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7 películas que podrían ser un capítulo de Black Mirror

Black Mirror se ha convertido, por méritos propios, en una de las series más importantes de los últimos años. No será la serie más vista ni la que ha ganado más premios, pero su impacto en la ficción televisiva ha sido evidente. Además, de todos los imitadores que le han salido, ya sea en la televisión, el cine o los videojuegos, es sin ninguna duda una de las series con un discurso más complejo y abierto a debate.

Por ello, aprovechando el reciente estreno de su 4ª temporada, y dado su particular estructura de episodios auto-conclusivos sin ninguna relación entre si (lo que algunos llamarían “mini-películas”) preparo esta lista de películas que, a título personal, podrían pertenecer a la susodicha serie. Para ello simplemente he tenido una norma: películas que reflexionen sobre el avance de la tecnología, ya sean de ciencia ficción o no. He dejado fuera cintas tan estimables como Gattaca o La naranja mecánica, pues su reflexión es más social que tecnológica. Sin más, vamos con la lista.

Network (Un mundo implacable)

Empiezo con una película que no puede estar más alejada de la ciencia ficción y que, para colmo, se estrenó mucho antes de que internet llegase a los hogares. Network nos muestra como el choque generacional es fatal cuando llega una nueva forma de comunicación (en este caso, la televisión), y es mucho peor cuando la anterior generación no consigue, ni quiere, comprender a los jóvenes.

Además de ello, nos muestran como el capitalismo más salvaje no tiene piedad ninguna con el individuo; es más, se mofa, lo ridiculiza, lo ningunea y lo aplasta como a un mosquito. Algo muy común en la ciencia ficción, pero en esta cinta resulta especialmente aterrador pues no deja de estar ambientada en el mundo real.

A pesar de contar en su día con 10 nominaciones a los premios Oscar y ganar 4 de ellos, además de estar dirigida por el grandísimo Sidney Lumet, hoy en día Network es una obra bastante desconocida por el público general, tal vez porque la visión que nos daba sobre el futuro era tan brutal y amenazadora que simplemente se optó por olvidarla de forma colectiva.

La memoria de los muertos (The Final Cut)

the final cut

La trama de esta película protagonizada por Robin Williams se parece a Black Mirror en su argumento, pero si la he añadido en esta lista es por algo más concreto: describe a la perfección como la sociedad se comporta ante la muerte de un famoso, en especial en las redes sociales.

La trama de La memoria de los muertos trata sobre cómo en ese mundo toda la población guarda sus recuerdos en un disco duro, y al morir, un montador hace una recopilación de los mejores momentos. Por supuesto, es algo altamente polémico, pues si el montador así lo cree correcto, puede eliminar las partes turbias para mostrar solo lo que le interesa, ya sea al propio montador o al poder establecido.

La película nos muestra con todo lujo de detalles como la sociedad se comporta ante este suceso, habiendo rebeldes, conformistas, activistas o simplemente pasotas. Por desgracia, llegado el tercer acto, el film se centra más en un enfoque más propio del thriller que el trasfondo psicológico con el que empieza, pero no deja de ser una película muy interesante que desgraciadamente ha sido muy olvidada. Además, solo por el placer de ver a Robin Williams actuando ya vale la pena.

El show de Truman

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No sorprendo a nadie diciendo que El show de Truman es sin ninguna duda una de las mayores inspiraciones de la serie de Charlie Brooker, pues todos los elementos que la caracterizan aparecen aquí. Tecnología que cambia de una manera muy brusca la sociedad, un gran trauma que acompaña al protagonista, mucha filosofía implícita en el propio relato…

Pero a diferencia de Black Mirror, donde prácticamente todos los capítulos son oscuros y deprimentes, El show de Truman tiene un halo de optimismo que no se podría haber conseguido en otra década más allá de los 90. Y eso que analizado fríamente, el contexto y los hechos de la cinta son horribles, pero gracias a ese buen rollo imperante de la mentada década nos dieron la que es posiblemente una de las películas más adelantadas de su tiempo, sin descuidar para nada su calidad cinematográfica, con una dirección por parte de Peter Weir magnífica, ídem con las actuaciones de Jim Carrey y Ed Harris.

Círculo

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Círculo nos cuenta como 50 desconocidos aparecen alrededor de una extraña máquina, la cual mata al azar a uno de los allí presentes cada 2 minutos. Si intentan escapar, también les mata. Deberán hablar entre ellos para comprender lo que está pasando.

