‘Daredevil: Born Again’ entra en su recta final y esta semana hemos asistido al penúltimo capítulo y pese a que ha remontado algo con respecto a lo visto anteriormente, creo que no va a modificar mucho mi actitud hacia esta ficción.
El octavo capítulo de ‘Daredevil: Born Again’ cuenta con momentos que logran capturar la esencia del Matt Murdock que conocimos en Netflix, pero el episodio sigue arrastrando problemas en su guion que impiden (bajo mi punto de vista) que la serie despegue como una digna sucesora de su etapa anterior.
Esta serie nos está prometiendo tramas y consecuencias importantes, especialmente en torno a Wilson Fisk, pero sigue teniendo muchos frentes abiertos que veo que no se están llevando todo lo bien que me gustaría. Creo que la confrontación con el periodista en la fiesta y cómo se le castiga me parece contradictorio con la forma en la que Fisk está tratando de llevar sus planes. Me ha dado la sensación que ha sido una forma torpe de mostrar lo duros que son los policías sin ley que trabajan para él.
‘Daredevil: Born Again’ juega a tratar de ser una propuesta dura y con tramas profundas tocando la mafia y el poder político, pero se queda a medio gas. Sé que las comparaciones son odiosas, pero tras haber visto ‘El Pingüino’ de HBO, pues lo que nos proponen aquí se me queda corto. Incluso se está quedando corto con lo que vimos en Netflix.
Las expectativas están jugando en su contra, eso también es cierto, y pese a ser la mejor ficción del UCM hasta la fecha, no está siendo un producto muy destacado.
No me gusta repetirme y como ya he comentado en alguna ocasión, tengo la sensación que se mezclan los momentos y escenas del anterior guion que descartó Kevin Feige con lo rodado posteriormente y hay muchos altibajos que acaban desluciendo lo que nos propone Disney. Un ejemplo de ello es la fiesta en la que hay situaciones tensas y muy bien llevadas, como el baile y cambio de parejas, con otras como la conversación con ‘El espadachín’ que dejan mucho que desear.
Lo siento, y espero que me perdone Michael Gandolfini, pero su personaje me está resultando insufrible y repelente; espero que pronto BB haga algún movimiento para hacer más interesantes sus interacciones porque cada vez que aparece en pantalla es un sufrimiento .
Ayelet Zurer, Charlie Cox y Vincent D’Onofrio continúan brillando y aportando mucho a sus personajes incluso cuando el guion les da material desigual.
Conclusión
Este capítulo de ‘Daredevil: Born Again’ me ha dejado buen sabor de boca, pero no ha sido un manjar que me vaya a cambiar la vida.
Hay secuencias, supongo que las antiguas, que se sienten como relleno y ralentizan (bajo mi punto de vista) la trama principal.
La serie original destacaba por su forma de narrar y sus personajes rotos, donde cada episodio ahondaba más en el conflicto moral de Matt. En ‘Daredevil: Born Again’, aunque hay destellos de eso, se prioriza entretener sin incomodar y se nota en la falta de riesgos y la ausencia de personajes potentes como Frank Castle. El capítulo 8, pese a sus méritos, sigue pareciéndome como un camino hacia algo mayor que nunca termina de llegar.
Aquí os dejo el tráiler de esta nueva temporada de ‘Daredevil: Born again’:
Un saludo y sed felices.
