Tras una larga espera, una de las series más queridas del mundo trekkie está de vuelta. Se largó hoy para España la tercera temporada de Star Trek: Strange New Worlds y analizamos el primer episodio de la misma, continuación del último de la anterior y cuyo título es precisamente Hegemonía Parte II. Creada por Akiva Goldsman, Alex Kurtzman y Jenny Lumet, la serie es emitida por Skyshowtime para España y por Paramount+ para América Latina.
Hola otra vez, trekkies y no tan trekkies. Mucho ha pasado desde nuestro último encuentro con esta serie; dos años casi completos desde que analizáramos el episodio final de la segunda temporada de Star Trek: Strange New Worlds que, para colmo, era uno doble que había quedado inconcluso.
En el medio tuvimos huegas de guionistas y actores, sumadas a los cierres de Star Trek: Picard y Star Trek: Discovery, como también el de Star Trek: Lower Decks y la segunda temporada de la igualmente animada Star Trek: Prodigy (¿qué pasará con ella?) más la fallida película Star Trek: Sección 31. De cada uno de esos productos de la franquicia pueden leer nuestros análisis en esta web pinchando en los correspondientes links.
Pero por fin nos reencontramos con esta serie que tanto amamos y que en los últimos tiempos se ha posicionado entre lo mejor de la franquicia y de las que más respeta el espíritu original nacido hace casi sesenta años con Gene Roddenberry. Recordemos, por cierto, que fue renovada para una cuarta temporada incluso antes de estrenar esta tercera y, de modo análogo, sabemos ahora que habrá una quinta.
La mala noticia, no obstante, es que se ha anunciado que la quinta será la última aunque, por otra parte, y en algún momento lo he dicho, no se puede prolongar una precuela indefinidamente y en algún momento la historia debe discurrir naturalmente hacia el canon principal. De hecho, el primero de estos dos capítulos que hoy analizamos viene a solucionar un par de problemas canónicos de frente a los sucesos de la serie original.
La tercera temporada de Star Trek: Strange New Worlds se está estrenando hoy para España a través de Skyshowtime después de haberlo hecho previamente el 17 de julio para Estados Unidos y Latinoamérica por Paramount+. Y el primero de los dos capítulos subidos de un tirón es justamente el cierre de Hegemonía Parte I, episodio final de la temporada anterior que, regresando a los emblemáticos encabalgamientos entre temporadas, se cerraba con un “continuará” y se retoma ahora con un “y ahora, la conclusión”, que no escuchábamos desde hacía largo rato en ninguna serie de la franquicia.
Debido a la autonomía de los dos episodios iniciales y a sus diferencias de tono, los analizamos por separado, pues así lo ameritan más que en un único artículo. Ya tendremos en estos días el análisis del segundo (El Blues de las Campanas Nupciales), pero comenzamos por Hegemonía Parte II , que viene a cerrar el que había quedado inconcluso, no sin antes advertir que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA ni dejar de recordar que pueden leer aquí nuestros análisis previos de la serie.
“Y ahora, la conclusión…”
La historia es retomada exactamente donde había quedado la primera. Con el capitán Pike (Anson Mount) teniendo que lidiar con los gorn, con el almirante April (Adrian Holmes) y con sus propios conflictos internos. Recordemos que los gorn habían atacado la colonia humana del planeta Parnassus Beta, estando la misma fuera de los límites de la Federación y quedando por ende esta última imposibilitada de cualquier acción al respecto. Ese es precisamente el duelo dialéctico entre Pike y April, quien defiende la postura de no generar un incidente que pudiera tener graves consecuencias diplomáticas.
Pero Pike es Pike y lo conocemos. No por nada es uno de los capitanes más dotados de empatía en toda la franquicia y nunca dejará a nadie varado, así que poco le importa que los afectados no sean en este caso ciudadanos de la Federación y, además, teme que los gorn estén a punto de iniciar una invasión contra el espacio de la misma. April también conoce a Pike, así que en un momento deja de poner palos en la rueda y de forma extraoficial le invita a “encontrar una forma adecuada de contraatacar”.
