Desde el 18 de marzo tienes disponibles todos los episodios de la serie La mujer en la pared, una producción de la BBC disponible en SkyShowtime. La serie llegó a la plataforma de streaming después de haber conseguido un éxito considerable en su emisión a finales del año 2023 en Reino Unido.
Sobre la base de unos terribles hechos reales, Harry Wootliff construye una historia lúgubre, con momentos llenos de confusión y pesimismo, en torno a la vida de una mujer perdida en una tragedia que la ha arrastrado a lo más profundo de una existencia desgarradora y sin metas: Lorna Brady (Ruth Wilson). Una vida marcada por una juventud robada y un hecho injusto que todos se empeñan en ocultar.
El asesinato de un clérigo será el detonante que involucrará al joven detective Colman Akande (Daryl McCormack) en una investigación que le llevará a cruzarse con Lorna. Ambos formarán equipo para buscar respuestas en uno de los acontecimientos más negros de la reciente historia irlandesa.
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La mujer en la pared. No apta para personas sensibles.
La primera escena de La mujer en la pared nos pone en aviso de que lo que vamos a ver en esta serie inglesa no es para todos los públicos. Lorna yace en medio de una carretera vestida únicamente con un camisón blanco, mientras varias vacas la rodean. La mujer vuelve a despertar en un lugar inesperado por culpa de su sonambulismo. Con sus pies descalzos y la desesperación dibujada en el rostro, regresa a su hogar de forma errática.
Estamos en un pequeño pueblo irlandés, Kilkinure, en el año 2015. Lorna es una mujer arisca e iracunda que vive sola y no se relaciona con nadie. Su carácter desagradable la convierte en un personaje a evitar y su comportamiento, parecido a la locura en algunos momentos, complica aún más su situación de soledad sin consuelo.
Y, ¿por qué Lorna es así? Por un hecho sucedido en su juventud que todo el pueblo conoce, pero que siempre han tapado, echando tierra encima y mirando hacia otro lado. Lorna es una víctima, una superviviente marcada por la tragedia de ser repudiada por su propia familia tras haberse quedado embarazada demasiado joven.
En ese momento fue enviada a una casa de acogida gestionada por la Iglesia Católica. Un lugar en el que cuidarían de ella y la ayudarían a convertirse en mejor persona, ya que por haberse quedado embarazada era considerada un ser despreciable, una vergüenza.
Con el apoyo de otras jóvenes que estaban en su misma situación tendrá que sobrevivir en el mundo hostil de aquel lugar gobernado por monjas poco amigables que solo pensaban en castigar a unas jóvenes que habían sido abandonadas a su suerte en aquellas paredes. La única ilusión que las mantiene vivas es pensar en ese día en que se convertirán en madres y podrán estar con sus bebés. Pero hasta eso les quitarán…
Un asesinato que lo inicia todo.
En Dublín el sacerdote Percy Sheehan (Stephen Brennan) aparece asesinado en su casa y las investigaciones del detective Colman Akande le llevan hasta Kilkinure, donde se ha encontrado el vehículo del mismo. Allí, su camino se cruzará con el de una mujer a la que el pueblo ha dado la espalda y con un comportamiento desquiciado y agresivo que la convierten en alguien a quien evitar: Lorna.
A esa muerte violenta se unirá la desaparición de Aoife (Fiona Bell), una antigua monja que fue cómplice de los abusos a los que las chicas fueron sometidas y que ahora, después de los años, está arrepentida por todo aquello y buscando la forma de poder resarcir su pecado.
Ambas tramas se unirán y convergerán en una investigación donde Lorna se convierte en un activo. Tengo que decir que Ruth Wilson consigue elaborar un personaje complejo que le hace brillar como actriz. Una mujer cuya mente está totalmente destrozada, pero que todavía se aferra en una lucha por no dejarse perder en esos momentos de confusión que tan bien nos muestran en los primeros episodios y que nos sirven como referencia para adentrarnos en el sufrimiento en el que vive la mujer.
Esos momentos de insomnio obligado a los que se somete para escapar de su sonambulismo. Con esa mezcla entre realidad y ficción ocasionada por la falta de sueño. Ese tono de terror gótico que incomoda al espectador y que hace que esos primeros episodios sean realmente oscuros y tétricos, de tal modo que algún espectador pueda abandonar el visionado de la serie. Cosa que no recomiendo, en absoluto. Ya que pasados esos momentos confusos, La mujer en la pared se convierte en un drama mezclado con investigación y con momentos realmente desgarradores que hacen que merezca la pena ser vista.
La historia real en la que se basa La mujer en la pared.
Si todavía no has visto La mujer en la pared, te recomiendo que vuelvas a esta parte del artículo después de verla, ya que puede haber spoilers.
La mujer en la pared se basa en las llamadas lavanderías de la Magdalena, una especie de asilos para mujeres descarriadas que estuvieron funcionando en Irlanda casi 100 años, hasta la clausura del último centro en 1992.
En estos centros católicos se castigaba a las jóvenes bajo la mano de la Iglesia por haberse salido del camino de lo correcto. Algo que de por sí ya es suficientemente grave, pero no se quedaron en eso, sino que amparados bajo la protección de ‘la cruz’, robaban los hijos de las jóvenes para venderlos a familias que no podían tener descendencia. Una adopción forzada en la que engañaban a las madres biológicas anunciándoles la falsa muerte de su bebé en los primeros días de su nacimiento.
Unos hechos deleznables que fueron tapados por el propio gobierno, haciendo caso omiso de las miles de protestas y denuncias puestas por aquellas jóvenes a las que seguían apartando como si fueran apestadas, rechazándolas solo por haberse quedado embarazadas siendo adolescentes.
En 2011, las Naciones Unidas instaron al gobierno irlandés a iniciar una investigación a raíz de una denuncia del grupo de defensa Justice for Magdalenes, que concluyó con un informe que admitía los abusos y la responsabilidad del Estado, lo que condujo a una disculpa oficial del gobierno y algunas compensaciones, frente al silencio de las instituciones eclesiásticas.
De ese modo terminaba uno de los hechos más negros de la reciente historia irlandesa. Por fin se dio voz a todas aquellas mujeres que habían sido abusadas por la mano autoritaria de monjas y clérigos, equivocados con su forma de proclamar ‘la palabra de Jesús’.
Si te gusta este tipo de dramas, te recomiendo que veas La mujer en la pared, y luego nos cuentes qué te ha parecido.
Saludos y sed felices.
