El Espíritu de Lewis es el título de una de las últimas obras publicadas en España por nuestros amigos de Nuevo Nueve. En este caso nos traen un cuento de terror gótico realizado por Bertrand Santini y Lionel Richand que nos presentan en una cuidada edición integral que recoge la historia completa del joven Lewis Pharamond y su fantasma.
El argumento es el siguiente: Lewis Pharamond es un joven escritor en pleno luto. Conmocionado por la reciente muerte de su madre que cruza Inglaterra para instalarse en Childwickbury, la mansión de su infancia donde espera poder escribir su primera novela de inspiración gótica. Pero acosado por el dolor no puede escribir ni una sola línea. De repente fenómenos extraños ocurren y una noche aparece el responsable de estos hechos. Su nombre es Sarah, fantasma de una mujer francesa extraordinariamente hermosa. Con el paso de los días, Lewis y Sarah se van conociendo y, a cambio de una promesa de amor eterno, el fantasma le ofrece al aspirante a escritor el don de la escritura.
Como buena obra de terror victoriano, el contexto histórico de la trama es muy importante. La obra se desarrolla a finales del siglo XIX, concretamente en 1898, en Inglaterra. Es muy importante para los autores subrayar la enorme importancia que tenían en esa época las normas sociales y las apariencias, estando ante una sociedad realmente hipócrita. Pero sin olvidar por supuesto el aspecto fantástico ya que también es una época donde había mucho interés por el espiritismo y la magia.
El protagonista del relato cuadra muy bien dentro de este contexto. Es un pobre niño bien que se derrumba con la muerte de su madre y que decide hacerse escritor, aunque no tenga el talento necesario para ello. Pero tiene suerte y el fantasma de una mujer llamada Sarah acude en su ayuda y le da el talento necesario para ser un gran escritor. A cambio sólo pide dos cosas, que le ayude a descubrir como murió y que sus cumpla sus promesas de amor eterno. Un amor que el joven Lewis acaba despreciando al tomar consciencia plena de que Sarah está muerta y bien muerta y que él necesita disfrutar del mundo de los vivos.
La historia que nos cuenta Santini se nutre de todos estos elementos para contarnos una fabula en la que no duda en criticar la sociedad de la época mientras introduce elementos fantásticos a la vez que los protagonistas van investigando tanto la naturaleza de la condición de ser de ultratumba de Sarah como las circunstancias que llevaron a su muerte.
También vamos a ver la típica moraleja al estilo de los cuentos de hadas, con la tradicional reflexión sobre no cumplir la palabra dada. Y para los más sibaritas, incluso vamos a encontrar similitudes en la relación entre Lewis y Sarah y la que tienen Richard Madoc y Calíope en el mítico Sandman del gran Neil Gaiman.
La historia se desarrolla de manera satisfactoria, primero con el nacimiento de una relación de amistad entre los dos protagonistas que poco a poco se trasforma en un amor que en el fondo todos sabemos que va a acabar de manera trágica. Después, Lewis se dará a la vida disoluta en un Londres decadente con unos compañeros aún más decadentes para acabar casi volviéndose loco por las exigencias de Sarah. Pero hacia el final de la historia la trama derrapa un poco al intentar explicar las circunstancias de la muerte de Sarah, dejando un regusto amargo a una historia que hasta ese momento era realmente buena.
El arte de Lionel Richand por su parte también me deja sensaciones encontradas. El dibujante es capaz de hacer viñetas y composiciones realmente bellas que además tienen el gran mérito de presentar los elementos sobrenaturales de una manera muy atractiva. Además, el diseño es muy bueno, dotando a los protagonistas de una personalidad propia que casa muy bien con sus personalidades. Con un todo caricaturesco a veces, pero siempre en su justa medida. Pero otras veces su dibujo parece un poco atropellado y feísta, como si le faltara tiempo y recursos para acabar de pulir un arte que apunta muy buenas maneras.
La edición de la obra por parte de Nuevo Nueve es tan buena como siempre. Tapa dura con tintas doradas en la portada, papel poroso de alto gramaje, cinta marcapáginas… Y la gran ventaja de incluir los dos volúmenes de la obra en un solo tomo de 168 páginas de manera que se puede disfrutar de un tirón. El precio de venta al público es de 25 euros.
En resumen, El Espíritu de Lewis es una buena historia de fantasmas con una trama entretenida que juega al misterio a la vez que hace crítica social. A ellos ayuda y mucho unos personajes muy bien construidos y una gran ambientación que se ve favorecida por un dibujo que ralla a buen nivel, aunque le falta un poco para ser sobresaliente. Es una lástima que el giro de guion del final le reste un poco de fuerza al relato, pero aun así, estamos ante una lectura que hará las delicias de los amantes de los cuentos de terror.