Saludos a nuestros queridos lectores, hoy nos acercamos peligrosamente al final de la saga de Rocky, con el análisis de la que, para mí y otros muchos, es la peor secuela de todas: Rocky V. En su defensa diré que la he vuelto a ver en dos tandas (cosa que no suelo hacer) y ha sido menos pesada.
Escrita por Sylvester Stallone y dirigida por John G. Avildsen esta quinta entrega está considerada como la secuela más decepcionante, al abandonar la fórmula de las anteriores y ser la menos rentable, debido a su baja recaudación en taquillas.
De nuevo, comenzamos con el final de Rocky IV, donde Rocky vence a Iván Drago, combatiendo en Rusia.
El nuevo metraje comienza con Rocky en los vestuarios, después del combate, con una preocupación palpable debido a que sufre temblores, escalofríos, mucho dolor y teme por su vida.
De vuelta en Estados Unidos, su hijo, Rocky Balboa Jr. (interpretado por Sage Stallone, el auténtico hijo de Sylvester) le recibe con efusividad. A continuación, en una rueda de prensa, aun en el aeropuerto, se ha filtrado algo de información sobre sus problemas de salud y la prensa tiene curiosidad.
Se desmienten todos los rumores y entre la prensa aparece un personaje con pinta de ricachón snob, George Washington Duke (interpretado por Richard Gant), se conoce que no se les ocurrió ningún otro nombre y decidieron ponerle el mismo que el del antiguo entrenador de Rocky y Apollo… Éste se presenta como un promotor de combates y propone un combate entre su actual representado Union Cane y Balboa, pero Adrian (Talia Shire) y Rocky dan a entender que Rocky se ha retirado.
La familia protagonista vuelve a casa y vemos a Rocky como un padrazo, jugando con su hijo y arropándole en la cama. Poco después, se produce el giro argumental que cambia la trama del resto de la saga por completo, Rocky se ha arruinado por culpa de Paulie (Burt Young) que le cedió poderes a su contable y lo perdió todo.
En el hospital, Rocky es diagnosticado con fuertes daños craneales y cerebrales irreparables y los médicos le insisten en que debe abandonar el boxeo. Rocky quiere volver a pelear para ganar dinero, recuperar su estatus y darle a su hijo la vida que él no pudo tener, pero Adrian se niega.
Finalmente, Rocky se retira, se arruina, subastan su casa y sus pertenencias y se mudan a una modesta casa en su antiguo barrio.
Rocky se va a dar un paseo por el barrio y entra en su antiguo gimnasio, el Mighty Mick’s, donde tiene unos flashbacks (pero de metraje novedoso) en los que su antiguo entrenador, Mickey (Burgess Meredith), le dice unas preciosas palabras dónde le revela que él (Rocky) es su única razón de vivir. Mickey le regala un colgante con un guante de boxeo, que perteneció a Rocky Marciano, el ídolo de Rocky.
Al día siguiente, Rocky acompaña a su hijo al nuevo colegio y le advierte de tener cuidado con timadores y gamberros. Se despiden diciendo “somos un buen equipo”. Mientras tanto, Adrian recibe una llamada de Duke (“el malo”) que le ofrece ser el manager de Rocky, pero Adrian se niega.
Más tarde, de vuelta al gimnasio de Mickey, Rocky es sobresaltado por un muchacho rubio y grandote llamado, Tommy Gunn (Tommy Morrison) que le pide a Rocky que le entrene. En ese momento, aparece Duke, que intenta manipular a Rocky ofreciéndole recuperar su anterior vida y abandonar su actual situación de perdedor, pero Adrian (que vuelve a trabajar en la pajarería de en frente) insiste en rechazar la oferta.
El hijo de Rocky es acosado en la escuela, le pegan y le roban la chaqueta y el dinero.
Tommy insiste en que Rocky le entrene y le hace una demostración de sparring donde machaca de forma muy violenta, para ser un entrenamiento, a su compañero de gimnasio pese a que Rocky le insistía en que parase.
