Saludos queridos lectores. Sed bienvenidos a mi nueva sección en el blog (retro-análisis), dónde subiré, periódicamente, los análisis de grandes películas y sagas de los 70,80 y 90 en su mayoría.
Qué mejor forma de comenzar esta sección que con el análisis de Alien, el octavo pasajero, una de las mejores piezas del cine de terror.
Escrita por Dan O’Bannon y Ronald Shusett e impecablemente dirigida por Ridley Scott, se estrenaría 1979, ganando el Oscar a los mejores efectos especiales debido, entre otras cosas, a la intervención del perturbado escultor suizo H.R. Giger, encargado del diseño de la criatura y de varios escenarios donde se desarrolla la película.
Siendo concebida como una película de serie B, el guión se fue retocando y pasando de director en director hasta llegar a manos de Ridley Scott, que la convirtió en una superproducción, convenciendo a los productores de aumentar constantemente el presupuesto.
Con un casting magnífico compuesto por Tom Skerritt (Arthur Dallas), Veronica Cartwright (Joan Lambert), Harry Dean Stanton (Samuel Brett), John Hurt (Gilbert Kane), Ian Holm (Ash), Yaphet Kotto (Dennis Parker) y por último, pero más importante (jeje), una actriz recién salida de los escenarios de teatro y debutante delante de una cámara Sigourney Weaver, encarnando a la Suboficial Ellen Ripley, personaje que la hizo saltar a la fama y que pasará a la historia del cine.
Nos situamos en el espacio exterior con el eslogan de “en el espacio nadie puede oír tus gritos”. Una gigantesca nave de cargamento, la U.S.C.S.S Nostromo, vuelve a casa después de una recogida de mineral. Largos pasillos y salas que casi de forma instantánea podemos recrear en nuestra mente. Todo parece tranquilo pero, de pronto, la nave despierta poco a poco. Se encienden los sistemas, las luces y el ordenador central de la nave, Madre. En una de las salas, los personajes se despiertan del hipersueño creyendo que ya están llegando a la Tierra.
Estos se ponen en pie y Dallas, comandante, les informa de que Madre ha detectado una señal de socorro en el planetoide LV-426 y ha puesto la nave en ruta para investigar.
Pronto conocemos la cadena de mando de los tripulantes y sus intereses (científicos, económicos, o de seguridad).
Con una aterradora banda sonora a cargo de Jerry Goldsmith (Desafío Total, Gremlins, Acorralado) la nave se adentra en este inhóspito planeta, chocando en el aterrizaje.
Dallas, Kane y Lambert se apean de la Nostromo para investigar la señal que captaron, que procede de una gigantesca nave varada. En el interior encuentran el enorme cadáver del piloto, que en Prometheus investigaremos más afondo, un ingeniero (spacejockey) con el pecho reventado. Mientras tanto, Ripley descubre que la señal que recibieron no era de socorro sino de advertencia para que nadie se acercara allí. En otra sala de la nave extraterrestre descubren unos huevos y uno eclosiona. Un facehugger (abrazacabezas) infecta a Kane y lo llevan de vuelta a la nave.
El ambiente es perfecto, estamos totalmente inmersos en la historia y nos sentimos un tripulante más. ¿Será buena idea meter esa cosa dentro? ¿Sería mejor dejarlo en tierra?
Ash se salta el protocolo de cuarentena y llevan a Kane a la sala de operaciones para liberarle del facehugger. En este momento descubrimos uno de los elementos clave de la película, de la saga y de todo lo que supone el universo Alien, la sangre de este parásito (y la del embrión que implanta) es un ácido altamente corrosivo, capaz de disolver metales, plásticos y, por supuesto, la piel, convirtiéndolo en un mecanismo de defensa excepcional.
El facehugger se acaba liberando solo y la tripulación vuelve a la normalidad. Se disponen a comer algo antes de volver a someterse al hipersueño de vuelta a casa. Aquí llega la atemporal escena, que todos recordamos con horror y que tantas veces ha sido emulada después, en la que Kane se retuerce de dolor hasta que un chestburster (revientapechos) se abre paso al exterior de su cuerpo rompiéndole las costillas y asesinándolo.
Un famoso dato sobre esta escena es, que únicamente Sigourney sabia (aproximadamente) cómo esta escena se iba a desarrollar, de ahí que las reacciones de los actores fueran de lo más realistas, sobre todo la de Veronica Cartwright.
El alien escapa, sin que Ash deje que lo asesinen y aquí empieza la parte tétrica y de verdadero terror de la película.