Los gorn han tomado como prisioneros a los colonos sobrevivientes, a los tripulantes de la Cayuga y a los miembros de la misión enviada por Pike: La’an (Christina Chong), M´Benga (Babs Olusanmokum), Ortegas (Melissa Navia) y Samuel Kirk (Dan Jeannotte). Ello implica tener que perseguir a su nave fuera de los límites de la Federación y teniendo inhibidos por los gorn tanto los sistemas de transporte como los de rastreo.
A la oficial Mitchell (Rong Fu) se le ocurre una solución: embestir la nave y, al momento de desactivarse temporalmente ambos escudos por el choque, arrojar un supuesto torpedo fallido para que se instale en la misma y funcione como baliza.
Pike da aval a la idea, pero allí no terminan los problemas, pues luego hay que llevar a cabo una persecución en pleno espacio de los gorn y por ende entre miles de sus naves. La solución a ello (ya sugerida en el capítulo anterior) sería mimetizarse con ellas al estilo de las antiguas películas de zombies. Scotty (Martin Quinn) viene de diseñar justamente un dispositivo capaz de lograrlo, pues así fue cómo escapó en una lanzadera al destino trágico de la Stardiver a manos de los gorn.
Pike confía en él (y nosotros, por conocer el futuro, también), por lo cual le encarga que lo replique en la Enterprise y Scotty se aboca al trabajo bajo la supervisión de Pelia (Carol Kane), lo cual reflota pasados conflictos entre maestra y discípulo, junto con las inseguridades de él y su complejo de único sobreviviente.
Mientras ello ocurre, Batel (Melanie Scrofano), de quien vale recordar que en el final de la temporada anterior había sido infectada por los gorn, se halla en enfermería, lo cual, desde luego, afecta de modo especial a Pike que, sin desatender la batalla y persecución que se están librando, quiere saber permanentemente sobre su estado. Chapel (Jess Bush) quiere intervenirla quirúrgicamente antes de que las crías gorn le salgan de adentro y Batel le dice que, llegado el caso de tener que elegir entre ella y la tripulación, no dude en matarla…
Spock (Ethan Peck) solicita autorización a Pike para asistir a Chapel y así lo hace, no dejando pasar la oportunidad de pedirle disculpas por el pasado, lo cual ella acepta aunque a la vez anuncia que se irá por tres meses y, cuando regrese, no quiere seguir pensando en ellos como pareja sino como personas. Uno de los problemas canónicos que más preocupaba a los fans queda así solucionado: Spock, según parece, seguirá solo de aquí en más y ajeno a cualquier relación romántica que se anteponga a su lógica vulcana.
Batel está cada vez peor y las crías amenazan con salir, a lo que se suma que el ordenador da como nula cualquier posibilidad de supervivencia a una intervención. A Chapel se le ocurre la posibilidad de ponerla momentáneamente en estasis, pero resulta que es alérgica al suero: todo mal. Lo otro que se les ocurre es reforzar su ADN humano con sangre valyria de Una (Rebecca Romijn); es contrario a las normas, pero sube las posibilidades de supervivencia a catorce por ciento: siguen siendo bajas, desde luego…
La solución la termina dando Spock, al percatarse de que lo que las crías gorn buscan es salir para alimentarse y ello podría evitarse si se las alimenta dentro del cuerpo de Batel para luego ser disueltas por el mismo a través de la reabsorción, lo cual sería facilitado por el plasma de ADN valyrio. Suena asqueroso, pero es lo que hay…
“Hasta el Último Colono…”
A todo esto, en el interior de la nave colmena de los gorn, La’an despierta en su capullo y consigue liberarse para hacer lo propio con el resto; la que peor la lleva es Ortegas, que ya tiene media mano digerida. Resulta que se hallan en una especie de sistema digestivo de la nave que utiliza materia orgánica (ellos) como alimento, lo cual permite que entre un montón de basura descartada por no poder ser procesada (mierda, digamos), encuentren varios rifles fáser.
