En un error imperdonable, en esta web todavía no habíamos hablado de la actual etapa de Hulk en Marvel. La nueva colección del Coloso Esmeralda está a cargo de Al Ewing y Joe Bennett y Panini la está publicando en España en formato grapa (a razón de dos números USA en cada cómic español, salvo los dos primeros).
Decimos que es imperdonable porqué es una de los mejores cómic que podemos leer en la actualidad, no solo de Marvel, sino en general. Así de simple. Esto puede parecer una exageración, pero el gran trabajo de Al Ewing en los guiones, perfectamente acompañado por los dibujos de Joe Bennett, hace que cada número se lea con mucho interés y siempre con ganas de saber que pasará el próximo mes.
¿Y qué nos ofrece Ewing? Pues nada más y nada menos que una vuelta a los orígenes más esenciales del personaje. En sus primeras aventuras, Hulk era un monstruo en el que Bruce Banner se trasformaba de noche. Un monstruo astuto y artero, con gran fuerza pero también con una inteligencia sibilina. El guionista vuelve a establecer esta idea como punto de partida uniéndola a la última característica del personaje. Es inmortal y cuando Banner muere, resucita por la noche transformado en su contrapartida.
Desde esta premisa básica se nos presentan unas aventuras en las que el terror cobra mucha importancia. No se olvida que estamos en una serie de superhéroes, pero el acercamiento de Ewing al personaje se hace desde un nuevo prisma macabro y oscuro que sienta muy, pero que muy bien, a este Inmortal Hulk.
El principio de la colección recuerda al serial televisivo de finales de los 70 y principios de los 80. Banner recorre pueblos de EE UU transformándose en su álter ego al caer la noche para administrar justicia, siendo juez, jurado y verdugo. Es una nueva personalidad de Hulk, inteligente, sádica y retorcida que en muchas ocasiones parece un villano. Su idea de justicia dista mucho de los que podríamos esperar de un héroe, recreándose incluso en la tortura y el dolor como justo castigo.
Pero el escritor tiene claro que Hulk es importante dentro del Universo Marvel, por lo que también se pasarán por la colección personajes como los Vengadores. Aunque mejor nos vamos olvidando de la buena relación del Hulk cinematográfico con sus compañeros. El monstruo de Ewing tiene su propia agenda y no duda en hacer daño a los héroes más poderosos de la tierra.
El guionista recurre al truco de presentar un nuevo personaje que nos muestre todo esto a través de una mirada que bien podría ser la de los lectores. Una joven periodista obsesionada con el monstruo será la que vaya investigando las consecuencias de las acciones del Coloso Esmeralda hasta que no le quede más remedio que confrontarlo.
Aunque al principio parece que las historias son autoconclusivas en cada número, pronto vemos un hilo conductor que ahonda más en la idea de historia de terror que Ewing quiere mostrar. Este Hulk es duro e implacable. Está decido a seguir con su camino y hacer lo quiera le pese a quién le pese. Pero hay un elemento que hará que surjan las dudas y sembrará la semilla de la desconfianza en la mente del monstruo.
Un demonio quiere liberarse de su prisión en una dimensión infernal y parece que su vehículo para tal fin es nuestro querido Goliat Verde, al que de alguna manera parece haber poseído. Pero no sólo a él. Este demonio parece tener alguna conexión extraña con la radiación Gamma por lo que veremos desfilar por la serie a otros personajes como Sasquatch.
Tampoco hay que olvidar la típica organización secreta gubernamental que persigue a Hulk para sus propios intereses. Ewing no se olvida de este clásico dentro de la mitología del personaje pero desde un nuevo y terrorífico punto de vista, como no podía ser de otra manera en esta nueva colección.
Todo este ambiente nocturno y de historia de terror no sería posible sin los lápices de un entonado Joe Bennett. El dibujante ofrece unas composiciones oscuras y realmente escalofriantes. Mención aparte merecen las trasformaciones de Banner en Hulk. Nunca se habían mostrado de manera tan horrible, se percibe incluso el dolor que produce. Y si Hulk es un monstruo, los enemigos a los que se enfrenta y la manera de plasmarlos de Bennet no podría ser más terrorífica.
Hemos hablado del comportamiento sádico del personaje, pero es que el dibujante nos enseña con toda la crudeza posible estas acciones. Asustan y muestran sin lugar a dudas el carácter monstruoso de este nuevo Hulk.
En definitiva estamos ante una colección que tiene sus cimientos en los orígenes de Hulk para llevarlo más allá desde un nuevo punto de vista cercano al terror. Un acercamiento que se revela como totalmente acertado y que cuenta con un dibujo a la altura que acompaña y subraya el nuevo ambiente oscuro y macabro del personaje.
Saludos compañero. Otro gran post con el que estoy de acuerdo 100%. Si Inmortal Hulk no es la mejor colección de la Marvel actual, está muy cerca. Al Ewing y Joe Bennett están cogiendo todos los elementos característicos de Hulk y dándoles un terrorífico giro de tuerca que sólo puede ser descrito de magistral. Magistral porque no se queda en un aburrido y previsible revival y tampoco recupera aspectos del personaje para reciclarlos con la intención de hacerlos irreconocibles o reírse de ellos porque el equipo creativo mola y quiera contar su historia para unos “supuestos” nuevos lectores. El evitar esos extremos en un personaje con tanta vida editorial no es fácil de conseguir y, por tanto, es digno de elogio.
Un abrazo.
Muchas gracias por tu comentario Adrián. Me alegra mucho que coincidamos, no cabe duda de que Inmortal Hulk está en el top-5 de colecciones de la Marvel actual