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Análisis de Ciudad de Dios: La Lucha Sigue. Temporada 1. Episodio 4

Con su cuarto episodio, continuamos analizando Ciudad de Dios: La Lucha Sigue (para América Latina Ciudad de Dios: La Lucha no Para), serie de HBO que, disponible en Max y creada por Andrea Barata Ribeiro y Fernando Meirelles, se ambienta dos décadas después de los acontecimientos de cierre de la película Ciudad de Dios (2002).

Hola otra vez.  Aquí estamos nuevamente para analizar otro episodio de Ciudad de Dios: La Lucha Sigue que, siendo en este caso el cuarto, nos ha traído un par de personajes y situaciones de la película original (aquí retro-análisis) sin por ello abusar del guiño ni meterlas a la fuerza y con calzador.

Una entrega, por cierto, que profundiza más en el entramado político y sus vinculaciones con las bandas de la favela, así como también presagia que habrá nueva guerra tras la guerra.  Pasemos a ver pues qué nos ha dejado no sin antes advertir que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA ni dejar de recordar que pueden leer aquí nuestros análisis previos.

Entre Dos Guerras

El relato inicial de Buscapé en off nos pone al tanto de la desolación que la muerte de Curió ha sembrado en la favela: no es que fuera un santo, pero era “el mejor de los peores” (imposible no asociar con Bené) y la gente le apreciaba por haber traído a Ciudad de Dios una cierta tranquilidad.

Ello irrita a Bradock, quien está lleno de culpas por haberle dado muerte, pero su ambigüedad de sentimientos es tal que hasta se aparece en el funeral y genera un tenso momento con la familia de quien fuera su mentor, quienes son, por cierto, los únicos que han podido asistir porque los matones de Bradock han impedido el paso a vecinos y amigos.

Su mensaje a la comunidad es que quiere que las cosas “vuelvan a ser como antes”, es decir antes del inicio de la guerra, pero ello le implica la difícil tarea de tomar el lugar que Curió ocupaba y a tal fin se aboca a la beneficencia e incluso convoca a Brabantinho, Cinthia y Berenice, la cual no asiste y lo irrita sobremanera.

El motivo de la ausencia es que ella está en el hospital cuidando de PQD, de quien nos enteramos que no ha muerto sino que ha quedado en estado de coma y con una pierna menos. Al despertar, solo piensa en vengarse por mucho que ella busque convencerlo de que no lo intente, pues está claro que no quiere otra pérdida como la que en su momento sufriera con Cabelhera.

El otro que está sediento de venganza es Geninho, pero se está tomando su tiempo para rumiar la muerte de su padre y, de modo semejante a como hiciera Berenice con PQD, su hermana Amanda intenta convencerlo de que no actúe porque no quiere otra muerte en la familia. La escena que los muestra juntos en la playa es claro homenaje al cartel de la película de 2002.

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Fotos del Pasado

Buscapé había pensado que Ligia no duraría un solo día en la favela, pero la muchacha sigue firme allí con sus investigaciones y al parecer sin miedo a nada. Hurgando en las conexiones entre narcos y poder político, ambos descubren en fotografías del entorno de Reginaldo la repetida presencia de una mujer a la cual Buscapé reconoce de otra que tomó a Bradock al salir de prisión. Es Jerusa, desde ya, pero ellos no tienen idea…

El descubrimiento de que el secretario de seguridad de Río podría estar conectado a los narcos impacta a Ligia, pero no sorprende a Buscapé, quien le dice que no sería la primera vez y le muestra las fotos que veinte años atrás decidiera no entregar al diario y en las cuales se veía justamente a Reginaldo (para ese entonces policía y apodado Cabezón) recibir un soborno de Ze Pequenho instantes antes de dejarle en libertad. Ligia quiere darlas a conocer, pero Buscapé se mantiene firme en la postura de aquel entonces porque dice que de hacerlo estarían condenados.

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Entregas y Traiciones

Tras haber entregado a Curió, ZeroOnze se ha puesto al servicio de Bradock y está reclutándole gente que antes sirviera al líder caído. Jerusa, no obstante, le aconseja no confiar en alguien que ha entregado a su propio jefe y la verdad es que Bradock no confía, pero tampoco en ella, con quien le unen ahora sentimientos encontrados por verla como quien le llevó a matar al que considerara su padre. A la larga, acaba metiéndole un tiro a ZeroOnze y le remarca a Jerusa que ese será de aquí en más el proceder con los traidores, lo cual más que advertencia suena a amenaza.