A La’an le asaltan los traumas del pasado en relación a los gorn, pero está decidida a salvar hasta el último de los colonos allí retenidos. Consigue acceder a los códigos de transporte, lo cual permitiría sacarlos de allí en caso de pasarle los mismos a la Enterprise pero, claro, no hay cómo hacerlo desde adentro de la colmena y la única posiblidad es robar una nave del hangar y salir fuera para enviar el mensaje. No hace falta decir que Ortegas, incluso con media mano menos, se ofrece para pilotarla…
“Está bien, Padre, tú ganas…”
La Enterprise, entretanto, ha entrado en la zona de hegemonía de los gorn y persigue a la nave colmena, que se dirige hacia un sistema binario en el cual se halla el planeta natal de los mismos. Pero se encuentran con la sorpresa de muchas naves gorn desplazándose en sentido opuesto: claramente la invasión ha comenzado…
Un nuevo dilema asalta a Pike: seguir adelante para rescatar a los suyos y a los colonos o, por el contrario, volver atrás y alertar a la Flota, ya que estando donde están , la radiación impide toda forma de hacerlo. Pero Una y Uhura (Celia Rose Gooding) han estado revisando los patrones de irrupción de los gorn en los últimos años y descubren que no solo coinciden con ciertos ciclos de actividad estelar (lo cual ya se sabía), sino que también lo hacen sus períodos de inactividad, llamándose aparentemente a hibernación cada vez que hay erupciones de tipo X.
Es solo una teoría, pero Pike confía en su tripulación y, por ende, en Uhura (y nosotros también). Hace, por lo tanto, llamar a Scotty a los fines de que provoque una erupción X artificial. Suena difícil y lo es, pues se trata de crear un escudo magnético en torno a la Enterprise para ubicarla entre las dos estrellas que componen el sistema binario y atraer partículas de ambas hasta generar el mencionado fenómeno.
Prácticamente al límite y ya al borde del colapso por la inminente caída del campo magnético, lo consiguen y, en efecto, los gorn comienzan a regresar mientras ellos escapan a velocidad warp. Habiendo recibido los códigos de transporte enviados por el grupo que ha robado la nave gorn, se procede pues a llevar a bordo a los colonos de la nave colmena y después a los fugitivos. April se comunica con Pike al haber recibido tardíamente el alerta, pero este le pone al tanto de que el asunto ya está solucionado. No obstante, dice no estar seguro de si no le habrán dejado un problema a alguien más adelante y efectivamente sabemos que así es…
Un par de momentos emotivos cierran el capítulo. Hay despedida entre Spock y Chapel, quien está a punto de partir a sus tres meses de capacitación y, en un momento de distracción, levanta la vista y él ya no está en el corredor. El otro tiene lugar en la enfermería, donde con un “está bien, padre, tú ganas”, Pike se postra para rezar un padre nuestro junto a la convaleciente Batel, que en ese momento despierta. Él la anoticia de que aún no está completamente fuera de peligro, pero de momento han logrado evitar su muerte: hay abrazo, lágrimas y un “no quiero perderte”…
Balance del Episodio
Strange New Worlds regresó con un brutal capítulo con todas las letras. Un perfecto cierre para el que había quedado inconcluso de la temporada anterior y que, de paso, viene a solucionar dos problemas de los que más preocupaban a los cultores del canon trekkie.
En primer lugar y como antes hemos dicho, lo de Spock y Chapel ha quedado definitivamente cerrado más allá de que puedan todavía tener algún encuentro, pues no creo que hayamos despedido a Chapel del todo. Pero la posiblidad de una relación romántica ha quedado definitivamente trunca y eso cuadra con el Spock solitario y renuente a las emociones que conoceremos después.
En segundo lugar, los gorn quedaron en hibernación y ello ayuda a entender por qué será todo tan nuevo para a la tripulación de Kirk cuando les toque encontráselos en el icónico episodio Arena, de la serie original (1×18).
Y la solución fue ingeniosa, aunque debo decir también (y quizás sería la única pega para ponerle al capítulo) que lo de “ponerlos a dormir” se parece demasiado a lo que ocurre con los borg en otro célebre capítulo doble, como lo es Lo mejor de ambos Mundos, encabalgado entre la tercera y cuarta temporada de Star Trek: The Next Generation. Siempre está la posibilidad, desde ya, de verlo como homenaje, pues rendir tributo a la franquicia es algo que SNW hace bastante.
