Pronto tendremos película de Morbius protagonizada por Jared Leto. Qué raro suena, ¿verdad? Quién nos iba a decir, cuando se estrenó Los vengadores hace ya casi diez años, que la fiebre de los superhéroes acabaría resultando en toda una franquicia, por modesta que sea, dedicada a los personajes secundarios y villanos de Spiderman. Que Estela Plateada o Etrigan no hayan tenido todavía su propio filme y que este personaje casi desconocido lo vaya a obtener debería invitarnos a reflexionar sobre los confusos problemas de derechos y acuerdos comerciales que siguen influyendo en el cine de superhéroes.
Mientras esperemos a una cinta que no tiene muy buena pinta y que ha sido retrasada varias veces, Panini ha publicado un tomo que recoge las primeras apariciones del personaje, donde se enfrenta al protagonista más popular de la Casa de las Ideas. Hagamos un repaso a la trayectoria de este extraño antihéroe que surgió en una etapa de transición para el cómic mainstream norteamericano: los años setenta.
¿Quién es Morbius?
Morbius surgió de una carencia de los tebeos de la época: si el código de autocensura de la historieta no hubiera impedido la aparición de criaturas sobrenaturales como los vampiros, probablemente no hubiera surgido este monstruo. Roy Thomas, el guionista de The Amazing Spider-Man en ese momento, quería utilizar al mismísimo Drácula como villano del personaje, pero Stan Lee le recomendó que utilizara a un antagonista original. Junto a Gil Kane, el mítico escriba de Marvel dio vida a un personaje no demasiado conocido fuera de los aficionados al Noveno Arte pero que nunca ha desaparecido del todo durante las décadas posteriores a su concepción.
En el primer cómic donde aparecía este ser, se explica que no se trata de un verdadero nosferatu: de ahí vendrá su apodo, el Vampiro Viviente. Por el contrario, se nos cuenta que Michael Morbius era un reputado biólogo que sufría una rara enfermedad potencialmente mortal. Un tratamiento experimental acabó convirtiéndolo en una bestia sedienta de sangre y desesperada por encontrar una cura. Cuando Peter Parker, víctima en esos momentos de una mutación que le llevó a tener cuatro brazos de más, buscó el consejo de este científico y tuvo que acabar enfrentándose a él bajo la máscara del lanzarredes.
No podemos abandonar este apartado sin hacer referencia a lo similar que resulta su origen al de otro de los grandes villanos de Spiderman: el Lagarto, un científico cuya fórmula experimental también convirtió en una criatura horrenda. Los dos engendros han cruzado sus caminos no solo en la primera aparición del chupasangre, sino también en etapas como la de Dan Slott. Morbius también se ha encontrado con otros monstruos de la Marvel setentera como el Motorista Fantasma y el Hombre-Cosa, y ha evolucionado desde un antagonista más o menos trágico hasta un aliado incómodo del trepamuros.
El origen del monstruo
En este tomo se incluyen los cómics de los que hemos hablado en el apartado anterior, pero también algunas apariciones posteriores del Vampiro Viviente. Estas corresponden a la etapa de Todd McFarlane en la colección conocida simplemente como Spider-Man y a la de Paul Jenkins en The Spectacular Spider-Man. En estas dos historietas, nos encontramos con un Morbius mucho más aterrador que aquel al que estamos acostumbrados, formando parte de una turbia comuna en la primera de ellas y depredando a un joven minusválido en la segunda. En este sentido, quizás no sea la selección adecuada para aprovechar el tirón de esta postergada película, ya que vemos poco del lado más superheroico de este vampiro y no asistimos a ninguna de sus aventuras en solitario.
Sin embargo, hay que decir que todas las historias que nos encontramos son de una calidad más que aceptable, incluso aquellas escritas por McFarlane. Los editores han tenido que escoger arcos breves y que no exijan un gran volumen de lecturas previas, y han dado con una selección que puede servir como introducción a los lectores que no conozcan al personaje.
Conclusión
Spiderman Vs. Morbius, si bien no le cambiará la vida a nadie, cuenta con una de las historias más recordadas del trepamuros clásico y con otros dos arcos que suponen un buen exponente de cómic de terror. Esperemos que sirva como calentamiento para una película que seguramente acabe olvidada en unos años pero que quizás tenga algo de valor. Después de todo, hace más de veinte años, otro vampiro que no era exactamente un vampiro nos dio una sorpresa… pero esa era otra época, una época en la que nadie podía imaginarse hasta dónde llegaría el cómic de superhéroes.