Parece madurar a una velocidad pasmosa, convertiendose en el gigantesco y letal monstruo negro.
La tripulación decide ir a destruirlo con las pocas armas que tienen y el famoso radar de pulso. Rápidamente la presa se convierte en el cazador y la tripulación empieza a desaparecer. Brett y Dallas son los primeros en caer.
Ripley accede a Madre y descubre que la compañía Weyland Yutani, al mando de la misión, puso rumbo a aquel planeta a propósito y el único objetivo a lograr era capturar al alien (xenomorfo) y que llegara vivo a la tierra, la tripulación era prescindible.
Ash resulta ser un androide, muy analizado en clases de psicología, a cargo de que el xenomorfo sobreviviera. Sus últimas palabras construyen un monólogo de admiración a la criatura capaz de ponernos los pelos de punta: “Aún no habéis comprendido a qué os enfrentáis. Un perfecto organismo. Su perfección estructural sólo está igualada por su hostilidad. Admiro su pureza, es un superviviente al que no afecta la consciencia, los remordimientos ni las fantasías de moralidad… No tenéis ninguna posibilidad pero… contáis con mi simpatía”. Simplemente, asombroso.
El resto de los tripulantes deciden activar el sistema de autodestrucción de la nave y huir en una de las cápsulas de escape. Lambert y Parker son víctimas del xenomorfo.
Ripley es la única superviviente y, en unas escenas que siguen siendo aterradoras a día de hoy, consigue evitar a la bestia escondiéndose entre cortinas de humo y salvando esquinas.
El gran final, que también tiene mucho análisis relacionado con el Síndrome de Estocolmo y el enamoramiento bella-bestia, consiste en que una atractiva Ripley en braguitas escapa de la Nostromo en una cápsula para darse cuenta de que el alien está allí con ella. La persecución no cesa. Ripley se enfunda un traje espacial y con un arpón expulsa al xenomorfo de la nave. La caza ha terminado. Ripley se tumba en su cama de hipersueño con su gato a expensas de regresar a casa.
Así termina esta obra maestra del cine de ciencia ficción y terror, que es tan venerada por todos, que no parece que se vaya a dejar de tirar del hilo nunca: secuelas, precuelas, comics, libros, videojuegos…
Me gustaría agradecer, de nuevo, a Mario Losada la oportunidad de escribir en el blog y de abrir esta nueva sección, así como, dedicarle esta crítica a mi primo Alex, con el que tanto me gusta “frikear” del tema.
Espero que os haya gustado y que tengais las mismas ganas que yo de repasar la saga, cosa que haremos semanalmente.
¡Disfrutad de las cosas que os hacen felices!
Un 10. No es factible otra nota.
Estoy más que de acuerdo Hyuga, y no se lo he dado de milagro, pero igual que me pusiste a caldo la semana paada por Batman vs Superman, si a esta le doy un 10 (que ya te confieso que lo tiene) vendrán otros haters a decir que no existe la perfección, etc, etc. jajaj
Gracias por leerme y haber cambiado de opinión!
Un saludo y que tengas una feliz tarde
Hey!, hey!! se dice!
Hombre a caldo…. A caldo???. Digamos que discrepamos en nuestra opinión sobre auquella película. No vamos a coincidir en todo no.
Y cuanto a lo que nos ocupa. Es un 10. Una obra maestra del cine. Como siempre en mi opinión. Y si, verás como viene alguno y dice que no. Pero así es la vida.
Saludos Mcfly.
Saludos!
Estoy de acuerdo y estoy de acuerdo jajaja
Pero como tengo mucho que analizar (Jurassic park, Star wars, Regreso al futuro) todas parte de mis pelis favoritas, en alguna otra caerá el 10 y no quiero abusar desde el principio 🙂
Un abrazo
Estaré espectante.
Impresionante. La mejor película de Ridley Scott, lo que ya es decir mucho. El espacio, escenario de aventuras intergalácticas y naves blancas e impolutas, es un lugar desolador en el que no hay escapatoria. La idea de mostrar a Alien poco a poco es de lo mejor de una rotunda obra maestra.
Totalmente de acuerdo Fernando
Esto no es un análisis fílmico, es el desarollo del argumento sin aportar nada mas que una pequeña impresión. Creo que sería mejor aportar un análisis de verdad. A saber: una explicación detalla de su idea principal a traves del análisis de su narrativa y elementos técnicos. Eso es un análisis. Esto, no.