Bienvenidos todos y todas al análisis del cuarto capítulo de la segunda temporada de 30 monedas, titulado El libro negro del árabe loco. La serie llega a su ecuador a buen ritmo dando algunas esperadas respuestas sobre el “bebé” de Elena y sobre el auténtico poder de Barbrow mientras algunos de nuestros protagonistas tienen una verdadera “noche toledana” y otros se hacen pasar por locos.
Aquí puedes ver los análisis de los episodios anteriores
La pobre Elena está hecha polvo. Ha perdido al bebé que esperaba y Paco no le da ninguna explicación. La mujer exige ver sus restos ante las reticencias del pobre Paco. Así que van a la corrala de Nati, la matrona, donde vemos un curioso comité de expertos discutiendo sobre la criatura.
Cuando Elena ve lo que había realmente dentro de ella entra en shock (normal), sobre todo cuando el bicho cobra de repente vida y se desata el caos más absoluto. Al final, el engendro es brutalmente aplastado por Paco, rebelándose que dentro de su cuerpo había una extraña llave.
Más tarde, Elena tiene un sueño donde se revela que fue Vergara quien introdujo la criatura en su cuerpo para poder sacar la llave del Infierno, aunque el sacerdote jura y perjura que fue Angelo.
Cuando empiezan a indagar sobre la llave descubren que su forma es exactamente igual al sello de la Escuela de Traductores de Toledo, así que Paco y Elena marchan a la capital manchega a visitar la sede de dicha institución (para los curiosos, dicha escuela existe realmente).
Allí descubren un escondite que oculta un cofre que logran abrir con la Llave del Infierno para recuperar El libro negro del árabe loco al que hace referencia el título del episodio y que según Vergara está maldito y no deben ver. Cuando logran escapar de la sede de la Escuela, los turistas y habitantes de Toledo se ponen a seguirlos en plan chungo para robarles el libro, dando lugar a una espectacular persecución por las callejuelas del casco antiguo de Toledo en la que no falta un duelo con espadas toledanas.
Al final, nuestros protagonistas logran escapar con el libro, dejando en el aire la pregunta de quién o qué ha podido controlar a la gente.
Por otro lado, Barbrow y Merche estrechan lazos después de que el primero salvara a la mujer la semana pasada. El villano ofrece a Merche una alianza, pero tratándola de igual a igual, no como una subordinada como hace la secta cainita.
La mujer no puede aceptar ya que los cainitas tienen a su niño como rehén, algo que Barbrow se ofrece a solucionar ya que, según cuenta, tiene más monedas de las que nadie cree. Y para acabar de convencerla, ven juntos un mensaje que la propia Merche del futuro ha dejado para su yo del pasado diciendo que la alianza con Barbrow es lo mejor que les puede pasar.
Merche se reúne con Legrange en París y en el mismo restaurante en que vimos a Elena cenar en la primera temporada. Allí, la mujer elimina al cainita sin piedad y recupera a su hijo, cumpliendo Barbrow con su promesa y quedando sellada su alianza.
Mientras, Haruka y Antonio deciden ir a investigar al castillo de Pedraza, donde el móvil de Haruka parece poder captar otra realidad (cadáveres, los animales degollados o la vieja Bruja), para luego empezar a borrarse mientras los dos personajes huyen del castillo ya que empiezan a ocurrir cosas raras y se mueren de miedo.
Salcedo y Laguna llevan a cabo su plan y la policía lleva al guardia civil al sanatorio donde están los habitantes de Pedraza para que pueda investigar. Allí somos testigos de cómo Laguna resiste el interrogatorio virtual al que es sometido, pero no puede hacer lo mismo Martín, el guardés. Así que el jefe del sanatorio logra su gran objetivo, encontrar la última moneda oculta en Pedraza y llevársela a su jefe, que como todos sabíamos, no es otro que un Barbrow que parece que ha logrado hacerse con todas las monedas.
Valoración del capítulo
Después de un tercer episodio un tanto alocado e irregular, la serie recobra el pulso cuando llega a su ecuador y se deja (más o menos) de tonterías para hacer avanzar la trama, resolver algunas preguntas y asentar a Barbrow como un enemigo temible.
El gran misterio de la temporada hasta ahora, el embarazo de Elena, queda muy bien resuelto. Ya comenté en el análisis del capítulo dos que el bebé podría ser el objeto que Vergara da a Elena en el primer episodio. Y no me equivocaba. La única manera de sacar la llave del Infierno era dentro del cuerpo de Elena, a su vez sacando del inframundo el alma de la mujer . Una solución muy imaginativa que da carpetazo a un asunto (el del embarazo sin padre) que corría el riego de enquistarse de mala manera.
Por otro lado, Vergara parece cada vez más arrepentido del papel que le está tocando jugar. No quiere hacer daño a Elena, a la que Angelo y Santoro parecen querer volver loca. El cura intenta convencer a Elena para que abandone, para que deje todo atrás, pero no hay manera: el destino de la mujer parece guardarle algo más elevado. Por otro lado, el personaje de Paco me resulta cada vez más cansino: es un pelele insufrible, un perrito faldero sin personalidad, algo que lleva arrastrando desde la primera temporada y que no termina de arreglarse.
La relación entre Merche y Barbrow estaba cantada. Son tal para cual y el crecimiento de la mujer me sigue pareciendo simplemente perfecto. Lo único que no me ha gustado mucho ha sido la muerte de Legrange, un tanto sosa para un personaje que destilaba carisma por todos lados. Habrá que ver cómo sigue evolucionando Barbrow que, aunque parece muy interesante, está empezando a caer en el cliché del villano listísimo que siempre va dos pasos por delante, lo que le restaría personalidad.
Toda la parte del episodio centrada en Laguna y Salceda me parece genial. Estos dos personajes no tuvieron mucho peso en la temporada anterior, pero ahora están teniendo la oportunidad de lucirse y no la desperdician. Habrá que ver qué puede hacer Laguna en un sanatorio en el que los habitantes de Pedraza están cada vez más desquiciados.
Por otro lado, el papel de Haruka y Antonio aparece mucho más desdibujado. Si, son interesantes y parece que pueden aportar mucho a la trama, pero los guionistas no saben dar con la tecla adecuada. Por ejemplo, todo lo que les ocurre en este capítulo parece forzado y no tiene ni explicación ni importancia real para el desarrollo de la trama. Habrá que ver si lo que ocurre con las visiones de Antonio y con el teléfono de Haruka (o puede que sea la mujer la que tenga poderes sin saberlo) acaba llegando a algún sitio. Esperemos que sí.
En el apartado de frikadas, Álex de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarría están mucho más contenidos y eso se agradece. Un poco de locura está bien, pero cuando se pasan de la raya, el resultado global de la serie lo nota para mal.
Esta semana tenemos el curioso comité de expertos de Nati sobre la criatura, que dan un toque de humor a un asunto tan serio como ese, y todo lo que ocurre en Toledo. Desde esa Escuela de Traductores de Toledo con guardias robots de lo más originales y lógicos teniendo en cuenta cuándo debieron haberse construidos, hasta los duelos con espadas, un must have en una ciudad como Toledo.
Hemos llegado a la mitad de la temporada con un capítulo perfecto en forma y fondo que deja todo preparado para lo que tiene que venir. Y eso, con un Barbrow en posesión de todas las monedas y el Necronomicón, no puede ser bueno. Habrá que ver cuál es el plan del trío infernal, ya que Vergara, Santoro y Angelo no han dicho su última palabra, sobre todo ahora que Elena y Paco tienen El libro negro del árabe loco.