Queridos y queridas, os doy la bienvenida una vez más a este nuestro blog. En esta ocasión, os traigo la reseña del manga Isla de Perros, basado en la película homónima de Wes Anderson que podemos adquirir en España gracias a ECC Ediciones. El guion está a cargo del propio Wes Anderson y el dibujo es del célebre mangaka Minetarô Mochizuki, autor de obras tan populares como Dragon Head.
Antes de empezar con la reseña como tal, no voy a hacer ningún paralelismo con la película y valoraré la obra de manera totalmente independiente sin tener en cuenta la fuente de la que bebe.
La historia gira en torno a Atari, un niño que va a buscar a su perro, Spots, a una isla donde el gobierno ha enviado a todos los perros debido a una enfermedad que tienen, desterrándoles para evitar el contagio a las personas. Atari empezará un viaje acompañado de otro perro, Chief, para intentar encontrar a su mejor amigo de cuatro patas.
Que un manga cuente con solo un tomo autoconclusivo no quiere decir en lo absoluto que la historia sea simple y acelerada pues puedo dar más ejemplos de los que se podrían contar con las dos manos de tomos únicos que presentan una historia muy bien construida.
Bueno, no es el caso de Isla de Perros, ya que la trama se desarrolla de manera demasiado precipitada y sin causarte emoción alguna ni por lo que vaya a suceder ni por ninguno de los personajes, dejándote igualmente bastante frío el reencuentro que supuestamente es el punto culmen de la historia pero que solo sirve para abrir otra trama completamente innecesaria que se resuelve en un par de páginas sin ningún tipo de explicación.
Es un manga al que le faltan muchas páginas para poder contar de manera satisfactoria una historia con mucho potencial y personajes que podrían haber sido entrañables (hay perros, a mí ya con eso me tenían muy ganada desde un principio) pero, cuando lo terminas, acabas recordándolo como una lectura ligera sin mucho que aportarte, que te deja bastante indiferente.
Lo que no te deja para nada indiferente es el dibujo, que te transmite todo lo que no logra hacerlo el guion con esos trazos marcados oscuros y esos paisajes tan solitarios que dejan bien claro que la desolación, la tristeza y la desesperanza son los sentimientos predominantes en todos los personajes de esta historia. El dibujo de Mochizuki logra acercarte más al interior del dúo protagonista que el guion de Anderson, siendo un ejemplo bien claro del dicho una imagen vale más que mil palabras.
La escena donde Atari baña a Chief es la escena más clara de esto, pasando el perro de estar totalmente sucio a lucir radiante justamente cuando está empezando a confiar en el niño, él que tanto ha sufrido por parte de los humanos que le abandonaron.
Si te gustan los animales, a pesar de todo lo que he dicho sobre la trama, te darán ganas de darle un abrazo a tu mascota cuando termines de leerlo. La historia encierra una clara crítica contra el abandono de animales, denunciando que si bien no se lleva a los perros a una isla apartada literalmente, sí se les aleja de la civilización al dejarles a su suerte por las calles cuando sus familias se cansan de ellos o no saben cómo tratarles.
Este es uno de los puntos buenos de la historia, la crítica al abandono e indiferencia hacia los animales, reivindicando su derecho de ser tratados y respetados como el resto de seres humanos, algo que el protagonista terminará entendiendo, aprendiendo que si quieres a alguien, a veces es mejor dejarlo marchar y que todos pueden tener una segunda oportunidad.
Por otra parte, la trama que ocupa dos páginas deja todavía más claro la simpleza y el ritmo tan apresurado de la historia ya que no te dan una explicación de cómo ha sucedido todo, pudiendo perfectamente haber terminado con la trama de la isla sin necesidad de meter otra para intentar dar un desenlace espectacular que ha terminado siendo un “pues vale”.
En conclusión, una historia con muchas posibilidades que no ha brillado finalmente por querer hacerlo todo deprisa y corriendo, necesitando más páginas o un segundo tomo.
Pero esa es mi opinión, por lo que te invito a leer la obra para que tú mismo te forjes tu propia idea.
¡Nos leemos!