Regresamos una semana más con una de las series del momento. Tras un capítulo de relleno sin demasiado que aportar a la serie o al universo de Star Wars, nos metemos de lleno en esta nueva entrega en busca de respuestas al encontrarnos ya pasado el ecuador.
Los baches en el camino
Retomamos la serie siguiendo una dinámica que a estas alturas ya no debería sorprendernos: hay una avería y tienen que parar en un planeta. Entiendo que este patrón obedece al fin de explorar los recovecos del universo Star Wars, pero quizás sería interesante aprovechar otros recursos y buscar un poco de variedad, porque si la serie sigue con las continuas averías y baches por el camino, tarde o temprano empezará a acusar la monotonía.
De un modo u otro, el encontronazo que Mando sufre con un cazarrecompensas –recalcándonos que la amenaza y la búsqueda siguen acuciándolos– hace que necesiten de reparaciones y el planeta más cercano resulta ser uno ya conocido para los fans de la saga: Tatooine. Este planeta ha sido el protagonista de grandes momentos para la franquicia. Mos Eisley, la ciudad a la que se dirige Mando, es famosa por su ya mítica cantina y por ser el lugar que nos presentó al duo dinámico de Han Solo y Chewbacca; y Mos Espa, al lado de Mos Eisley, fue el lugar que antaño habitaron Anakin y su madre. Por lo que, a parte de los sentimientos que nos pueda evocar este planeta, nos dice mucho de lo que podemos encontrar, pues es un lugar frecuentado por contrabandistas, criminales y piratas, un clima propicio para el relax sin duda…
Los paréntesis del camino
Tras llegar a Mos Eisley y guardar al preciado moco verde, Mando es atendido por una mecánica (la dobladora de Princess Carolyn en Bojack Horseman) y su ristra de asustadizos droides. Tras unas breves y secas negociaciones, alcanzan un acuerdo para que repare su nave, siempre y cuando los robots no se acerquen (probablemente algo que no tenga demasiado desarrollo, pero un detalle que creo relevante destacar para definir mejor al personaje).
Buscando algo de trabajo, Mando llega a la icónica cantina, pero lamentablemente no parece haber nada disponible, ni para el gremio ni fuera de él. Aunque para la suerte de nuestro protagonista, un joven e inexperto aspirante a cazarrecompensas, Toro Calican (hijo del actor Bobby Cannavale, famoso por series como Homecoming) necesita ayuda para un encargo. Mando identifica rápidamente al objetivo y se niega rotundamente, pues se trata de una reputada asesina que ha trabajado para los sindicatos criminales más importantes como el de los Hutt –homenaje a nuestra babosa gigante favorita–, aunque se termina ablandando al saber que necesita este trabajo para poder entrar en el gremio. Que Mando ceda ante estas súplicas es algo cuanto menos destacable, ya que nos indica una deriva en su carácter, mostrándolo como una persona distinta y menos rígida, capaz de compadecerse de desconocidos. Así que van a por Fennec Shand.
El final del camino
Mando y Toro se adentran en el desierto en busca de la reputada asesina. Por el camino se topan, de nuevo, con otro personaje ya familiar para la saga: los bandidos Tusken, más conocidos como moradores de las arenas. Su presencia puede suponer un peligro, ya que ellos se consideran los verdaderos lugareños del planeta –aunque la gente de las ciudades opine lo contrario– y cruzar su territorio es cuanto menos arriesgado. Mando exhibe sus conocimientos comunicándose con lenguaje de signos con un par de merodeadores y alcanzando un acuerdo para que les dejen pasar.