De la sede vecinal a cargo de Cinthia, un niño ha robado un monitor y, a pesar de los ruegos de esta, los matones de Bradock van tras él porque “nadie roba en la favela”. Se nos cruza inevitablemente la imagen de aquellos dos niños que fueran aleccionados en la escena quizás más impactante de la película original. Y no es casual: uno de los que va tras él es justamente Piecito (Felipe Paulino), quien fuera el pequeño integrante de la banda de raterillos que, apodado en aquel entonces Gigante, recibiera a modo de lección un disparo en el pie. Afortunadamente, las cosas se resuelven esta vez de manera menos traumática y, recuperado el objeto robado, le dejan ir…

Bradock ha comprado instrumentos nuevos para la pequeña orquesta de cámara que con los chicos de la favela está formando Cinthia, pero ella siente que no los puede aceptar y él enloquece.

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Destruye los instrumentos antiguos y entrega a los niños los nuevos mientras Jerusa hace filmar todo y entrega después el material al hijo de Reginaldo, que lo utiliza en favor de la carrera política de su padre y la suya propia, ambos interesados en una guerra sin cuartel contra los narcos al costo que sea.

En el hospital, mientras tanto y tras saludarle con tono de despedida, Berenice entrega al convaleciente PQD a la policía como única forma de lograr que no acabe yendo por su venganza…

Balance del Episodio

Habiendo ya entrado en la segunda mitad de temporada, la serie no solo mantiene su nivel e intensidad, sino que además va claramente de menor a mayor, pues hemos visto el que es sin duda hasta aquí el mejor episodio de la temporada.

Es increíble lo bien que se juega con los guiños sin caer en el abuso, pues cada vez que nos da la impresión de que los guionistas están a punto de repetir algún arco transitado en la película, escapan por la tangente y dan una resolución diferente. Había ya pasado con la fiesta en casa de Curió y vuelve a ocurrir con los matones de Bradock yendo en busca del niño ratero, o con Geninho y Amanda sentados en la playa en situación y contexto completamente diferentes de aquella imagen de Buscapé y Angelica que se volvió tan icónica de la película.

Gran detalle, por cierto, que en la escena del robo infantil vuelva a estar involucrado Piecito/Gigante y sea incluso interpretado por el mismo actor, aunque ubicado esta vez el personaje en perspectiva opuesta. Mentiríamos si dijéramos que no nos habíamos preguntado por él y otro tanto con las fotos de Buscapé que involucraban a la policía y de las cuales desconocíamos si habría finalmente entregado o no…

Pero quien se ha puesto el episodio al hombro es sin duda Thiago Martins, cuyo trabajo interpretando a un Bradock cruzado por culpas y ambivalencias ha sido realmente descomunal. La muerte de su “padre” y mentor le deja entre dos mundos y ya no sabe siquiera en quién confiar, quiénes son de su bando o tan siquiera cuál es su bando.

También es interesante el modo en que van cobrando protagonismo Brabantinho, Cinthia o Berenice, algo que veníamos reclamando y que permite el lucimiento actoral de Edson Oliveira, Sabrina Rosa y Roberta Rodrigues en sus respectivos roles. Como Buscapé y Bradock, también ellos son personajes atrapados entre dos mundos: uno que quieren dejar atrás y otro que no termina de emerger o que cuando parece hacerlo da impresión de dar marcha atrás.

El poder político ha pasado a cobrar también importancia más decisiva, pues hasta aquí solo tenía presencia marginal o colateral a la historia y ahora, en cambio, adquiere un mayor peso al avizorarse una guerra más institucional que las que hasta aquí hemos visto y quizás también más sangrienta.

Y Jerusa, que va mostrando la hilacha, termina siendo también un personaje a caballo entre dos mundos que, además, nos deja la duda sobre si siempre jugó a dos puntas o fue decantando hacia ello al ver a Bradock inestable y al borde de la locura…

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Seguramente pronto lo iremos sabiendo y salta a la vista que se vienen dos episodios realmente potentes para cerrar la temporada. Aquí estaremos para analizarlos. Hasta pronto y sean felices…

Rodolfo Del Bene
Rodolfo Del Bene
Soy profesor de historia graduado en la Universidad Nacional de La Plata. Entusiasta del cine, los cómics, la literatura, las series, la ciencia ficción y demás cosas que ayuden a mantener mi cerebro lo suficientemente alienado y trastornado.
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