la Muerte de Bruce Jones y Ariel Olivetti. Esta obra no es que sea de las más conocidas y reconocidas del caballero oscuro pero tiene ese “algo” que tenían aquellas películas en blanco y negro de cine policiaco. Posee la intriga (sobreexplotada en la TV con las series “procedimental”) en las que no conocemos al villano hasta el final, con giro de trama incluido. Explora la parte más detectivesca del mejor detective del mundo y es por ello que he decidido recomendar su lectura ahora que llegamos al detective cómics número 1000. Reconozco que me hice con esta obra por dos motivos: La portada y descubrir que podía ser más oscuro que la muerte… si queréis saberlo deberéis leer este cómic hasta el final para que se os desvele esa incógnita.
Que es Batman para mí
Mi pasión por él va más allá de hablar de un personaje que ha contado con los mejores autores para dar vida a sus historias: Grant Morrison, Frank Miller, Brian Azzarello, Neal Adams, Jeph Loeb, Jim Starlin, Scott Snyder y muchísimos otros. Para mí Batman/Bruce Wayne es un juguete roto, un niño sin infancia que solo existe para vivir y revivir el dolor que le ocasionó el asesinato de sus padres en aquel callejón a manos de Joe Chill. Un personaje que ha hecho de su dolor y miedo su arma contra quienes atemorizan a las gentes de Gotham. Lo que hace especial a Batman es la cualidad de no ser especial… Me explico: Bruce Wayne (más allá de su fortuna) es una persona de a pie como cualquier otra que haya sufrido un episodio trágico en su vida y haya convertido ese sufrimiento en su fortaleza, Batman puede ser cualquiera con el valor de levantarse cuando la vida le haya golpeado. No tiene poderes que lo hagan único, ni viene de algún planeta lejano, es un hombre que supo qué hacer con su destino cuando aquel murciélago rompió la cristalera.
Como ya he dicho, Batman es un hombre roto, pero aun así ha hecho de la justicia su bandera y se ha convertido en un símbolo incorruptible más allá de las páginas de los cómics.
Bueno, espero no haber aburrido mucho con estas divagaciones e historias de un fan acérrimo del caballero oscuro. Sin más me despido felicitando a Batman por su 80 cumpleaños y por haber alcanzado el número 1000 de Detective Cómics. Espero que dentro de otros 80 años otros puedan celebrar el número 2000.
Saludos desde el sótano la batcueva