Bienvenidos al análisis del octavo episodio de esta nueva serie de Netflix. En este caso, los capítulos son semanales, algo poco convencional en la plataforma. Os invito a que disfrutemos juntos de este viaje alrededor de la gélida Tierra a través del Arca de Noé 2.0.
Este episodio, que lleva el nombre de “Estas son revoluciones”, tiene una gran intensidad y suceden muchas de las cosas que se venían insinuando a lo largo de la temporada con una gran cuota de acción. Si la revolución se estaba gestando, hoy comenzó a hacerse una realidad, y la verdad es que este capítulo no defraudó.
Se venían gestando dos revoluciones: una en primera clase comandada por Grey, y la otra, en la parte baja liderada por Layton. Pero había una coincidencia: las dos son producto de la desconfianza y tenían una persona en común, LJ Folger, pues fue ella quien encendió la mecha para que explotara una verdadera guerra en el Snowpiercer.
Layton jugó su carta más fuerte, su as. Con ayuda de su infiltrado en la cabina de la máquina, Miles, LJ Folger descubrió el gran secreto del Snowpiercer: el señor Wilford no existe y nunca existió, quien maneja todo a su antojo es Melanie. Esta impactante noticia tuvo el efecto que esperaba el detective y terminó por impulsar la revolución en primera clase. Todos los “señores” del tren estaban alterados ante semejante información y lo van a tomar por su propia cuenta. Hay un proverbio que dice: “en río revuelto, ganancia del pescador”, y con toda la primera clase centrada en tomar el poder, era hora de dar el gran golpe.
Grey, quien ya dudaba de la existencia de Wilford, arresta a Melanie, dejándola presa y lista para ser ejecutada al día siguiente como consecuencia de mentir deliberadamente durante tantos años. La misma ingeniera del tren, una vez apresada, confiesa que fue ella quien mató al supuesto jefe del Snowpiercer. El comandante tenía toda su gente desplegada y trabajando en primera clase para tratar de reorganizar todo.
Esta histeria que sufría la parte alta de la máquina le daba tiempo a Layton y a todos sus hombres de armarse y ultimar detalles. Cuando está todo listo, comienzan a pasar de vagones en vagones hasta llegar a la tercera clase y convencer a todos sus pasajeros que se unan a la causa. Con gente en los túneles, está listo para pelear por el poder del tren.
Esta pelea no se hace esperar. Grey sabiendo que Layton está de vuelta, va en su búsqueda. Primero por los túneles, cayendo en la trampa del detective y perdiendo muchos hombres y luego por los vagones hasta enfrentarse con ellos.
En la pelea se notan las características de los dos bandos: por un lado, Grey con un ejército de menor cantidad de hombres, pero mucho más preparados para las batallas, y por el otro, toda la parte baja que eran muchas más, pero carecían de estrategias sólidas para el combate.
Quien se llevó la primera batalla fue Grey y su ejército, pero aún no ganó la guerra. Layton perdió muchos hombres y quedó en estado de shock por todo lo vivido, pero no hay que subestimar la inteligencia del detective. Seguramente el próximo episodio nos mostrará la batalla final por el poder del Snowpiercer.
Conclusiones
Comenzó la revolución que tanto nos insinuó la serie durante toda la temporada. No defraudó, pero tampoco fue brillante este episodio. Lo que sí nos dejó fueron grandes interrogantes de cara al gran final.
Melanie estaba dispuesta a encontrar a Layton antes de que el secreto la encontrara a ella. Y sucedió lo que la ingeniera no quería, que se hiciera público que Wilford no existía. Esta información, como era de esperarse, sacudió el tren, pero aún no sabemos de qué magnitud estamos hablando. Creo que todavía es el comienzo.
Los bandos están muy claros: Layton con sus hombres de la parte baja que son más que los de Grey, pero este tiene la ventaja de tener gente capacitada.
Me quedó una duda: ¿qué paso con Miles? Nunca más lo volvimos a ver. ¿Solo eso veremos del niño en esta historia? Me quedó sabor a poco.
Saludos y sed felices.