Movistar Plus+ estrenó el pasado mes de marzo la segunda temporada de una de las mejores series españolas de todos los tiempos: La Unidad. La ficción creada por Dani de la Torre y Alberto Marini regresa con una nueva tanda de seis episodios de entre 50-60 minutos presentando un nuevo caso de la policía antiterrorista que pondrá patas arriba su estabilidad en unos episodios absorbentes.
Crítica de La Unidad. Un thriller policíaco de alta gama con sabor a verdad
Después del gran sabor de boca que nos dejó la primera temporada, hacer una segunda que estuviera a su altura se presentaba como un gran desafío del que los responsables salen más que triunfantes. Al conocer ya a los personajes principales no hace falta perder el tiempo en presentarlos así que la acción se dispara desde el principio. Una operación especial del equipo liderado por Carla Torres (Nathalie Poza) se cobrará una victima imprevista y eso hará que sean los propios miembros de la unidad los que estén en el punto de mira de los terroristas.
Si en la primera temporada la serie basaba todo su potencial en la resolución del caso en el que trabajaba la unidad, en esta nueva tanda de capítulos, sin dejar de lado la acción, se profundiza mucho más en el aspecto emocional de los personajes. Es algo lógico. Ya les hemos cogido cariño y los sentimos muy cercanos, por eso, verlos como presas de los ataques, nos hace emocionarnos mucho más. Sobre todo, porque ya desde el principio queda bastante claro que no todos los miembros del equipo van a sobrevivir…
Esta lucha de los protagonistas por su vida permite a los guionistas tratar temas que se habían quedado en el tintero en la temporada anterior. Vamos a ver el temor y la desconfianza que surge entre los policías al sospechar que puede haber un topo entre ellos, vamos a ver los difícil que es vivir con escolta y el coste que se tiene que pagar al haber elegido esta vida y sobre todo vamos a poder explorar el lado más humano de los personajes.
Pero el relato pierde potencia. Todo lo contrario, la investigación que se lleva a cabo y la resolución de las escenas de acción son tan buenas como nos tenían acostumbrados. Aunque al ser los miembros de la unidad las propias victimas de los terroristas, las consecuencias de los ataques nos tocan más el corazón.
Otra cosa en la que mejora la serie con respecto a la primera temporada es al dar mayor cuota de protagonismo a todos los miembros del equipo. Es cierto que Carla y Marcos (Michel Noher), siguen siendo los que llevan el peso de la acción, pero ahora hay más momentos para que los demás protagonistas también puedan brillar y alguna que otra incorporación que hace que se enriquezca el universo de la serie.
El resto de las virtudes que hacían grande esta producción siguen aquí. La perfecta ambientación, el despliegue de medios y su gran producción y por supuesto las grandes interpretaciones de sus protagonistas vuelven a hacernos gozar acompañadas siempre de una dirección firme y fluida y un ritmo trepidante que no deja un momento de respiro.
Al ser una miniserie con tan pocos episodios llama mucho la atención el enorme trabajo de Dani de la Torre y Berto Marini a la hora de poder desarrollar a los personajes y de ampliar las subtramas que nos ofrece esta temporada. No se pierde nada del ritmo y del dinamismo propio de la serie y gracias a una notable edición y dirección, el guion avanza con solido equilibrio entre la emoción y la acción.
Las nuevas tramas presentan varios temas al hilo de la historia principal. Es muy interesante ver como se produce el proceso de radicalización del “enemigo” principal y como arrastra con él a varios jóvenes, a los que no duda en usar sin ningún tipo de escrúpulo. Después de todo es un hombre que está acostumbrado a que todo el mundo haga lo que dice, algo que vamos a ver en como tiene de sometidas a sus esposas. Todo esto permite crear una némesis con un interés personales contra nuestros protagonistas que es mucho más interesante que la que vimos en la primera temporada.
En resumen, esta nueva temporada de La Unidad es aún mejor que la primera (que ya es decir mucho) y sale airosa del reto de ofrecer historias novedosas que mantengan el nivel sin resultar repetitivas. La decisión de convertir en objetivo a los personajes que precisamente se encargan de evitar los atentados demuestra ser muy inteligente por lo que aporta a la trama, y sobre todo por lo que permite explorar en lo personal con unos personajes a los que queremos y con los que sufrimos cuando lo pasan mal. Y os lo aseguro, lo van a pasar muy mal.