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Crítica de Campeones de Javier Fesser

Esta crítica de la película Campeones de Javier Fesser está escrita por los niños de la web: El escuadroncito suicida. Un padre con sus hijos firman este artículo.

Después de un merecido descanso que nos ha llevado un poco más de tiempo que el inicialmente pensado, volvemos a retomar nuestra labor de crítica cinéfila con la película Campeones.

Antes de nada, deciros que nos ha gustado mucho: nos hemos reído (a veces a carcajadas), ha habido algún momento de tensión, nos hemos emocionado en varias partes de la película y se nos han pasado los 127 minutos de metraje en un suspiro. Nuestra madre nos ha dicho que eso es el CINE, en mayúsculas. Así que si queréis ver CINE, id a verla.

Foto Campeones Javier Fesser  Son muchos los temas que se tocan en la película, pero básicamente pueden englobarse en dos:
• Uno cinéfilo, que es la transformación del personaje del protagonista que pasa de ser una persona amargada y con muchos problemas, a alguien humano, decente y bueno.
• Y otro social, dirigido a concienciarnos de la grandeza de todos los seres humanos sin importar sus mayores o menores capacidades para desenvolverse en la vida.

Campeones Diferentes si perdedores no landscape

Y ambos se entrelazan en la película, porque el protagonista va transformándose al mismo tiempo que abandona sus prejuicios y comprende que en cada persona hay algo mágico que le hace ser única en este mundo, y que esa magia puede hacerte crecer igualmente.

Es verdad que esta temática es muy habitual en el mundo del cine; protagonistas de las más variadas profesiones a los que se relata en un principio como personas egoístas, déspotas y consentidos, y que por diversos avatares del destino se ven obligados a tratar en su nuevo día a día con personas y en lugares muy distintos a los que estaban acostumbrados, y es ese cambio, lo que provoca en ellos dicha transformación (La ciudad de la alegría, Mejor imposible, La bella y la bestia…), circunstancia ésta especialmente repetida en películas con temática deportiva (Los picarones, Hardball, Somos los mejores, Hoosiers…)

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Lo que hace distinta esta película, aparte de ser española y de que todo nos parezca por ello más cercano, es que el protagonista (un afamado entrenador de baloncesto), a causa de una resolución judicial, queda obligado a hacerse cargo de un equipo formado por personas con discapacidades psíquicas de muy diverso tipo (variedad con la que juega el director en la película provocando numerosas situaciones cómicas a lo largo de toda la película…), lo que conlleva un soplo de aire fresco sobre la temática antes mencionada (en donde, generalmente, se trata de entrenadores que tienen que lidiar con menores).
Junto con estos dos temas fundamentales, aparecen en la película muchas enseñanzas para todo el espectador que quiera apreciarlas:

  • Que el prejuicio procede del desconocimiento y de la ignorancia. El protagonista, en un primer momento se dirige al colectivo de personas de los que van a conformar su equipo en tono completamente despectivo, y es a medida que va adquiriendo conocimiento, a medida que va aprendiendo del trato con ellos, cuando los prejuicios van desapareciendo. De hecho, uno de los miembros de su equipo comenta tras un lance del largometraje “Que el protagonista va aprendiendo poco a poco, pero va por el buen camino”. Es verdad que el protagonista enseña a su equipo tácticas, jugadas, formas de tiro… pero es su equipo el que le va enseñando a él que sus ideas preconcebidas sobre ellos nacen del no saber, del no entender y del no querer aprender.
  • Que ante las dificultades, el único camino correcto es el de continuar caminando. Los miembros del equipo de baloncesto tienen distintas discapacidades psíquicas, pero eso nunca ha sido un obstáculo para seguir adelante. En un momento de la película se nos cuenta la realidad de cada uno de ellos (algunos viven solos, otros en pisos tutelados,…) pero todos ellos organizan su propia vida, sus horarios, su trabajo y su deseo de jugar al baloncesto por sí mismos. No se han quedado anclados, sino que se levantan cada día y siguen adelante.
  • Que la victoria en la vida es posible sin un trofeo. Esto no es un spoiler. Como en todas las películas deportivas, hay una última canasta en un último partido, en que el tiempo se congela y se observa un balón dirigiéndose a un tablero durante varios segundos, mientras la cámara enfoca a todos los protagonistas con el corazón en un puño… La grandeza de esta película es que mientras está volando la pelota, el director consigue que no nos importe el resultado, porque sabes que el verdadero triunfo es otro distinto. De hecho, a lo mejor ni siquiera se llega a saber si el balón entra o no… Tendréis que verla para saberlo.

Hemos sabido que esta película puede llegar a emitirse en Francia en todos los colegios con carácter obligatorio. Sabia decisión, ojalá alguien de aquí la imite porque es una película profundamente humana, y los valores que se extraen de ella deberían formar parte de la educación de todos.

Recomendamos ir a verla porque no os vais a aburrir, totalmente asegurado.

Mario Losada
Mario Losadahttps://www.lascosasquenoshacenfelices.com
Licenciado en Publicidad y RR.PP. Creador y administrador del blog entre otras actividades lúdicas como community manager, lector de libros y cómics además de futbolero, cinéfilo y coleccionista de páginas originales. Me gusta hacer un poco de todo.
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