Análisis del segundo capítulo de 22.11.63. Así, sin preliminares ni nada, que hay poco tiempo y mucha pollo que trinchar, como decía mi abuela.
Ni falta hace añadir que todo el análisis es un GRAN SPOILER
Para los nuevos, os pongo al día. Tenemos a Jake Epping (James Franco), un intenso profesor de inglés que descubre que existe un armario para viajar al pasado. Tenemos. O teníamos por que la palmó en el capítulo anterior, a Al Templeton, propietario del armario y orgulloso cadáver. Y tenemos un objetivo: impedir el asesinato de Kennedy.
En el capítulo anterior dejamos a Jake a punto de hacer algo que ya debería haber hecho: impedir que el padre del adorable Harry mate a toda su familia. Y en este capítulo empezamos con un clásico de King, una escena de bulling. Si bien no lo he hablado con él en persona, estoy casi convencida de que alguien llamado Henry acosó a Stephen King en su mas tierna infancia. Pero volvamos con un pobrecito y humillado Harry, que no gana para disgustos sea la época que sea.
Tras el encuentro con el acosado y desnudo joven Harry, el intensísimo Jake busca un lugar donde quedarse en Holden, y donde, suponemos, esperará pacientemente para evitar el asesinato de la familia de Harry. En una escena maravillosa, vemos un pueblo deprimido, triste, cuya mayor manufactura, la fábrica, es también su mayor maldición. A Jake le recibe en su casa ni mas ni menos que ¡LA MADRE DE SUPERMAN! (Una envejecida Annete O’Toole), que espera que Epping no sea comunista.
Y allá que va Epping en busca de Frank (El padre de Harry) a una taberna cercana. Su plan, no muy brillante, consiste es pillarse un buen pedo, irse al matadero con Frank y sus amigos y ver como matan a una vaca en una de las escenas mas innecesarias de la serie ¿Para que le sirve todo esto? Para nada. Jake regala a Harry y a su familia un fin de semana fuera en Halloween.
Bien, aquí viene una escena con sus caseros que se hace larga e innecesaria. Aún así, un aplauso para la fotografía y la iluminación, que se va atenuando mientras el Sr. Estrella de Bronce cuenta su oscura historia. Y como con lo de la vaca, nuestro intenso amigo Epping no tuvo bastante, se va otra vez con el psicópata a una carnicería. Un tipo listo este Jake. Pues se ve, que Frank no le moló que Epping quisiera ayudar a su (ex)mujer y… bueno, ¿Que podemos esperar de un tipo cuya diversión es matar vacas? Un par de golpes para Jake, otro par para Doris (la mujer) y listo.
Con un arma, una ayuda de ultratumba, y una diarrea explosiva, Jake se pone en marcha. Se topa con un chaval que solo esta ahí para molestar. Dos minutos de pelea, Frank muere y Jake Epping entra en un estado de shok post-traumático del que le saca el chaval molesto, que ha visto un periódico del futuro.
FIN.
Bien, esta reseña es bastante más corta por la sencilla razón de que el capítulo se podría resumir en dos frases. Cinco minutos hubieran bastado para contar lo que han contado en cincuenta. ¿El resultado? Decepcionante. Largo y carente de ritmo, aunque correcto en la técnica, es bastante peor que el primer capítulo. Sin que falte ese golpe efectista final, tan típico de Abrams, solo espero que esta no sea la tónica general de los capítulos restantes,