Pero además el capítulo ha sido impactante desde lo fílmico, tanto que, sumadas las dos partes, podrían perfectamente haberse estrenado en cines como la película de Star Trek que seguimos esperando. Al transcurrir íntegramente en el espacio exterior o a lo sumo dentro de las naves, ha permitido un despliegue técnico a toda orquesta y a pura épica, con tomas increíbles como las que tienen lugar dentro del puente de mando en las que la cámara gira en torno a los personajes o a veces a trescientos sesenta grados en sentido vertical.
Y desde lo actoral, Anson Mount se ha devorado el episodio. Este ha sido definitivamente el suyo, mostrando a Pike como un hombre lleno de vulnerabilidades, conflictos y vacilaciones, pero que llegado el momento privilegiará siempre defender la vida humana y confiar en su tripulación: en Mitchell al sugerir lo del torpedo, en Spock al pedir asistir a Chapel, en Scotty al encomendarle un dispositivo de camuflaje, en Una y Uhura al exponer estas su teoría sobre la hibernación de los gorn.
Y no es la racionalidad lo que le lleva a confiar en ellos, pues la situación es todo el tiempo tan apremiante que no hay mucho campo para la misma. Lo suyo es poner las manos en el fuego aun cuando la probabilidad de quemarse sea alta: es una fe ciega en su gente y justamente la fe es elemento central a lo largo del capítulo…
La escena en que Pike se pone a rezar al lado de una convaleciente Batel (y el hecho de que reconozca su derrota racional ante la memoria de su padre) es suficientemente demostrativa de ello y hasta Spock tiene su momento al decirle a Chapel (replicando sus propias palabras) que “hay que tener un poco de fe”.
En definitiva, el episodio doble Hegemonía ha sido inolvidable y tiene ya su lugar ganado para cuando llegue el momento de hacer algún nuevo repaso de los mejores que haya dejado la franquicia. Y ojo, no es el único de esta serie que podría estar en esta lista: el crossover con Lower Decks ha sido también magistral e inolvidable.
En breve, les espero nuevamente aquí para analizar El Blues de las Campanas Nupciales, segundo de los capítulos subidos en esta oportunidad de un tirón que, por cierto, tiene un tono muy diferente al que aquí nos ha ocupado.
Hasta entonces y sean felices. Larga vida y prosperidad…









Me ha encantado el capítulo, que ganas tenía de que volviera la serie, si me ha chocado un poco que Pike se pusiera a rezar ya que se supone que en el mundo de Star Trek son agnósticos creo recordar, pero nunca es tarde para tener un poco de fé como dice Spock. Por lo demás coincido contigo en todo lo demás, con la 5 temporada confirmada, veremos finalmente a Pike llegar al destino que le espera? Se rumorea una serie más con el primer año de Kirk como capitan del Enterprise
Hola Joseluis, gracias por comentar!
Todos extrañábamos esta serie; qué bueno que esté de regreso. Con respecto a la escena en que Pike se pone a rezar, es para analizarla porque cuando dice “está bien, padre, tú ganas”, se puede interpretar que se lo está diciendo a Dios o bien a su propio padre fallecido. Yo entiendo que es lo segundo y evidencia de parte de él algún conflicto con la religión que viene de familia. Pero el hecho de que termine rezando es además indicativo de hasta dónde se puede llegar o qué valores propios dejar de lado cuando está involucrado alguien que a uno le importa mucho. En general, todo el episodio ha estado ligado a la fe, a la pérdida de la racionalidad ante situaciones desesperadas. El propio Spock, como bien dices, se toma un descanso con respecto a la lógica y Pike no solo deposita fe en un Dios del que probablemente haya renegado, sino también en su propia tripulación.
Qué bueno lo que dices sobre una serie de Kirk (imagino que con Paul Wesley). Sería el puente perfecto hacia la serie original. Gracias por el aporte!!
Si, con Paul Wesley, yo creo que para la ultima temporada se incorporaran el resto de tripulantes que faltan del Enterprise, Sulu, Chejov y el Doctor Mcoy.