Prime Video ha estrenado la nueva película de Guy Ritchie, El ministerio de la guerra sucia, donde el guionista y director cuenta con un nutrido grupo de estrellas para contarnos una historia de la II Guerra Mundial donde no falta la violencia, la acción y el humor macarra que siempre acompaña las cintas del señor Ritchie.
La película esta basada libremente en hechos reales, recreando bajo el prisma de Ritchie la conocida como Operación Postmaster. Esta acción militar fue muy importante ya que redujo considerablemente la capacidad de los submarinos alemanes para actuar en el Océano Atlántico, lo que facilito la entrada de EEUU en la guerra. Además, fue el germen de lo que luego serían los servicios secretos del Reino Unido.
En la película conoceremos a los agentes que llevaron a cabo la Operación Postmaster, que consistía en grandes rasgos en hundir el barco que llevaba los suministros a los submarinos nazis. Dicho barco estaba amarrado en un puerto neutral africano, así que allí tendrán que ir nuestros aguerridos soldados en una operación que no contaba con autorización oficial. Por otro lado, un par de agentes de inteligencia ya están en el puerto para conseguir la información necesaria para sus compañeros, una información que se mostrará de vital importancia dadas las circunstancias.
La cinta tiene dos vertientes diferenciadas, por un lado, la acción más divertida y adrenalítica, con el batallón de soldados cargándose a todo el que se le pone por delante en pos de conseguir el objetivo de acabar con el dichoso barco. Dicho grupo esta comandado por Gus March-Phillips (Henry Cavill) al que acompañan Anders Lassen (Alan Ritchson), Freddy Alvarez (Henry Golding), Geoffry Appleyard (Alex Pettyfer) y Henry Hayer (Hero Fiennes Tiffin). Las escenas de acción que protagonizan están rodadas con el pulso enérgico marca de la casa de Guy Ritchie y son muy espectaculares ya que los actores demuestran una gran química entre ellos. Mención aparte merece la actuación de Alan Ritchson, conocido por su papel en la serie de Reacher y que aquí está muy pero que muy divertido.
En el otro lado de la balanza tenemos a Marjorie Stewart (Eliza González) y Mr. Heron (Babs Olusanmokun), los dos agentes destinados en el puerto que tienen que recoger la información en una trama de espionaje que le lleva a enfrentarse al malo malísimo de la película, el general Heinrich Luhr (Til Schweiger). El juego del gato y el ratón que se establece entre los personajes es también muy interesante, aunque queda lejos de las cotas de diversión que ofrece la parte de la cinta centrada en la acción.
Hay que señalar que no es la primera que vez que Ritchie nos cuenta una historia de espionaje. En cierto sentido, este Ministerio de la guerra sucia parece una precuela de Operación UNCLE, cinta en la que el guionista y director se sumergió en el mundo de los agentes especiales, curiosamente también con Henry Cavill como protagonista.
La cinta no deja de ser un divertimento de verano en la que Guy Ritchie parece querer darnos su propia versión de Malditos bastardos. Y aunque quede lejos de la genial película de Tarantino, al menos funciona bien y ofrece dos horas de acción y diversión que merecen mucho la pena. Es cierto que tiene algunos problemas de ritmo y que las dos tramas no están del todo bien equilibradas, pero las escenas de acción son fantásticas, los actores están geniales y siempre están pasando cosas en la pantalla, lo que no deja un momento de respiro al espectador. Por otro lado, siempre es un gusto ver morir a nazis, algo que aquí tenemos de mil y una maneras.
En resumen, El ministerio de la guerra sucia es una película divertida con el sello propio de Guy Ritchie así que ya sabemos que esperar. Humor sin complejos y acción desenfrenada para pasar dos horas pegados a la televisión disfrutando mientras los nazis son derrotados y asesinados de las formas más crueles. No hay más, no esperes un guion muy elaborado ni uná trama compleja. Aquí hemos venido a lo que hemos venido y desde luego que el señor Ritchie lo consigue. Una película perfecta para disfrutar sin comerse la cabeza en este verano tan caluroso.