Círculo no se parece a Black Mirror en la forma, pues es una película con un único escenario donde cada personaje funciona como metáfora de los distintos grupos presentes en occidente, pero si que se parece en el fondo: reflexiones sobre como un avance en la tecnología nos cambia tanto como sociedad y como individuos.

Debo ser sincero: Círculo no es un peliculón. Exagera con las metáforas, posicionándose sin ningún pudor hacia ciertos tipos de gobierno y comportamiento social, y algún que otro diálogo es predecible y forzado. Pero es lo suficientemente original y está bien rodada, lo suficiente como perdonar sus fallos. La recomiendo muchísimo, pues es de esas películas que te dejan reflexionando durante varios días sobre lo que has visto. Igual que un capítulo de Black Mirror, vaya.

¡Olvídate de mí! (Eternal Sunshine of the Spotless Mind)

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No os dejéis engañar por su título ni por su sinopsis, donde os cuentan que un hombre depresivo hace lo que puede por olvidar a su ex-novia. ¡Olvídate de mí! es una película magnífica que trata con una sensibilidad exquisita un tema tan peliagudo como lo es el enamoramiento y el posterior “desamoramiento”. Jim Carrey y Kate Winslet están excelentes haciendo los que son con toda seguridad los mejores papeles de su carrera, y el juego narrativo es tan anímicamente agotador como excelente.

¿Dónde está la conexión con Black Mirror? En la tecnología que nos presentan. Muy sutil, casi inexistente, pero está ahí. Todos los personajes tienen problemas derivados con esa tecnología, y aunque alguno de ellos le echa la culpa a dicho artefacto, la realidad es que la culpa es de ellos mismos, ya que han dejado que el progreso social decida por ellos. Precisamente esta película destaca justo en lo que no destaca Black Mirror: logra ser lo suficientemente sutil como para que te quedes primero con los personajes, y luego, con la tecnología.

Demolition Man

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Tal vez en 1993, el año en que se estrenó Demolition Man, sus responsables no hicieron la película con esa intención, pero a día de hoy resulta muy curioso ver esta obra, pues nos muestra una sociedad donde lo políticamente correcto se ha llevado hasta el extremo más absurdo, con particularidades tan concretas como que la sal esté prohibida. Con el estilo directo y nada sutil de esa época, nos dejan bien claro que es ni más ni menos que un ejercicio de burla hacia el puritanismo extremo donde nos podrían llevar los medios de comunicación, o más bien, a donde nos ha llevado, pues a día de hoy hay gente en la cárcel por hacer chistes “de mal gusto”.

Pero ojo, no nos volvamos locos, no deja de ser una película noventera de Stallone, con sus juegos de palabras, sus hostias injustificadas y su sutileza inexistente. Pero pensemos una cosa: ¿qué les hace falta realmente en esa sociedad? Por muy feo (o políticamente incorrecto) que suene, lo que les hace falta es un par de hostias bien dadas. Aunque sean hostias metafóricas, a más de un tuitero actual le vendría bien alguien como John Spartan en su vida.

Her

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Esta película se acerca tanto al estilo de Black Mirror, que hasta hay un capítulo al que más de un internauta ha destacado su parecido (Ahora mismo vuelvo, el primero de la segunda temporada). Donde Black Mirror trató el peliagudo tema de las relaciones humanas con inteligencias artificiales, dándole un carácter pesimista y perturbador; Her hizo todo lo contrario, esforzándose en ver el lado positivo.

Spike Jonze, el director y guionista de Her, nos muestra de una manera completamente verosímil que una persona se enamore de una inteligencia artificial, el conflicto que ello crea en la sociedad y las consecuencias a nivel personal. Lo que hace excelente a esta película es la verdadera lectura que hay en el fondo: a pesar del auge de las redes sociales, cada vez nos hacemos más solitarios y nos desconectamos más de la realidad.

Además de todo su valor como obra de ciencia ficción, debo destacar su calidad narrativa: los escenarios perfectamente decorados y llenos de colores vivos chocan con su tamaño y lo vacíos de vida que están. Vemos un mundo con capacidad de llenarse de gente pasándoselo bien, pero la realidad es que hay mucha gente haciendo fotos que luego publican en un medio intangible. Luego, esa misma gente luego ridiculiza a quien se enamora de algo intangible. Lejos de caer en la prepotencia en la que cae con mucha facilidad Black Mirror, Her se esfuerza en mostrar un lado humanista y esperanzador en el futuro que nos espera, lo cual es algo muy de agradecer dentro de la ciencia ficción.

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