Rocky accede a ser su entrenador y le invita a casa a cenar. Rocky Jr. Le prepara una sorpresa a su padre, con un “altar” con todos sus trofeos de boxeo, pero Rocky está demasiado emocionado con ser el entrenador de Gunn y no le presta atención a su hijo, que comienza a sentirse celoso y abandonado.
El filme se recrea bastante en esta idea del príncipe destronado cuando vuelven a pegar al hijo y le pide a su padre que le entrene pero le niega la petición por estar muy ocupado con Tommy. Otro entrenador del gimnasio se encarga del muchacho, mientras Rocky se encarga de Gunn, que comienza a despegar en el mundo del boxeo ganando un combate tras otro todos por K.O.
Rocky Jr. Vence a su bully, recupera su chaqueta y se hacen amigos (este chico necesita amor pero ya, quién se hace amigo de su acosador escolar). Se lo cuenta a su padre que, de nuevo, le da la espalda para entrenar a Tommy.
Gunn gana más combates y Duke le “soborna” con chicas guapas, dinero y una nueva casa, para que abandone a Balboa. En este momento, la película toma un ritmo absurdamente rápido dónde Tommy abandona a Rocky por Duke, de un modo parecido al que Anakin abandona a Obi-wan por Palpatine.
El hijo de Rocky se ha vuelto el más malote del barrio para llamar la atención de su padre y Gunn, finalmente, cambia a Balboa como entrenador-manager.
Adrian le abre los ojos haciéndole ver que Gunn no es quién le necesita, si no su hijo. Gunn le hacía sentirse vivo, pero su familia es la que siempre estará para apoyarle y debe volver encarrilar a su hijo.
Es la gran noche: Tommy “ametralladora” Gunn (Olé por los traductores) vs. Union Cane, actual campeón de los pesos pesados.
Gunn sube al ring entre abucheos por haber abandonado a Balboa. Rocky ve el combate desde la televisión de su casa.
Suena la campana y da comienzo al combate más rápido de la historia. Cuatro puños de Cane, una ráfaga de Gunn y fin del combate por K.O. en el primer asalto.
Gunn es abucheado y dedica la victoria a Duke, desilusionando a Balboa. En la rueda de prensa, los periodistas le humillan por haber combatido contra un adversario de baja categoría. Le hacen ver que nunca llegará a ser como Balboa e incluso hacen un divertidísimo comentario sobre las actividades lúdicas de su mujer…
Gunn se presenta en el bar en el que Rocky está tomando algo para organizar un combate que acaba siendo una improvisada pelea callejera, el punto más flojo de toda la franquicia.
Rocky golpea a Gunn hasta que cae y le dice que deberían haber estado juntos, que no debería haberse ido. Gunn se levanta y le devuelve los golpes a Rocky (y a algunos mirones) hasta que tira a Balboa al suelo.
[spoiler]
Rocky tiene un flashbacks de su pelea contra Drago y se levanta para “un asalto más”. Se encaran y Rocky saca a relucir sus habilidades de capoeira, el desvarío continúa… Rocky no para de encajar golpes hasta que aparece su hijo para apoyarle. El potro italiano vuelve a tomar las riendas y destroza a Tommy. Duke le amenaza con demandarle si le toca y le responde con un golpe al estilo Ryu de Street Fighter.
La pesadilla ha terminado y Rocky sube las míticas escaleras del museo con su hijo, al que le regala el colgante de Rocky Marciano.
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Finalmente, como se suponía que esta iba a ser la última película de la saga, los créditos pasan con imágenes recopilatorias de toda la saga
Recordad que podéis ver la crítica de Creed aquí, la de Rocky aquí, la de Rocky II aquí y la de Rocky III aquí y lade Rocky IV aquí.
¡Disfrutad de las cosas que os hacen felices!