Prosiguiendo el camino, se encuentran con un cazarrecompensas ya perecido, y los tiros lejanos de francotirador provenientes de la asesina no tardan en aparecer. Es demasiado peligroso atacar de día, ya que la altura le da ventaja –como suele ser habitual en la saga, que le pregunten a Obi-Wan…–. Por la noche consiguen acercarse lo suficiente y atraparla, pero uno de sus medios de transporte ha quedado inutilizado en el intento, por lo que Mando se marcha en busca del que utilizaba el cazarrecompensas caído. En ese impás, como suele ser habitual en muchas películas, Fennec trata de persuadir al joven y aparentemente inocente Toro para que la libere. El percance que tuvo Mando con el gremio en Nevarro, se ha propagado bastante y ya es conocido por más lugares de la galaxia. Ella lo ha reconocido y le dice a Toro que si lo que quiere es reconocimiento, traer al mandaloriano muerto y lucir su armadura puede ser justo lo que ansía, y ella lo puede ayudar. Aunque Calican no resulta ser tan inocente, pues la dispara al reconocer que si la suelta él moriría (aunque no entiendo que deje su cuerpo a la intemperie, puesto que podría aprovecharlo…). Para cuando Mando regresa, Toro le está esperando con el bebé y la mecánica secuestrados. Ante un aparente callejón sin salida, el mandaloriano se sale sin demasiados problemas de la situación y paga generosamente los cuidados e implicación de la mecánica. Aunque no todo es tan simple, como cliffhanger, vemos como alguien se encuentra junto al cuerpo de Fennec… ¿Seguirá viva? ¿Será el personaje que se le acerca el ya anticipado Giancarlo Esposito?
De fan service va la cosa
La cantidad de homenajes y referencias que ha contenido este capítulo ha sido considerable. Aunque algunos forzados y otros emotivos, en general me ha gustado regresar a Tatooine, pues creo que unir elementos conocidos con nuevos –sin abusar de la nostalgia– contribuye a crear esa sensación de universo conectado que creo que necesita la saga. Escuchar los nombres de Hutt o Mos Eisley en contextos distintos genera curiosidad y frescura, pues resalta que tienen más historia y siguen vivos más allá de las trilogías.
En cuanto al capítulo en sí, un poco decepcionante. Si bien la serie consigue entretener con nada y sigue siendo un deleite mirar cada episodio, The Mandalorian parece estancada en estas dos últimas entregas, pues en lo que a la temporada se refiere, poco se ha avanzado. Entiendo la existencia de digresiones tonales para dejar respirar al espectador, pero a estas alturas parece que no tengan demasiado desarrollo en lo que a la trama principal se refiere y necesiten de aventuras autoconclusivas paralelas para rellenar. No quiero decir que no se haya aportado nada, pues el personaje de Fennec y su conexión con los Hutt y otras entidades criminales es relevante, al igual que la deriva en la personalidad de Mando, pero no puedo evitar sentirme un tanto estancado. Quiero ver más que pequeñas cruzadas intrascendentes, la serie nos planteó en su inicio una cruzada intergaláctica para descubrir los planes ocultos del débil Imperio y el alzamiento de la Primera Orden, no puedo evitar sentirme decepcionado con su progresión, pues a parte de fan service y pequeñas aportaciones de subtexto, poco hemos descubierto en estos dos últimos capítulos. Solo quedan tres episodios y todavía albergo esperanza que la serie retome un poco el rumbo, veremos con qué nos sorprenden la semana que viene.
A ver, estoy de aceurdo en que la entretiene mucho y en que ha bajado (y mucho) el nivel de sorpresa de cada episodio y ha subido (y mucho) el fanservice warsie en general y de Yodita en particular (lo que no es malo), pero es que tampoco creo que la prioridad y el objetivo de la serie sea la de darle la vuelta al calcetín más allá de enseñarte cositas de los mandalorianos. Pero, que tampoco se quede en Yodita haciendo cosas y el mando supirando mientras lo cuida, claro.
Hola Manuel. Estoy de acuerdo con lo que dices, de hecho también lo dije en los primeros análisis, que no es una serie con pretensiones de atraparte con una historia loca cargada de giros y tramas que confluyen y se complementan. The Mandalorian creo que es una serie que tiene la función de adentrarse y explorar el universo de la saga, de ser un punto de partida para contemplar su inmensidad y ver sus detalles y posibles desarrollos paralelos. Pero aun así no puedo evitar sentirme un tanto decepcionado, pues por poco ambiciosa que sea la trama de la serie, está cayendo un poco en la pereza y la inocuidad. Aun así, como bien dices, cada detallito de los mandalorianos y el universo se agradece en gran medida, veremos qué nos brinda el resto de la temporada…
y una mención aparte merece R5D4 ya reparado pero con signos de antigüedad!